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Interpersonal skills

Cuando su jefe le impone un objetivo totalmente irrealista

por Dina Denham Smith

Cuando su jefe le impone un objetivo totalmente irrealista

Coronar el monte Everest. Aterrizar en la luna. Hacer avanzar las tecnologías de IA más allá de nuestros sueños más salvajes. Todos objetivos aparentemente imposibles, alcanzados.

Objetivos ambiciosos como éstos son ampliamente celebrados como poderosos catalizadores de la motivación y el éxito individual y organizativo. Sin embargo, aunque décadas de investigación sobre el establecimiento de objetivos confirman que los objetivos más difíciles suscitan un mayor esfuerzo y rendimiento, también han revelado inconvenientes menos conocidos. Con frecuencia, los objetivos ambiciosos se malinterpretan y se utilizan de forma inadecuada, lo que suele tener consecuencias imprevistas. Cuando los objetivos pasan de ser adecuadamente desafiantes a ser excesivamente difíciles, pueden disminuir la motivación, fomentar la asunción de riesgos excesivos y exacerbar los comportamientos poco éticos.

A pesar de estos escollos, los objetivos ambiciosos siguen siendo un elemento básico en la vida empresarial y a veces crean una discrepancia que induce al estrés entre los objetivos fijados y lo que se puede conseguir de forma realista. Como coach de ejecutivos, he observado numerosos ejemplos de estas desconexiones, que van desde objetivos de ingresos poco realistas a plazos acelerados de lanzamiento de productos, pasando por expectativas radicales de cambio de cultura.

Apuntar alto es crucial, pero ¿qué hacer cuando su jefe espera lo aparentemente imposible? He aquí cómo sortear esta situación.

Comprenda el contexto más amplio del objetivo

Existen diversas razones por las que su jefe puede plantearle un objetivo poco realista. Puede que tenga aspiraciones embriagadoras y suscriba la noción popular de “objetivos grandes, peludos y audaces”. Otra posibilidad es que su jefe esté alejado de las operaciones cotidianas y no se dé cuenta de las dificultades logísticas o relacionadas con los procesos que entraña alcanzarlo. O puede que reconozca que el objetivo no es realista pero se enfrenta a la presión de instancias superiores de la cadena alimentaria o de clientes importantes.

Comprender cómo ha derivado su jefe el objetivo es esencial para determinar su mejor camino a seguir. Preguntarle: “¿Puede guiarme a través del proceso de pensamiento que hay detrás del establecimiento de este objetivo?” le ayudará a comprender los supuestos o datos subyacentes que condujeron al objetivo y a evaluar su viabilidad. También puede preguntar: “¿Qué presiones organizativas o externas impulsan este objetivo?” para identificar si el objetivo está motivado internamente o influido por stakeholders externos. Por último, pregunte por el calendario y cómo se medirá el éxito para evaluar la urgencia y qué aspectos del objetivo son más importantes para su jefe.

Solicite una reunión de seguimiento en lugar de responder inmediatamente. Por ejemplo, podría decir: “Me gustaría considerar detenidamente este objetivo y luego volver a hablar con usted”, o “Necesito reunir algunos datos para comprender mejor el alcance y el impacto de este objetivo. ¿Podemos volver a reunirnos una vez que lo haya hecho?”.

Imagine posibles soluciones

Los objetivos aparentemente insuperables pueden desencadenar sentimientos de injusticia e ira, agobio y ansiedad. Al fin y al cabo, es posible que le preocupe que el fracaso en la consecución del objetivo afecte a su reputación, a sus oportunidades profesionales o a su remuneración. Aunque estos sentimientos son naturales, pueden impedir su capacidad de pensar con claridad y creatividad.

Cambie su forma de pensar del “qué” al “cómo” para poner en marcha su capacidad de resolución de problemas e identificar posibles soluciones. Imagine que es dentro de seis meses o un año y que ha alcanzado el objetivo. Pregúntese: “¿Qué hice para que eso fuera posible?”. También puede hacer una lluvia de ideas inversa y pensar en todas las formas en que podría fracasar en su intento de alcanzar el objetivo. Esto puede ayudarle a poner de relieve los obstáculos e inspirarle soluciones para superarlos. Desglosar el objetivo en tareas o hitos más manejables también puede ayudarle a ver cómo podrían encajar las piezas del puzzle.

Por último, busque diferentes perspectivas. A veces, estamos demasiado cerca de un problema para ver todos los ángulos. Consulte con su equipo, colegas o mentores; sus puntos de vista podrían suscitar una solución creativa que usted no había considerado.

Identifique y documente los retos

Ahora que entiende de dónde viene el objetivo y ha considerado las posibles soluciones, es hora de recopilar algunos hechos fríos y duros. Cuando se reúna con su jefe, es esencial que respalde su proceso de reflexión con pruebas concretas.

