Aprende la forma correcta de empezar y hacer crecer tu negocio.

Parece que ahora todo el mundo trabaja por cuenta propia o en la economía colaborativa. En el Reino Unido, uno de cada siete ha elegido ser su propio jefe. El mundo se está convirtiendo en autónomo, así que ¿por qué no ibas a hacerlo tú?

La pandemia mundial ha acelerado esta tendencia. En muchos sectores, las empresas se han visto obligadas a pivotar y adaptarse, ya sea utilizando nuevos sistemas de entrega o pasando al trabajo a distancia. Y aunque parezca que te obligan a adaptarte, tú controlas tus acciones y cómo vives tu vida.

Independientemente de que seas emprendedor, autónomo o inversor, la sabiduría de estos resúmenes te ayudará a iniciar y construir tu nuevo negocio, permitiéndote prosperar a largo plazo.

En estos resúmenes, te ayudaremos a poner en marcha y construir tu nuevo negocio, permitiéndote prosperar a largo plazo.

En estos resúmenes, aprenderás

  • Por qué los grandes sueños son importantes para poner en marcha un negocio;
  • Cómo identificar y retener a tus clientes clave; y
  • Los conceptos cruciales para escalar un negocio.

Ten claro por qué estás dispuesta a asumir el duro trabajo de dirigir tu propio negocio.

¿Por qué quieres ser tu propia jefa?

Entonces, ¿por qué quieres ser tu propia jefa?

Si crees que te permitirá escapar de la carrera de ratas, no será así. ¿O tal vez crees que tienes un plan infalible? Pues no lo tienes. De hecho, es casi seguro que incumplirás tus previsiones. Y mientras que tu anterior trabajo te proporcionaba seguridad, dirigir tu propio negocio te deja a merced de los caprichos del mercado. Eso significa que no tendrás necesariamente un sueldo a final de mes.

Pero tu optimismo no te impide ser optimista.

Pero tu optimismo te ayudará cuando te veas empujado fuera de tu zona de confort. Porque al principio, harás todo el trabajo, no sólo como gerente, sino también como secretaria o como becaria para recoger el café. De hecho, trabajarás más horas de las que trabajabas para tu jefe. ¡Eso es porque cuando no hay nadie más que se ocupe de los negocios, todo depende de ti.

La clave del éxito!

El mensaje clave aquí es: Ten claro por qué estás dispuesto a asumir el duro trabajo de dirigir tu propio negocio.

Sin embargo, la lucha y las dificultades adicionales de emprender por tu cuenta merecen la pena. Al final del día, puedes esperar sentirte feliz y realizado. Por fin, tendrás el control total de tus horas, tus ingresos y el trabajo que haces.

Pero primero, ¿quieres trabajar por tu cuenta?

Pero primero, ¿estás creando una empresa o haciéndote autónomo? La única diferencia real es que un negocio puede funcionar sin tu participación diaria, es decir, tienes empleados. Por supuesto, el trabajo por cuenta propia no es menos legítimo. De hecho, el 76% de los 5,5 millones de empresas del Reino Unido no tienen empleados.

A continuación, pregúntate si te motiva el palo o la zanahoria. Seguro que la mayoría de la gente diría que le motiva la recompensa, pero sé sincero: ¿alguna vez has pospuesto el estudio y luego te has tirado toda la noche antes de un examen? Algunas tareas son realmente desagradables. Y cuando dirijas tu propio negocio, todas esas tareas desagradables serán tu trabajo. ¿Estás preparado para afrontarlas?

Si tu motivación sigue firme, considera los siguientes pasos para dirigir un negocio con éxito: soñar, planificar, hacer y revisar.

¿Tienes una visión de un producto o servicio que pueda sobrevivir en un mercado saturado? ¿Y esta visión tiene un plan accionable? Si es así, ¿darás el siguiente paso y lo pondrás realmente en práctica? Una vez hecho esto, ¿estás dispuesto a revisar lo que has hecho y ajustarlo para que funcione mejor?

Si has respondido afirmativamente a todas estas preguntas, entonces tienes lo que hace falta para tener éxito a largo plazo.

Para hacer cosas grandes, primero hay que soñar a lo grande.

