Unlocking Potential

Siete habilidades de coaching que transforman a las personas, los equipos y las organizaciones

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Aprende a orientar a tu equipo hacia el éxito hoy y todos los días.

En el entorno empresarial actual, siempre cambiante, es crucial que los empleados sigan aprendiendo y desarrollando una amplia variedad de habilidades.

Y, sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo. Como líder empresarial, puede que tengas el deseo de aprender e inspirar a tu equipo para que haga lo mismo, pero hacer que esto ocurra no es sencillo.

¡La ayuda está aquí para ti! Un gran coach puede crear una experiencia transformadora para ti y tu equipo en un periodo de tiempo sorprendentemente corto. En esencia, un coach puede convertir lo normal en excepcional.

¿Cómo aprovechar el poder de un gran entrenador para llevar a tu equipo al siguiente nivel? Este resumen te enseñará los consejos y trucos de los mejores entrenadores para que puedas hacer realidad tus objetivos empresariales hoy mismo.

En este resumen, descubrirás

  • por qué el mejor feedback que puede dar un coach no proviene en absoluto de un coach;
  • por qué el mejor feedback que puede dar un coach no procede en absoluto de un coach
  • por qué la misión profesional y la personal deben estar sincronizadas;
  • cómo se puede lograr una mayor eficacia en el trabajo.
  • cómo «seguir la corriente» te hará más productivo
  • .

Los dos primeros principios del coaching son la confianza y la liberación del potencial. Necesitas ambos para tener éxito.

Si eres un líder empresarial, tu trabajo consiste en maximizar el potencial de tu equipo. Pero, ¿cómo lo haces?

La respuesta está en el coaching.

El coaching es un estilo único de liderazgo. No se trata sólo de consultar y asesorar, sino de liberar el potencial de otro ser humano.

¡Sí, toda una tarea! Antes de considerar el coaching para tu equipo, es importante que tengas en cuenta los cuatro principios fundamentales del coaching.

Empecemos por los dos primeros.

Un entrenador no puede tener éxito a menos que su equipo confíe en él. Como primer principio del coaching, la confianza es vital porque facilita una buena comunicación. Dos personas que comparten confianza tienen más probabilidades de ser abiertas y honestas entre sí. Los secretos o las mentiras no suponen una amenaza para su vínculo.

Para los entrenadores esto es importante, ya que un entrenador necesita saber exactamente lo que mueve a su equipo. Un coach exige a sus clientes honestidad total. Pero no lo conseguirá a menos que se presente con honestidad: ¡la confianza es, por supuesto, una calle de doble sentido!

El segundo principio clave del coaching tiene que ver con el potencial. ¿Qué significa esto? El coaching se basa en el supuesto de que cada persona tiene potencial para crecer y convertirse en algo mejor.

Desbloquear el potencial de alguien comienza con una observación atenta. Escucha atentamente lo que dice la persona y la forma en que lo dice. ¿Habla demasiado bajo? ¿O evita el contacto visual? ¿Quizá mantiene la cabeza gacha, o quizá se enfada con rapidez?

Cada uno de estos aspectos permite al coach descubrir los paradigmas, o puntos de vista del cliente, lo que piensa del mundo y de sí mismo, que puede afectar (a menudo negativamente) a su forma de actuar y comportarse.

Por ejemplo, el paradigma de una persona que muestra una baja autoestima podría ser que carece de habilidades vitales cruciales y, por tanto, nunca podrá conseguir nada que merezca la pena. El trabajo de un coach consiste en extraer esta información, que luego puede cuestionarse, para mostrar al cliente su verdadero potencial.

Haz preguntas poderosas para crear compromiso. Fomenta un estado de flujo para ejecutar con eficacia.

Con una buena comprensión de la confianza y el potencial, podemos pasar a los dos siguientes principios del coaching. Éstos son el compromiso y la ejecución.

Empecemos por desgranar el compromiso. ¿Por qué es importante?

La motivación de una persona para alcanzar objetivos a largo plazo sólo se mantiene fuerte cuando tiene un firme compromiso interno con esos objetivos. Una forma de crear un compromiso interno duradero es formular preguntas de coaching poderosas y escuchar activamente.

Considera estas preguntas para tus clientes. ¿Cuáles son las estrategias y objetivos más importantes que necesitas alcanzar, personal y profesionalmente? ¿Quieres marcar la diferencia en el mundo? ¿Buscas mejorar tus habilidades profesionales, cada día?

Cuando las personas toman conciencia de sus propios objetivos y, lo que es más importante, de por qué quieren alcanzarlos, su propósito se hace tangible y su voluntad de comprometerse se fortalece.

Una vez establecido el compromiso, es hora del cuarto y último principio: la ejecución. ¿Cómo abordan los entrenadores este paso crucial?

Recuerda: el trabajo de un coach no consiste en empujar o tirar de un cliente hacia la realización. Por el contrario, el trabajo de un coach consiste en asegurarse de que el cliente pueda llegar por sí mismo a donde quiere ir. La mejor forma de conseguirlo es que el coach ayude al cliente a aprender a trabajar en el estado de flujo.

Un estado de flujo es cuando te sientes totalmente absorbido por una tarea y completamente concentrado, con la mente, el cuerpo y el alma. En el estado de flujo, consigues lo máximo y avanzas con naturalidad hacia tu objetivo final.

Los atletas a menudo alcanzan el estado de flujo antes y durante una prueba, lo que les permite liberarse de distracciones y terminar con la mayor fuerza posible.