Especifique los obstáculos y barreras actuales que se oponen al éxito. Identifique las diferencias entre los recursos de que dispone actualmente y los que necesita para alcanzar este objetivo. Por ejemplo, ¿necesitaría más personal, presupuesto o tiempo? Cuantifique estas necesidades adicionales. Considere también otros datos que puedan validar la extrema dificultad del objetivo, como puntos de referencia relevantes de la empresa o del sector. Por ejemplo, Raj, un jefe de personal encargado de transformar la cultura de su organización en seis meses, recopiló datos que mostraban que las iniciativas de cambio cultural exitosas en organizaciones similares tardaban al menos un año.

Identifique también las repercusiones que tendría para usted y su equipo perseguir este objetivo. Considere la capacidad, el impacto en otras líneas de trabajo o en los niveles de calidad, el estrés y el agotamiento, y las posibles implicaciones para el personal. Por ejemplo, Francesca, una vicepresidenta senior de ventas a la que se le asignó un objetivo de ingresos imposible, especificó los probables problemas de desgaste y contratación que causaría el aumento del objetivo.

Por último, considere las soluciones potenciales que generó y esboce lo que necesitaría para hacerlas posibles. ¿Necesita más tiempo o recursos? ¿Necesita volver a priorizar los proyectos y eliminar otra cosa en la que esté trabajando?

Mantenga un registro detallado de todos los retos identificados, los datos y pruebas relevantes, las soluciones potenciales y cualquier suposición que haya hecho. Esto no sólo le servirá como hoja de ruta para abordar el objetivo, sino también como herramienta de comunicación cuando hable de los retos con su jefe.

Gestione las expectativas con su jefe

Cuando haga el seguimiento con su jefe, sea transparente y objetivo. Explique los obstáculos para alcanzar el objetivo y comparta los hechos que apoyan su evaluación. Describa también las soluciones que ha barajado y proponga posibles compensaciones y alternativas, como distintas formas de alcanzar el objetivo final, nuevas necesidades de recursos, o el replanteamiento de las prioridades o la eliminación de proyectos y flujos de trabajo existentes.

Por ejemplo, Emily, una jefa de desarrollo de productos a la que se pidió que acelerara el lanzamiento de un nuevo producto de software, preparó una presentación detallada para su jefe en la que exponía los riesgos de precipitar el producto, incluidos los posibles errores y la insatisfacción de los clientes. También presentó un calendario alternativo más agresivo de lo habitual pero que permitía realizar las pruebas adecuadas, negociando con éxito la prórroga.

Si su jefe se echa atrás, mantenga una postura colaboradora pero defienda su posición con respeto. Por ejemplo, podría decir: “Al igual que a usted, me encantaría que alcanzáramos este objetivo, pero mi análisis indica que no es realista. ¿Puede ayudarme a entender cómo ha llegado a una valoración diferente?”. Si su jefe le está transmitiendo un objetivo en cascada desde arriba, demuestre empatía por su posición; no alcanzar este objetivo también le pondrá en un mal aprieto.

Puede resultar difícil rechazar a su jefe. Sin embargo, es probable que aprecien su proactividad si llama su atención sobre hechos importantes. Después de todo, las alternativas potenciales -que podrían incluir la sorpresa cuando su equipo se quede corto, o la creación de agotamiento y un lugar de trabajo lleno de tensión- son escenarios que ningún buen líder pretende.

Con un poco de suerte, negociará un objetivo modificado. Sin embargo, si su jefe no cede, acepte el reto. Hágalo lo mejor que pueda, documentando sus acciones y manteniendo a su jefe al corriente. Si no pudo modificar el objetivo inicialmente, quizá pueda ajustarlo más adelante. Y si más adelante necesita explicar por qué no alcanzó el objetivo, tendrá un registro completo de todo lo que hizo para lograrlo.

Mientras se esfuerza por cumplir el objetivo, rodéese de apoyo social, que puede ser decisivo para alcanzar las metas y amortiguar los efectos adversos de las exigencias estresantes, y no se castigue si no puede cumplir exigencias poco razonables. Además, intente averiguar qué ocurrirá si no logra el objetivo. Si no hay penalización, puede ayudarle a aliviar sus preocupaciones y su estrés.

Sin embargo, si los objetivos son constantemente inalcanzables y usted tendrá que asumir las consecuencias, quizá sea prudente trazar un nuevo camino. Hasta entonces, esfuércese al máximo y respete sus elevadas exigencias. Cuando llegue el momento de la transición, podrá seguir adelante con la confianza que da saber que hizo todo lo que pudo.