Ahora que has decidido montar un negocio, ¿qué vas a hacer exactamente? No basta con tener una idea: necesitas que sea convincente. Sin embargo, muchos empresarios se limitan desde el principio a soñar sueños racionales, y eso es todo lo que consiguen. Al hacerlo, se impiden a sí mismos crecer y se quedan atascados haciendo negocios como siempre.

Así que sueña a lo grande, porque te ayudará a mantener la motivación a largo plazo. Y alinea también tu sueño con tus valores e ideas sobre el éxito. Aunque te parezca muy lejos de donde estás ahora, recuerda que estás soñando con el futuro, no con el presente. Así que hazlo pensando que el cielo es el límite.

Este es el mensaje clave: Para hacer grandes cosas, primero tienes que soñar a lo grande.

Aunque es importante ir a por todas con tu visión, tienes que vivir en la realidad. Eso significa que también tienes que soñar con claridad. Tu visión tiene que ser fácilmente relacionable para que los futuros clientes y empleados puedan contagiarse de tu entusiasmo. Y en realidad, la mayoría de las grandes ideas son sencillas. La visión de Amazon, por ejemplo, era convertirse en la empresa más centrada en el cliente del mundo, ayudando a la gente a encontrar lo que quiera al precio más bajo. Esa visión es grande, clara y emocionante, y está claro que les ha servido de mucho.

Una vez que tengas tu sueño entre manos, elabora un plan. Al hacerlo, algunas personas prefieren crear una visión general con acciones a corto plazo, mientras que otras prefieren más estructura. En cualquier caso, asegúrate de que tu plan incluya pasos factibles, objetivos y un proceso de revisión integrado. En otras palabras, asegúrate de que cubres el cómo, el qué y el por qué de cada paso. Piensa en tu plan como un documento vivo que crece y cambia junto con tu empresa.

Las estructuras típicas de los planes de empresa se pueden encontrar fácilmente en Internet, pero asegúrate de elegir una que incluya instrucciones para realizar un análisis DAFO. Así identificarás tus Fortalezas, Debilidades, Oportunidades y Amenazas, y tendrás una imagen clara del estado de tu negocio. Y no olvides tampoco tu análisis de sensibilidad. Se trata de tu plan de respaldo, con estrategias de adaptación planificadas de antemano -como abastecerte de suministros más baratos o ajustarte a una menor demanda- que cubren cualquier “qué pasaría si” que pudiera surgir. Esto ayuda a proteger tu empresa frente a lo inesperado.

Elaborar un plan de empresa requerirá mucha investigación, pero al final tendrás una hoja de ruta salpicada de elementos procesables, como la preparación de la recaudación de fondos y las tareas pendientes para el lanzamiento, y que te mostrará los pasos que debes dar para poner en marcha tu negocio.

No tengas miedo de la “deuda buena”

Aunque algunas personas pueden tener la suerte de no necesitar financiación, la mayoría de los nuevos empresarios necesitan algún tipo de ayuda. Y, como cualquier empresario sabe, hay que gastar dinero para ganar dinero, por lo que la recaudación de fondos debe ser una de tus tareas prioritarias.

Tal vez tu negocio forme parte de un sector en el que haya subvenciones, o tal vez esté situado en una zona que conceda subvenciones. Si no es así, tendrás que estar dispuesto a endeudarte un poco.

Esa idea probablemente no suene atractiva, Sin embargo, hay “deuda mala” y “deuda buena”. La deuda mala es un préstamo que no tienes medios para devolver o dinero prestado a un tipo de interés demasiado alto. La deuda buena, en cambio, te permite convertir tu idea de negocio en un activo. Si tienes fe en tu idea, considera la posibilidad de contraer una buena deuda para ponerla en marcha.

La clave del éxito.

El mensaje clave aquí es el siguiente: No tengas miedo de la “deuda buena”.

Aclaremos rápidamente los distintos tipos de financiación que tienes a tu disposición. Para empezar, puedes financiar tu empresa mediante financiación de deuda o financiación de capital. En el caso de las pequeñas empresas, la financiación mediante deuda es más habitual en forma de préstamos bancarios para pequeñas empresas.

