Aprende cuándo empezar, quedarte o dejar un trabajo.

¿Te has encontrado alguna vez en un trabajo o en una situación que no te gusta? Tal vez no estés seguro de si deberías quedarte y aguantar, o cortar por lo sano y pasar a otra cosa. Por suerte, existen algunas herramientas probadas que puedes utilizar para ayudarte a tomar decisiones importantes para tu carrera, tus objetivos y tus sueños.

En este resumen, nos sumergiremos en consejos prácticos sobre cómo evaluar tu situación actual, identificar tus prioridades y tomar una decisión informada sobre tus próximos pasos. Tanto si te sientes atascado en un trabajo sin futuro como si no estás seguro de tu relación actual, las siguientes ideas te ayudarán a navegar por las decisiones más difíciles de la vida.

Sección Uno: Empieza por el final.

¿Qué haces cuando estás trabajando duro para conseguir un objetivo, haciendo todo lo correcto, y te das cuenta de que sigues sin conseguir el resultado que querías? Tal vez se trate de un objetivo profesional, un proyecto personal o un viejo sueño. ¿Adónde vas a partir de ahí? ¿Qué más hay que hacer si ya estás haciendo todo lo correcto?

Trey Gowdy, el autor, se encontró en esta situación durante su carrera como fiscal federal. Sólo tenía 30 años cuando consiguió su primer caso de asesinato de alto perfil. Él y su equipo pasaron meses preparando el juicio, recopilando pruebas y entrevistando a testigos. Pero a pesar de su duro trabajo, el caso no iba bien, y a Gowdy le preocupaba que no consiguieran la condena que buscaban. Entonces decidió dar un paso atrás y empezar por el final.

Gowdy se dio cuenta de que, para ganar el caso, necesitaban convencer al jurado de que el acusado era culpable más allá de toda duda razonable. Así que empezó a centrar sus esfuerzos en escribir el alegato final que presentaría al jurado. Sabía que si podía presentar un argumento convincente y convincente, sería más probable que llegaran al veredicto deseado.

Al empezar por el final, Gowdy pudo crear un plan claro para lograr su objetivo. Trabajó hacia atrás desde el resultado deseado y centró sus esfuerzos en los pasos que le llevarían a ese resultado. Este enfoque le ayudó a conseguir con éxito una condena en el caso. Desde entonces, Gowdy ha utilizado el poder de empezar por el final para ayudarle a conseguir casi todos los objetivos a lo largo de su carrera.

La próxima vez que te enfrentes a un caso de corrupción, hazlo con un plan claro.

La próxima vez que te enfrentes a una decisión difícil o a un objetivo complicado, sigue el ejemplo de Gowdy e intenta visualizar el resultado final. Después, escribe una descripción clara y concisa de lo que quieres conseguir. Esto puede ayudarte a centrar tus esfuerzos y a asegurarte de que te mantienes en el buen camino para alcanzar tu objetivo final.

Por ejemplo, si quieres alcanzar un objetivo final, escribe una descripción clara y concisa.

Por ejemplo, si quieres poner en marcha un nuevo negocio, escribe una descripción de la empresa que quieres crear, los productos o servicios que ofrecerás y los objetivos de ingresos y beneficios que esperas conseguir en los próximos uno a tres años.

Pero empezar con el fin en mente no consiste sólo en fijar objetivos. También consiste en dividir esos objetivos en pasos más pequeños y alcanzables y centrar tus esfuerzos en esos pasos. Una vez que tengas claro tu objetivo general, tómate tu tiempo para escribir los hitos, los puntos de control y los plazos que tendrás que cumplir a lo largo del camino, y divide cada paso en tareas más pequeñas y manejables.

Empezar con el fin en mente.

Pongamos que tu objetivo es correr una maratón dentro de seis meses. Tendrás que anotar el plan de entrenamiento específico que deberás seguir, los objetivos semanales de kilometraje que deberás alcanzar y los pequeños hitos que deberás lograr en el camino, como correr una 10 km o una media maratón.

