Pero algunas cosas son perjudiciales para evitar tomar malas decisiones. Cuando usted tiene que tomar una decisión importante, estar en la búsqueda de la fatiga de decisión. Nuestra capacidad para realizar tareas mentales y tomar decisiones se desgasta cuando se ejerce repetidamente. La eficacia de la toma de decisiones sufre hasta un 40% cuando nos centramos en dos tareas cognitivas al mismo tiempo. Así que cuando necesite tomar decisiones importantes, labrarse y comprometerse a varios bloques de tiempo durante el día para centrarse profundamente en la tarea en cuestión. Las emociones, especialmente durante momentos de máxima ira y felicidad, también pueden obstaculizar nuestra capacidad de tomar buenas decisiones. Presta atención a tu estado emocional y resiste a la tentación de responder a la gente o tomar decisiones mientras estás emocionalmente emocionado. Practica alejándote del ordenador o bajando el teléfono, y vuelve a la tarea que tienes a mano cuando puedas pensar con más claridad y tranquilidad.

Las investigaciones han demostrado que la persona típica toma alrededor de 2.000 decisiones cada hora de vigilia. La mayoría de las decisiones son menores y las tomamos instintivamente o automáticamente: qué ponerse para trabajar por la mañana, ya sea para almorzar ahora o en diez minutos,. Pero muchas de las decisiones que tomamos a lo largo del día toman pensamientos reales y tienen graves consecuencias. La toma de buenas decisiones es sin duda el hábito más importante que podemos desarrollar, especialmente en el trabajo. Nuestras elecciones afectan nuestra salud, nuestra seguridad, nuestras relaciones, cómo pasamos nuestro tiempo y nuestro bienestar general. Basado en mis experiencias de tres despliegues como oficial del ejército y de la investigación Líder primero, he encontrado que las siguientes mentalidades son perjudiciales para la buena toma de decisiones.

 

Cuando tenga que tomar una decisión importante considere los siguientes elementos para evitar malas decisiones

Fatiga de decisión. Incluso las personas más enérgicas no tienen energía mental interminable. Nuestra capacidad para realizar tareas mentales y tomar decisiones se desgasta cuando se ejerce repetidamente. Uno de los estudios más famosos sobre este tema mostró que es más probable que los presos tengan la libertad condicional aprobada por la mañana que cuando sus casos se escuchan por la tarde. Con tantas decisiones que tomar, especialmente aquellas que tienen un gran impacto en otras personas, es inevitable experimentar fatiga de decisión. Para contrarrestarlo, identifique las decisiones más importantes que necesita tomar y, con la mayor frecuencia posible, priorice su tiempo para que las tome cuando sus niveles de energía sean más altos.

Un estado constante de distracción. El tsunami tecnológico de la última década ha dado comienzo a una era de conveniencia sin precedentes. Pero también ha creado un entorno donde la información y la comunicación nunca cesan. Los investigadores estiman que nuestro cerebro proceso cinco veces más información hoy como en 1986. En consecuencia, muchos de nosotros vivimos en un estado continuo de distracción y lucha por enfocarnos. Para contrarrestar esto, encuentre tiempo cada día para desconectar y retroceder del correo electrónico, las redes sociales, las noticias y la embestida de la Era de la Información. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero factible si lo haces una prioridad.

Falta de información. La Escuela Kellogg recientemente encontró que en una reunión típica, un promedio de tres personas hacen el 70% de las conversaciones. Como la autora Susan Cain articula tan bien en su libro¡Silencio, muchos introvertidos son reacios a hablar en una reunión hasta que sepan exactamente lo que quieren decir. Sin embargo, estos miembros de nuestros equipos a menudo tienen algunas de las mejores ideas para contribuir, ya que pasan gran parte de su tiempo pensando. Para contrarrestar esta inclinación, envíe una agenda de reuniones con 24 horas de antelación para dar tiempo a todos para pensar en sus contribuciones, y trabajar para establecer una cultura de reunión que permita a las personas aportar sus ideas una vez terminada la reunión.

Multitarea. Hoy en día no quedan muchos trabajos en el mundo que no requieran al menos alguna multitarea. Si bien esa es la realidad, la investigación muestra claramente que el rendimiento, incluida la eficacia en la toma de decisiones, sufre hasta un 40% cuando nos centramos en dos tareas cognitivas al mismo tiempo. Cuando usted necesita tomar decisiones importantes, labrarse y comprometerse a varios bloques de tiempo durante el día para centrarse profundamente en la tarea en cuestión.

Emociones. Experimentar la frustración, la emoción, la ira, la alegría,., es una parte fundamental de la experiencia humana diaria. Y aunque estas emociones tienen un papel significativo en nuestras vidas, probablemente no necesites ver la investigación saber que nuestras emociones, especialmente durante momentos de máxima ira y felicidad, pueden obstaculizar nuestra capacidad de tomar buenas decisiones. Decidir hablar o enviar un correo electrónico mientras está enojado a menudo agrava una situación difícil, porque las palabras no salen bien. Para contrarrestar esto, preste atención a su estado emocional y concéntrese en la fuerza del carácter del autocontrol. Resiste la tentación de responder a la gente o tomar decisiones mientras estás emocionalmente emocionado. Practica alejándote del ordenador o bajando el teléfono, y vuelve a la tarea que tienes a mano cuando puedas pensar con más claridad y tranquilidad.

Análisis de parálisis. Aunque la Era de la Información nos ha dotado de una gran cantidad de información, big data y métricas, tampoco hay fin a la cantidad de información a la que podemos acceder. Y sabemos que cuanto más información tenemos que considerar, cuanto más tardamos normalmente en tomar una decisión. Si bien el proceso de toma de decisiones debe ser exhaustivo, la mejor manera de tomar buenas decisiones suele ser no tomar más tiempo o para mirar más información. En su lugar, revise la información pertinente que necesita, establezca una fecha límite para tomar una decisión y, a continuación, aferrarse a ella.

Las buenas y malas decisiones que tomamos determinan nuestra realidad. Ellos influyen directamente en cómo gastamos nuestro tiempo y qué información procesamos (o ignoramos). Nuestras decisiones dan forma a nuestras relaciones, y cada vez más en el mundo hiperconectado de hoy, las decisiones contribuyen a nuestro nivel energético y a cuán eficientes somos en los diversos aspectos de nuestras vidas. Inevitablemente, todos tomamos algunas malas decisiones cada día. Pero si somos conscientes de estos seis enemigos de la buena toma de decisiones, y tomamos medidas para superarlos, podemos tomar mejores decisiones que tengan un impacto positivo en las personas con las que trabajamos y lideramos.


Mike Erwin
Via HBR.org