La financiación participativa, por otra parte, permite a los particulares invertir en tu empresa a cambio de una propiedad parcial y beneficios. Aunque este método de financiación se asocia normalmente a las caras empresas de nueva creación y a los grandes inversores unicornio, también puede ser tan sencillo como que dos amigos formen una empresa: uno aporta la idea y el otro el dinero.

Aunque la financiación mediante capital propio tiene la ventaja de ser flexible al principio, su estructura poco rígida puede causar problemas a la hora de devolver el dinero a tus inversores. Por el contrario, la financiación mediante deuda puede ser más difícil de obtener, pero viene acompañada de acuerdos rígidamente estructurados que dejan muy claras las condiciones de reembolso para todos.

Independientemente de la estructura de financiación que elijas, tendrás que presentar a tus prestamistas la parte financiera de tu plan de negocio, incluidas las proyecciones de pérdidas y ganancias, el flujo de caja previsto y los balances.

Cuando te reúnas con tus prestamistas, recuerda que les estás pidiendo que inviertan en ti, así que trata su tiempo con respeto preparándote a conciencia. Presenta tu discurso con confianza y de forma convincente, pero asegúrate de respaldarlo con lógica y cifras, utilizando datos del sector y mostrando un claro conocimiento de tus márgenes.

Para que tu negocio crezca sano, establece sistemas operativos con cuidado.

Una vez que hayas recibido la financiación, creado tu sitio web e incluso realizado algunas ventas, puede resultar tentador ir a toda máquina. Después de todo, probablemente has estado trabajando sin cobrar, así que ¿por qué no intentar obtener más beneficios?

Bueno, el problema es que ya estás haciendo mucho, incluido atender a tus clientes mientras buscas otros nuevos. Si te lanzas ahora a por todas y creces demasiado deprisa, las cosas se te pueden escapar de las manos. Por ejemplo, ¿qué pasa si se te escapan algunos correos electrónicos y te olvidas de pagar a un proveedor? Entonces se interrumpe tu cadena de suministro y se retrasa la producción.

Éste es el mensaje clave: Para que tu empresa crezca sana, establece sistemas operativos con cuidado.

Desgraciadamente, sólo tienes dos manos. Pero cuanto más rápido intentes crecer, más tareas tendrás que hacer malabarismos. Para ayudarte a mantener un montón de pelotas en el aire, necesitarás establecer los sistemas y procesos adecuados.

Cuidado con las manos

Así que pongámonos manos a la obra.

Así que aclaremos cuál es realmente la diferencia entre sistemas y procesos. Un proceso es una serie de pasos para abordar una tarea o un evento. Por ejemplo, puedes crear un proceso para gestionar una solicitud de atención al cliente.

Un sistema, por otra parte, es toda una serie de procesos relacionados con un área específica de tu empresa. La mayoría de las empresas necesitarán sistemas de marketing, ventas, operaciones, recursos humanos y gestión monetaria. Para asegurarte de que tu empresa goza de buena salud, tendrás que definir Indicadores Clave de Rendimiento, o KPI, para cada sistema. Eso podría significar hacer un seguimiento de la tasa anual de rotación de empleados o de los clientes captados a través de las campañas de Facebook. Intenta mantener los KPI al mínimo, realizando un seguimiento sólo de los valores más importantes para cada sistema.

Para que tu sistema funcione, tendrás que poner en marcha procesos. Para que sean eficaces, deben tener un impacto directo en los KPI; también deben ser claros y eficaces y cubrir las contingencias. Diseñar estos procesos puede parecer una tarea difícil, pero lo cierto es que ya están en tu cabeza. Para ampliar tu negocio, sólo tendrás que sacarlos y plasmarlos en un manual de operaciones, que permita a los futuros empleados seguir tu forma de pensar. Así, con el tiempo, tu negocio podrá funcionar sin ti.

Conoce a tu cliente y cómo encontrarlo.

Por encima de todo, el factor más importante para el éxito sostenido de tu negocio es la capacidad de encontrar y retener clientes. Esto se debe a que los clientes fiables y constantes aportan dinero. Y además, el flujo de caja que proporcionan te permite planificar estratégicamente el futuro. Del mismo modo, perder clientes es malo para el negocio, no sólo porque pierdes su dinero, sino porque encontrar nuevos clientes es más caro que mantenerlos.