Empezando por el final y planificando hacia atrás, puedes tener una hoja de ruta clara que seguir y evitar desviarte por distracciones o contratiempos. Estas técnicas pueden ayudarte a mantenerte centrado y motivado, incluso cuando las cosas se ponen difíciles.

Segunda Sección: Sigue tus sueños.

¿Qué haces con un sueño que parece imposible o fuera de tu alcance? ¿Algo que crees que nunca podría suceder, pero que no puedes evitar la sensación de que estaba destinado a suceder?

Gowdy sintió esto cuando era niño y crecía en Carolina del Sur. A los 12 años ya soñaba con lo que quería ser de mayor: fiscal. Sin embargo, cuando le contó su sueño a su padre, éste no le apoyó precisamente. De hecho, le dijo a Gowdy que no creía que tuviera lo que había que tener para ser fiscal.

Gowdy se sintió desolado por la falta de fe de su padre en él, pero no renunció a su sueño. En lugar de eso, utilizó la duda de su padre como motivación para esforzarse aún más por alcanzar su meta. Estudió derecho, hizo prácticas en la oficina del fiscal general de EE.UU. y, finalmente, consiguió un trabajo como fiscal federal.

A pesar de todo, Gowdy se aferró a su sueño, incluso cuando parecía que las probabilidades estaban en su contra. Sabía que ésa era su verdadera vocación y estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para convertirla en realidad.

Entonces, ¿qué podemos aprender de la historia de Gowdy? Según él, la lección es clara: siempre debes consultar tus sueños cuando tomes decisiones importantes en la vida. Incluso si parece que las probabilidades están en tu contra, incluso si otras personas no creen en ti, nunca debes renunciar a tus sueños.

Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo. Puede dar miedo perseguir tus sueños, sobre todo si parecen fuera de tu alcance o no cuentas con el apoyo de las personas a las que quieres. Dicho esto, lo primero que debes hacer para derribar las barreras que te impiden alcanzar tus sueños es identificar las voces de tu vida. Como Gowdy aprendió de su propia experiencia con su padre, a veces las personas más cercanas a ti pueden disuadirte de perseguir tus sueños. Es importante identificar estas voces y tener en cuenta su influencia en tu toma de decisiones.

Entonces, tómate un momento para reflexionar sobre las personas de tu vida y cómo influyen en tus sueños y aspiraciones. ¿Hay personas que te animan y te apoyan? ¿Hay otras que te desaniman o te hacen dudar de ti mismo? Haz una lista de estas personas y piensa en cómo puedes limitar la influencia de las voces negativas y buscar el apoyo de las positivas.

Otra cosa que deberías hacer es revisar tus sueños con regularidad y ajustar tu plan según sea necesario. La vida es impredecible, y a veces tus sueños y circunstancias cambian. Si revisas tu plan con regularidad, te asegurarás de que siempre vas por el buen camino.

Por ejemplo, si siempre has soñado con montar tu propio negocio, pero recientemente has descubierto una nueva pasión por la enseñanza, puede que tengas que ajustar tu plan para incluir la vuelta a los estudios o la adquisición de experiencia en el campo de la educación. Del mismo modo, si te encuentras con obstáculos o contratiempos inesperados, puede que tengas que ajustar tu plan para superarlos.

Sección Tres: Ordena tus prioridades.

¿Te has encontrado alguna vez con dificultades para equilibrar el trabajo y los compromisos personales? ¿O tal vez te sientes a menudo como si estuvieras funcionando con el piloto automático, pasando de una tarea a otra sin pensar realmente en el panorama general?

Pues no estás solo. Equilibrar tus prioridades puede ser un reto, sobre todo en el acelerado mundo actual, donde se espera que estés constantemente conectado y disponible. Es muy fácil quedar atrapado en la rutina diaria y perder de vista lo que es verdaderamente importante.

