Una nueva investigación muestra que programar descansos o cambiar de tarea fomenta la creatividad y lo ayuda a encontrar respuestas más perspicaces a los problemas que está resolviendo. Cuando trabaje en tareas que se beneficiarían del pensamiento creativo, inserte descansos conscientemente para refrescar su pensamiento. Póngalos a intervalos regulares. Utilice un temporizador si es necesario. Cuando se active, cambie de tarea: organice sus recibos de reembolso, compruebe el correo electrónico o limpie el escritorio y, a continuación, vuelva a la tarea original. Si duda en separarse porque parece que está «en racha», tenga en cuenta que podría ser una impresión falsa. Tendemos a generar ideas redundantes cuando no nos tomamos descansos regulares; pregúntese si sus últimas ideas son cualitativamente diferentes. Por último, no se salte las pausas para comer y no se sienta culpable por tomar descansos, especialmente cuando se sienta atrapado. Hacerlo puede ser el mejor uso de su tiempo.

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Imagínese que un viernes por la tarde, antes de salir del trabajo para empezar el fin de semana, se le pide que resuelva dos problemas que requieren un pensamiento creativo. Usted:

  • Dedique la primera mitad de su tiempo a intentar el primer problema y la segunda mitad de su tiempo a intentar el segundo
  • Alterne entre los dos problemas en un intervalo normal y predeterminado (por ejemplo, cambiar cada cinco minutos)
  • Cambie entre los problemas según su propio criterio

Si es como los cientos de personas a las que le hemos hecho esta pregunta, elegiría cambiar entre los dos problemas según su propio criterio. Al fin y al cabo, este enfoque ofrece la máxima autonomía y flexibilidad, lo que le permite cambiar de tema de un problema a otro cuando se siente atascado.

Pero si su objetivo es encontrar respuestas creativas, este enfoque puede no ser el óptimo. En cambio, cambiar entre los problemas a intervalos regulares y predeterminados probablemente arroje los mejores resultados, según un estudio que publicamos en la edición de marzo deComportamiento organizacional y procesos de decisión humana.

¿Por qué cambiar por propia voluntad, el enfoque que adoptaron la mayoría de los participantes en nuestro estudio, puede no generar los resultados más creativos? Porque cuando intentamos problemas que requieren creatividad, a menudo llegamos a un callejón sin salida sin darnos cuenta. Nos encontramos dando vueltas en torno a las mismas ideas ineficaces y no reconocemos cuándo es el momento de seguir adelante. Por el contrario, cambiar regularmente entre dos tareas en un intervalo determinado puede restablecer su forma de pensar, permitiéndole abordar cada tarea desde nuevos ángulos.

En un experimento, asignamos aleatoriamente a los participantes a uno de los tres enfoques. Los participantes a los que se les pidió que cambiaran continuamente entre dos problemas a un intervalo fijo tenían muchas más probabilidades de encontrar la respuesta correcta a ambos problemas que los participantes que cambiaban a su propia discreción o a la mitad del tiempo asignado.

Un segundo estudio se centró en la ideación creativa. En este experimento, los problemas que planteamos no tenían respuestas correctas. Queríamos saber si las ventajas de alejarse de un problema a intervalos regulares se transferían a otros tipos de problemas que justificaban la creatividad, como la lluvia de ideas.

Una vez más, asignamos a los participantes al azar uno de nuestros tres enfoques de cambio de tareas y les pedimos que generaran ideas creativas para dos tareas de generación de ideas diferentes. Como en el primer estudio, la mayoría de la gente creía que se desempeñaría mejor si cambiara entre las dos tareas de generación de ideas a su propia discreción. Una vez más, descubrimos que los participantes a los que se les indicaba que alternaran entre las dos tareas de generación de ideas a un intervalo fijo generaban las ideas más novedosas.

El problema con los otros dos enfoques parecía ser que la gente no reconocía cuando aparecía un pensamiento rígido. Los participantes que no se alejaban de una tarea a intervalos regulares tenían más probabilidades de escribir ideas «nuevas» que eran muy similares a la última que habían escrito. Si bien podrían haber sentido que estaban en racha, la realidad era que, sin los descansos que ofrecía el cambio continuo de tareas, su progreso real era limitado.

Las ventajas creativas de cambiar de tarea se han visto respaldadas por otras investigaciones. Por ejemplo,Steven Smith y sus colegas descubrió que las personas a las que se les daba instrucciones de publicar artículos de diferentes categorías mientras cambiaban continuamente entre las categorías enumeraban más ideas novedosas que las personas que publicaban artículos de una categoría antes de cambiar a publicar artículos de la otra. En un sentido similar,otros estudios han descubierto que las pausas breves durante la generación de ideas pueden aumentar la variedad de ideas generadas. Los hallazgos de estos investigadores, junto con los nuestros, sugieren que el ajetreo de su vida laboral diaria puede facilitar su creatividad si lo lleva a alejarse de una tarea y a refrescar su pensamiento.

Cuando trabaje en tareas que se beneficiarían del pensamiento creativo, inserte descansos conscientemente para refrescar su enfoque. Póngalos a intervalos regulares. Utilice un temporizador si es necesario. Cuando se active, cambie de tarea: organice sus recibos de reembolso, compruebe el correo electrónico o limpie el escritorio y, a continuación, vuelva a la tarea original. Si duda en separarse porque siente que está en racha, tenga en cuenta que podría ser una impresión falsa. Tendemos a generar ideas redundantes cuando no nos tomamos descansos regulares; pregúntese si sus últimas ideas son cualitativamente diferentes. Por último, no se salte las pausas para comer y no se sienta culpable por tomar descansos, especialmente cuando se sienta atrapado. Hacerlo puede ser el mejor uso de su tiempo.