Demasiados empresarios creen que basta con la calidad de su producto, su ubicación estratégica o su elegante sitio web para atraer a nuevos clientes. Lamentablemente, eso no es cierto. Para conseguir que los clientes se interesen por tu producto, tienes que saber quiénes son -o quién quieres que sean- y cómo puedes captar su interés.

Este es el mensaje clave: Conoce a tu cliente y cómo encontrarlo.

Antes de salir corriendo a comprar publicidad, tómate un momento para pensar en tu cliente ideal y en lo que podría querer. ¿Cuál es su edad, su trabajo y su formación? ¿Qué es importante para él y cuáles son sus objetivos en la vida? Siéntete libre para desbocarte con estas preguntas, porque en última instancia estás intentando meterte en la cabeza de tu cliente. Si comprendes mejor quién es, tendrás más posibilidades de captar su atención.

Descubrir a tu cliente.

Descubrir a tu cliente ideal te da pistas sobre tu mercado ideal. Esto es útil desde el punto de vista del marketing, porque podrás apelar directamente a sus valores. Podrías mostrarles cómo tu producto les ayudará a alcanzar sus objetivos, utilizar referencias culturales con las que se sientan identificados o promocionarte en sitios web que frecuenten.

El marketing online orgánico comienza con el paso básico pero crucial de crear un sitio web, y tiene que estar respaldado por una optimización adecuada de los motores de búsqueda, o SEO, que garantice que tu producto aparezca cerca de los primeros resultados de las búsquedas. Esta estrategia también se extiende a las redes sociales, porque hoy en día los negocios son cada vez más H2H, es decir, de humano a humano. Ten en cuenta que puedes “hackear” todos estos métodos pagando para obtener mejores resultados en las búsquedas, instituyendo campañas en las redes sociales o utilizando a personas influyentes para impulsar tu producto.

Independientemente del método que elijas, asegúrate de tener un plan de marketing claro que haga un seguimiento tanto de los gastos como de los resultados. Sólo tienes una cantidad de dinero en tu presupuesto, así que asegúrate de que se le da el uso más eficaz.

Tu cliente clave es el mejor amigo de tu negocio.

Por muy importantes que sean los clientes, sigue habiendo algunos que en realidad no necesitas. Por supuesto, al principio, cada dólar cuenta, así que cada cliente es necesario. Pero, ¿realmente te importa un cliente que probablemente no vuelva? Si no puedes ganar dinero atendiéndolos, ¿realmente los necesitas? Y si interactuar con ellos es desagradable -si son deshonestos o no comparten tu sistema de valores-, ¿no es mejor no trabajar con ellos?

Como propietario de la empresa, te beneficias directamente de cada compra, por lo que puedes tener la tentación de adoptar una visión más optimista. Pero a medida que tu empresa vaya contratando personal, puede que éste no se sienta entusiasmado por atender a las manzanas podridas. Por eso es tan importante saber quiénes son tus clientes clave y hacer todo lo posible para animarles a que vuelvan.

¿El mensaje clave? Tu cliente clave es el mejor amigo de tu negocio.

Un buen servicio al cliente surge de una cultura de servicio al cliente sana dentro de tu empresa. Esta cultura se crea mediante los valores y la visión que tú, como líder, estableces, y que luego se transmiten a tus empleados. Pero aunque suene muy bien, es más fácil decirlo que hacerlo.

En décadas pasadas, las empresas competían con otras pequeñas empresas. Pero hoy en día, los clientes se han acostumbrado a los servicios baratos y rápidos que ofrecen gigantes tecnológicos como Google y Amazon. En otras palabras, es posible que tengan expectativas poco realistas sobre lo que puedes ofrecer. Esto es especialmente cierto cuando se trata del servicio de atención al cliente, por lo que un tiempo de respuesta rápido es absolutamente crucial.

Lamentablemente, cuando no cumples las expectativas de un cliente -como seguramente ocurrirá con el tiempo-, es probable que recurra a las redes sociales o a una plataforma de valoraciones. Aunque esto te parezca injusto -sobre todo si intentan aprovechar la amenaza de una mala crítica para conseguir un descuento-, tendrás que mantener la calma. Tanto si la mala crítica está justificada como si no, intenta mantener la profesionalidad y resuelve el problema rápidamente.