Gowdy aprendió la importancia de establecer prioridades al principio de su carrera, cuando le ofrecieron la oportunidad de convertirse en Fiscal General de Carolina del Sur. En aquel momento, era un fiscal de éxito con una carrera prometedora, pero el nuevo trabajo le obligaría a trasladar a su familia y a trabajar más horas, lo que inevitablemente afectaría a su vida familiar.

Para tomar esta decisión, Gowdy se sentó y escribió sus prioridades. Se dio cuenta de que su familia era lo primero, y que el nuevo trabajo tendría un impacto negativo en ella. Teniendo esto en cuenta, rechazó la oferta de trabajo, una decisión que más tarde consideró acertada.

La historia de Gowdy pone de relieve la importancia de comprender tus prioridades y ceñirte a ellas, incluso cuando te enfrentes a decisiones difíciles. De este modo, podrás crear una vida plena y significativa que se ajuste a tus valores y principios.

Para asegurarte de que te ciñes a tus prioridades, intenta emular a Gowdy: escribe una lista de tus tres prioridades principales. No temas tomarte tiempo para reflexionar sobre cuáles podrían ser. ¿Qué es lo que más te importa? ¿Cuáles son tus valores y principios? ¿Qué quieres conseguir en tu vida? Una vez que tengas tus respuestas, anótalas en un papel.

Tener tus prioridades por escrito puede ayudarte a mantenerte centrado en lo que es más importante para ti, y puede guiarte cuando tomes decisiones que afecten a tu vida. Por ejemplo, si estás considerando una nueva oferta de trabajo, puedes utilizar tu lista de prioridades para determinar si la oportunidad está en consonancia con tus valores y objetivos.

Otra cosa que debes tener en cuenta es que las prioridades son importantes para ti.

Otra cosa que debes recordar es que tus prioridades, al igual que tus sueños, pueden cambiar con el tiempo, y es importante reevaluarlas y ajustarlas periódicamente según sea necesario. Por ejemplo, cuando eres joven, tu carrera puede ser una prioridad absoluta, pero a medida que envejeces, tu familia y tu bienestar personal pueden ser más importantes.

Para poner esto en práctica, establece recordatorios para revisar tu lista de prioridades a intervalos regulares, como una vez al año o cada seis meses. Tómate un tiempo para reflexionar sobre si tus prioridades han cambiado y si siguen estando en consonancia con tus valores y objetivos.

Por ejemplo, digamos que tus prioridades han cambiado.

Por ejemplo, digamos que has estado trabajando muchas horas y sacrificando tiempo con tus seres queridos para avanzar en tu carrera. Tras reflexionar sobre tus prioridades, te das cuenta de que tu familia y tus relaciones son en realidad más importantes para ti que el éxito profesional. Puedes ajustar tu lista de prioridades en consecuencia, y luego hacer cambios en tu vida para reflejar esas nuevas prioridades.

Sección Cuatro: Saber cuándo es el momento de quedarse, o de irse.

¿Te has encontrado alguna vez estancado en un trabajo, preguntándote si ha llegado el momento de dejarlo? ¿O quizá te preguntas a menudo si tu trabajo actual te está conduciendo hacia tus objetivos a largo plazo? Es una lucha común a la que se enfrentan muchas personas a lo largo de sus carreras. Puede ser fácil caer en la autocomplacencia y limitarse a hacer las cosas a la perfección.

Gowdy conoce todo esto demasiado bien. En 2018, se dio cuenta de que su trabajo como congresista tenía una vida útil limitada, y que tenía que empezar a planificar un futuro fuera de la política electoral. Pero, ¿cómo se dio cuenta de que había llegado el momento de seguir adelante? Al fin y al cabo, le apasionaba el trabajo que hacía, así como la gente a la que servía.

Pero también sabía que no podía permanecer en ese puesto para siempre. La idea de dejar un trabajo tan importante le llenaba de sentimiento de culpa e incertidumbre, pero al final se dio cuenta de que había llegado el momento de seguir adelante. ¿Cómo se dio cuenta?

