Resumen.   

¿Le cuesta expresar sus pensamientos en el trabajo incluso cuando lo desea? No estás solo. Lo importante que hay que recordar es que tu falta de confianza no es un defecto inherente, y estas limitaciones no tienen por qué definirte. La confianza se puede aprender y practicar.

  • Paso 1: Conéctate contigo mismo. Tómate el tiempo para entender quién eres, dónde radican tus motivaciones y qué te hace único. Recuerda que tu singularidad es valiosa. Tienes algo importante que compartir, sin importar lo obvio o poco inspirador que te parezca.
  • Paso 2: Concéntrese en crear comportamientos seguros. Sepa que cualquier cambio de mentalidad llevará tiempo. Así que, empieza poco a poco y sé deliberado sobre cada esfuerzo. No esperes que el cambio ocurra de la noche a la mañana. Pero, manténgase en ello y construya su músculo de confianza.


Hace unos días, me senté frente a la mesa de un cliente —llamémosla Olivia— ya que compartía una experiencia laboral muy común. En una reciente reunión de equipo, Olivia y sus colegas habían estado haciendo lluvia de ideas sobre algunas decisiones estratégicas. Olivia, sin embargo, no estaba totalmente de acuerdo con el resultado y tenía una perspectiva diferente a la de sus colegas. Dejó la reunión descorazonada.

Cuando le pregunté qué pasó cuando expresó sus preocupaciones, murmuró: «En realidad no dije nada».

Olivia explicó que había querido compartir su opinión pero segunda adivinó a sí misma y se mantuvo callada. Le preocupaba que su opinión pudiera parecer demasiado contraria y que pudiera descarrilar la conversación. También sentía que sus puntos de vista no eran tan importantes.

Este es el giro: Olivia no era una nueva empleada. Tenía cinco años sólidos de experiencia laboral en los que confiar.

¿Por qué estaba preocupada por compartir sus puntos de vista?

Mientras continuábamos hablando, nos dimos cuenta de que Olivia se sentía así también en otras situaciones. Escuché ejemplos de cuándo evitó los focos en grandes reuniones, restó importancia a sus éxitos y calificó sus puntos de vista con declaraciones como: «Puede que me equivoque, pero esto es lo que creo…»

El patrón de Olivia de evitar los focos no era un problema de experiencia; era un problema de confianza. Al permanecer en silencio, Olivia estaba perdiendo oportunidades de resolver problemas, influir en decisiones importantes y aumentar su credibilidad.

¿Por qué rehuimos de hablar con confianza?

Olivia no está sola en su lucha. Muchos de nosotros experimentamos inseguridad en el trabajo, incluso cuando tenemos mucho valor que añadir.

Investigación muestra que muchas personas, especialmente las mujeres, luchan con confianza al principio de su carrera. De hecho, una serie de encuestas recientes indican que las mujeres tienen menos probabilidades de promocionarse en comparación con los hombres. Esto suele poner a las mujeres en desventaja, ya que es menos probable que se les contrate u ofrezca remuneración competitiva.

La baja confianza puede ser natural cuando eres nuevo en un trabajo o careces de experiencia adecuada en una situación de alto riesgo. Pero en otros casos, como el de Olivia, la baja confianza puede deberse a varios factores. Puede surgir de mensajes de la primera infancia, de la falta de representación en su empresa o en los medios de comunicación, de su personalidad, de experiencias anteriores o otras causas.

Lo importante que hay que recordar es que la baja confianza no es un defecto inherente y no tiene por qué definirte. La confianza se puede aprender y practicar. Comienza por ser más consciente de sí mismo, cambiar tu mentalidad y aprender a ponerte plenamente en el trabajo, o dondequiera que vayas.

Basándome en mi experiencia como entrenador de liderazgo y consultor de talentos, presento un enfoque de dos pasos para ayudarle a generar confianza. En el primer paso, explorarás la perspectiva única que aportas al mundo para entender cómo puedes añadir valor de una manera que nadie más puede hacerlo. En el segundo paso, encontrarás algunas actividades sencillas que te ayudarán a practicar sentirte y actuar con más confianza, para que se convierta en tu configuración predeterminada en el futuro.

Paso 1: Conéctate contigo mismo

Lo que Olivia —y la mayoría de nosotros— no sabemos es que no hay una forma de serlo. Lo que puede parecer «normal» u obvio para ti puede ser algo nuevo para otra persona.

Permítanme darles un ejemplo. Al principio de mi carrera, formé parte de un equipo que estaba luchando por comunicarme bien. Todos teníamos opiniones sólidas sobre cómo hacer las cosas y eso a menudo funcionaba en contra de nosotros. Luego, un colega junior, que tenía experiencia en teatro, nos habló de una técnica de improvisación llamada «Sí, y…»

La idea detrás de este enfoque es basarse en una idea existente, en lugar de negarla. Cuando alguien hace una sugerencia en lugar de decir «Sí, pero creo que XYZ…», puedes ampliar lo que está diciendo respondiendo: «Sí, y también creo que XYZ…» Este enfoque nos ayudó a crear consenso a lo largo del tiempo, obtener los resultados que buscábamos y nos hizo mejores colegas. Si ese colega no hubiera compartido su experiencia teatral, probablemente habríamos seguido luchando como equipo.

Todos somos únicos. Todos tenemos algo valioso que compartir. Solo tienes que creerlo. El primer paso para hacerlo es hacer una pausa y pensar en todas las cosas que te hacen ser quien eres. ¿Qué es lo que te hace especial?

