Muchas organizaciones no ocultan su uso estratégico de la amenaza de pérdida de empleo para motivar a los empleados. Pero una nueva investigación sugiere que esto no sólo es cruel, sino que a menudo es contraproducente.
Muchas organizaciones no ocultan su uso estratégico de la amenaza de pérdida de empleo para motivar a los empleados. Pero una nueva investigación sugiere que esto no sólo es cruel, sino que a menudo es contraproducente.