Para empezar, Gowdy dedicó mucho tiempo a pensar en sus objetivos a largo plazo y en si ser congresista le estaba ayudando a alcanzarlos. También reflexionó sobre el impacto que su trabajo estaba teniendo en su vida personal, incluido el tiempo que pasaba lejos de su familia. Tras sopesar los pros y los contras de seguir en el Congreso, finalmente llegó a la conclusión de que había llegado el momento de dimitir y centrarse en otras áreas de su vida.

Si te encuentras en una situación en la que no puedes hacer nada, no te preocupes.

Si te encuentras en una situación similar sobre tu propio trabajo, y sobre si ha llegado el momento de seguir adelante, una vez más es hora de buscar papel y bolígrafo. Lo primero que tienes que hacer es evaluar honestamente tu nivel de satisfacción laboral. Haz dos columnas. En la primera columna, escribe todas las cosas que te gustan de tu trabajo: pueden ser las tareas que te gusta hacer, la gente con la que trabajas o la cultura de tu lugar de trabajo. En la segunda columna, escribe todas las cosas que no te gustan de tu trabajo: pueden ser las tareas que te horrorizan, la gente con la que te cuesta trabajar o, incluso, la cultura de tu lugar de trabajo. Cuando tengas una idea clara de lo que te gusta y lo que no te gusta de tu trabajo, podrás empezar a identificar patrones y determinar si las cosas que no te gustan superan a las que sí te gustan.

Por ejemplo, escribamos lo que no te gusta de tu trabajo.

Por ejemplo, digamos que trabajas en una agencia de marketing y te encanta el trabajo creativo que haces, pero no te gusta la cultura tóxica de la oficina ni la falta de conciliación de la vida laboral y familiar. Si identificas estos factores, puedes empezar a explorar tus opciones: tal vez sea hora de empezar a buscar un nuevo trabajo que te permita hacer un trabajo creativo en un entorno más solidario y equilibrado.

Si los pros y los contras son importantes, puedes empezar a buscar un nuevo trabajo.

Si los pros superan a los contras pero sigues sintiéndote insatisfecho con tu trabajo, puede que necesites mirar más hacia dentro. Quizás no te has mantenido fresco y relevante en tu carrera, y esto está causando insatisfacción con tu trabajo. Por eso es importante evaluar y desarrollar continuamente tus capacidades. Esto significa hacer balance periódicamente de tus puntos fuertes y débiles, así como mantenerte al día de las tendencias y los avances del sector.

Para ello, saca otro papel y haz una lista de las competencias que tienes actualmente y de las que quieres desarrollar en el futuro. A continuación, investiga un poco para identificar los recursos y las oportunidades para desarrollar esas habilidades, como tomar clases, asistir a talleres o buscar la tutoría de alguien de tu sector.

Pongamos que trabajas en el sector tecnológico y te has dado cuenta de que tus conocimientos de programación empiezan a parecer un poco anticuados. Si investigas un poco y buscas un curso intensivo de programación al que asistir, no sólo podrás mejorar tus habilidades, sino también demostrar a tu jefe que te has comprometido a mantenerte al día y a añadir valor a tu equipo.

Conclusiones

Tomar las grandes decisiones de la vida puede ser a menudo una tarea desalentadora. Si te sientes perdido y no sabes hacia dónde se dirige tu vida, prueba a consultar tus sueños. Imagina tu carrera ideal y establece objetivos basados en esa visión. Empieza siempre por el final: define tu objetivo último y trabaja hacia atrás para crear un camino claro hacia su consecución. Esto te ayudará a tomar decisiones profesionales más informadas y satisfactorias. Puede que en algún momento tus sueños cambien, o que un objetivo empiece a interponerse en el camino de otro. Si es así, tómate tiempo para evaluar tus prioridades. No olvides que éstas pueden cambiar con el tiempo. Y cuando consigas tu objetivo, no tengas miedo de hacer balance y decidir si ha llegado el momento de pasar a conseguir tu próximo gran objetivo.

 

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