Por último, puedes utilizar las encuestas a los clientes como una forma sencilla de comprobar su satisfacción. Sólo tienes que asegurarte de que sean rápidas y fáciles de rellenar y que se basen principalmente en preguntas de sí o no. También puedes fijarte en las cifras: ¿Cuánto gasta el cliente medio? ¿Y cuántos clientes vuelven? Esas cifras deberían mostrar una imagen clara de la felicidad de tus clientes.

Encuentra a las personas adecuadas y crea el ambiente adecuado para ayudarte a ampliar tu negocio.

Así que tu negocio va viento en popa. Has contratado a empleados que tienen libertad para tomar decisiones, así que ya no eres responsable de todo. Los cuellos de botella en el flujo de trabajo son cosa del pasado porque los procesos que has puesto en marcha funcionan sin problemas y se ajustan automáticamente al crecimiento del negocio. Ahora bien, si quieres seguir creciendo -quizás expandiéndote a nuevas ciudades o llevando las cosas a un nivel en el que la empresa pueda funcionar sin ti-, entonces es el momento de plantearse cómo ampliar la escala.

Para ello, tendrás que adquirir y retener nuevos talentos y, lo que es más importante, dirigirlos hacia el futuro. Tu objetivo final es estructurar una empresa que funcione por sí sola.

El mensaje clave aquí es: Encuentra a las personas adecuadas y crea el ambiente adecuado para ayudarte a ampliar tu empresa.

Para que una empresa funcione por sí sola, no sólo necesitas a las personas adecuadas, sino también los sistemas adecuados para localizarlas y formarlas. Mientras que gran parte de la gestión de una empresa se reduce a hechos y cifras, la creación de un gran equipo requiere comprometerse con la complejidad humana. Lamentablemente, muchas empresas cometen errores de contratación al no planificar y luego precipitarse en la contratación.

Sabiendo que necesitas nuevos talentos, no te limites a contratar a la primera persona que aparezca con las aptitudes adecuadas. En lugar de eso, tómate el tiempo necesario para encontrar a alguien que encaje bien en la empresa. Porque una contratación equivocada no es sólo una pérdida de tiempo y dinero: afecta a la moral de todo el equipo. Para evitarlo, planifica la contratación antes de que necesites cubrir el puesto. De ese modo, eliminas la urgencia de la ecuación y te das tiempo para tomar una decisión meditada.

Con suerte, pronto te encontrarás a cargo no sólo de un lugar de trabajo, sino de una cultura. No se trata sólo del ambiente de la oficina, con mesas de ping-pong o fiestas con alcohol. La cultura de tu empresa es un conjunto de actitudes y comportamientos que debes desarrollar conscientemente en lugar de dejar que se desarrollen por sí solos.

Una gran cultura en el lugar de trabajo respalda una identidad y unos valores compartidos -expresados en todo, desde la decoración de la oficina hasta los principios operativos rectores-, así como un estilo de dirección claro y un proceso de toma de decisiones cohesionado en toda la empresa. Y al fin y al cabo, todos estos elementos empiezan contigo. Así que ten en cuenta cómo diriges.Intenta elogiar en público, contrata a gente más inteligente que tú y muéstrate abierto a los consejos de los demás. Puede que seas el líder, pero intenta mantener los pies en la tierra y recordar que no lo sabes todo.

Conclusiones

El mensaje clave de estas Conclusiones es que:

Sea cual sea el motivo que te ha llevado a pensar en crear tu propia empresa, todo el trabajo duro y la planificación que hagas te reportarán enormes beneficios en forma de satisfacción y sentimiento de autorrealización. En lugar de trabajar por un sueldo, trabajar para ti mismo es a la vez una inversión y un activo, que te otorga libertad personal y, con el tiempo, un negocio que funciona por sí solo y genera tus ingresos. Investiga, planifica a fondo y recuerda que siempre será un trabajo en curso. Pero al menos será tu trabajo.

Consejos Accionables:

Consejos Accionables.

No olvides tener en cuenta el marketing indirecto.

El marketing indirecto incluye el logotipo de tu empresa, el diseño de tu sitio web, el material promocional y la señalización. Aunque estas cosas no equivalen necesariamente a ventas, añaden credibilidad a tu negocio y te hacen más reconocible como marca.

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