Durante nuestra sesión, Olivia completó un ejercicio que llamo Encuentre el único que usted. Pensó en los antecedentes, las experiencias y los rasgos que dieron forma a su punto de vista único.

Olivia es estratega de RR.PP. de 26 años. Creció en un hogar urbano y fue criada por una madre soltera. Es bilingüe y ha tenido la oportunidad de viajar extensamente, incluso a destinos internacionales. Le encanta el baloncesto y el arte callejero. Le gusta explorar nuevas tecnologías, pasa tiempo en las redes sociales y espera hacer del mundo un lugar mejor.

Son cosas realmente geniales, ¿verdad?

Durante la reunión de equipo mencionada anteriormente, Olivia y sus colegas estaban discutiendo formas de conectarse con un público más joven y experto en tecnología. Para esa discusión, ella era en realidad una de las personas más calificadas de la sala.

Revise las indicaciones en el Encuentre el único que usted ejercicio a continuación para que puedas reflexionar sobre tus propias experiencias de vida maravillosamente desordenadas y hermosas, y comenzar a apreciar el valor que aportas. Su singularidad hace que valga la pena oír su voz.

Cómo generar confianza en el trabajo

Paso 2: Concéntrese en crear comportamientos confiables

El paso 1 te calentó y piensa quién eres y qué te hace destacar. Es un buen comienzo, pero crear confianza también requiere cambiar sus comportamientos.

El equipo de Olivia planeaba reunirse de nuevo en unas semanas para dar seguimiento a la discusión anterior. Olivia quería alzar la voz y necesitaba preparar su nuevo enfoque. Para prepararla, hablamos de algunos principios para practicar la confianza.

Empieza poco a poco.

La confianza no se trata de ser descarado, argumentativo, agresivo o disculpable. Tampoco se trata de que te conviertes en una persona completamente nueva. En cambio, se trata de afirmarte de una manera que te sienta cómoda.

Olivia, por ejemplo, tenía buenas relaciones con sus colegas y se sentía cómoda con grupos individuales y pequeños. Ella quería crear confianza en torno a hablar en reuniones de equipo más grandes. Tenía la costumbre de apagar su video durante las llamadas o guardar silencio. Después de nuestra discusión, Olivia comenzó a encender su cámara durante las llamadas para sentirse más cómoda con ser vista, iniciando sesión unos minutos antes de la reunión para intercambiar algunas cortesías con su equipo, sonriendo y asintiendo, y usando la función de chat para compartir sus pensamientos espontáneos.

Este nuevo enfoque fue un cambio gradual para conectar más con todos sus colegas. Estos pequeños gestos le ayudaron a conocer mejor a sus colegas, crearon confianza y le dieron la confianza para expresarse sin sentirse asustada.

Sea deliberado sobre la práctica.

Para Olivia, parte de hablar con más confianza fue aprender a eliminar los calificadores de sus frases para sonar más confiada y pulida.

Pasó varias semanas observando las clasificatorias que usaba normalmente. Tenía la costumbre de decir cosas como: «No sé si esto tiene sentido…» y «No estoy realmente seguro de si esto es correcto…»

Lentamente, ella comenzó a dejar de usar estos clasificatorios y los reemplazó reafirmando la idea sobre la que estaba comentando. Al principio, se sintió incómoda. A Olivia le tomó unas semanas suavizarlo y pasar a usar declaraciones más directas como: «Me gustaría añadir a ese pensamiento…» y «He estado pensando en una nueva estrategia para…»

Comience por practicar en entornos de bajo riesgo que se sientan seguros. Podrías practicar un lenguaje corporal seguro (como estar de pie derecho y mantener el contacto visual) frente a un espejo solo o tratar de expresar tus opiniones con más fuerza con un grupo de amigos. Olivia, por ejemplo, tenía un par en el trabajo que ayudaba dándole una señal cada vez que usaba un clasificatorio durante una reunión.

Después de unas semanas de práctica deliberada, Olivia estaba lista para su próxima reunión. Ella compartió con confianza su perspectiva e ideas. Contrariamente a su aprehensión, los colegas de Olivia apreciaron sus reflexiones reflexivas y las consideraron mientras tomaban la decisión final.

Sé paciente.

Sepa que lleva tiempo y práctica aprender una mentalidad y comportamientos nuevos y confiados, pero una vez que te comprometas a hacer cambios, podrás mejorar. Además, recuerda que vas a tener que modificar tu enfoque mientras practicas y averiguas qué funciona para ti. Con el tiempo, tus nuevos comportamientos se volverán más naturales y los harás sin pensar.

No intentes cambiar de la noche a la mañana. Sea atento a cómo y cuándo realiza cambios en su comportamiento en el trabajo. Los colegas pueden preocuparse (o a veces serpenteantes) si te ven probando un nuevo enfoque: ya te han puesto en una caja determinada y ahora estás cambiando.

¿Necesitas más ayuda?

Estas son algunas actividades sencillas que utilizo con clientes como Olivia para ayudarles a practicar comportamientos seguros. Piensa en esto como una hoja de trampa para encontrar tu voz y hablar.

Cómo generar confianza en el trabajo

Utiliza estos consejos y ejercicios para comenzar tu viaje de encontrar tu confianza.

Tu voz es importante. Merece ser escuchado. Pero hay que practicar comportamientos seguros para empezar a creerlo.


  • AH
    Ann Howell combines a background in Industrial-Organizational Psychology with the experience of leading talent management and leadership functions in Fortune 500 companies. She is a leadership coach and talent consultant with Howell Leadership Science, LLC.