Ahora que conoces los cuatro principios de un gran coaching, veamos más de cerca las habilidades que intervienen en el coaching. ¿Cómo ponen en acción los entrenadores estos cuatro elementos: confianza, potencial, compromiso y ejecución? Sigue leyendo para averiguarlo.

El coaching requiere credibilidad y la capacidad de cuestionar la actitud de un cliente.

Es importante que un coach enfoque correctamente la creación de confianza. No es fácil. Los entrenadores deben tener en cuenta algunas cosas a la hora de desarrollar la confianza con un cliente.

Una persona de confianza es una persona de confianza.

Un coach digno de confianza es también una persona creíble. Como coach, tienes que desarrollar tanto el carácter como la competencia . El carácter se refiere a la integridad personal, en términos de cualidades como la honradez y la modestia. La competencia, por su parte, se refiere a tus habilidades y capacidades.

Los buenos entrenadores demuestran un carácter fuerte y competencia a la vez. Supongamos que eres una persona honesta, pero un pésimo gerente. Si siempre llegas tarde y eres un olvidadizo perpetuo, ¿crees que tu equipo confiará en ti? Por supuesto que no. La verdadera credibilidad surge de un equilibrio armonioso entre carácter y competencia.

Al igual que desarrollar la confianza, liberar el potencial de un cliente también requiere un enfoque meditado. Comienza por cuestionar los paradigmas inexactos que limitan el rendimiento de un cliente. Pero, ¿hasta qué punto influyen realmente los pensamientos personales en el rendimiento?

Piénsalo. Si alguien te dice que rindes menos que tus compañeros de trabajo, lo que pienses al respecto se convertirá en una fuente de presión. Puedes estresarte, y esto afectará a tu rendimiento en el futuro.

Los entrenadores deben desafiar constantemente los pensamientos negativos de sus clientes. Por supuesto, esto no significa que debas ser especialmente duro con un cliente con baja autoestima, ¡ya que eso iría en contra del objetivo!

Lo importante es que te sientas bien.

Todo se reduce a hacer las preguntas adecuadas. Los grandes coaches saben cómo hacer preguntas que aumenten el autoconocimiento del cliente, de modo que éste pueda descubrir las oportunidades de crear un cambio.

Una de las claves del éxito de los coaches es la autoestima.

Una pregunta desafiante para el paradigma podría ser: «Parece que das por sentado que tal y tal cosa es así. ¿Por qué es así exactamente? Los coaches ayudan a los clientes a reflexionar sobre sus propias suposiciones, de dónde proceden y, lo que es más importante, si son razonables.

Una vez conseguido esto, una pregunta de seguimiento sería: «¿Cuáles son las alternativas a hacer esto?». Esto puede iniciar un debate para ayudar al cliente a desarrollar enfoques nuevos y sostenibles.

Gestiona el día a día sin perder de vista el largo plazo. Los coaches ayudan a mantener este equilibrio.

«Es mejor tener una estrategia de grado B con una ejecución de grado A, que al revés»

En general, puede ser difícil saber en qué dirección quieres dirigirte profesionalmente, ya que los objetivos a largo plazo a veces pueden parecer vagos o poco realistas en el mejor de los casos.

Como coach, la tarea de guiar a otros para que alcancen sus propias aspiraciones tentativas es ciertamente un reto. Sin embargo, los grandes entrenadores lo consiguen. ¿Cómo lo hacen?

Los coaches te ayudan a aclarar tus misiones personales y profesionales, y a esbozar estrategias para alcanzarlas. Sin una misión clara que te guíe, puedes acabar aferrándote a nociones que parecen atractivas pero esquivas, como la fama o el dinero. Un coach está ahí para recordarte que debes dedicar este tiempo a descubrir y definir tus propias misiones personales y profesionales.

Además, es vital plantearse objetivos personales y profesionales simultáneamente. Centrarse sólo en uno crea problemas más adelante. Por ejemplo, centrarse en los objetivos profesionales trabajando montones de horas o asumiendo responsabilidades adicionales puede chocar con los objetivos personales de pasar más tiempo con la familia.

Considerar simultáneamente los objetivos personales y profesionales crea problemas más adelante.

Para ayudar a un cliente a encontrar un mejor equilibrio entre su vida laboral y personal, el coach debe ayudarle a esbozar sus misiones profesionales y personales en armonía. Por supuesto, una cosa es ayudar a un cliente a definir sus objetivos y otra muy distinta es alcanzarlos.

Investigaciones realizadas por los consultores Michael Mankins y Richard Steele revelaron que, por término medio, las estrategias empresariales sólo proporcionan el 63% del rendimiento financiero prometido.

Si no se cumplen las misiones y los objetivos estratégicos, se desvanecen en meras esperanzas y sueños. Entonces, ¿cómo hacen los grandes entrenadores para que los objetivos se hagan realidad?

Empiezan por ayudar al cliente a identificar las actividades urgentes del día a día y los objetivos estratégicos a largo plazo. La gente pasa demasiado tiempo en el «torbellino» de las exigencias cotidianas. Un coach debe ayudar a un cliente a aprender la disciplina de mantener en mente las estrategias a largo plazo, para alcanzar antes esos objetivos.

El mejor feedback que puedes dar es el que sale directamente de la boca de tu cliente.

Si quieres mejorar tu trayectoria profesional y la de tu vida, necesitarás algún tipo de feedback regular de los demás.

Los coaches, por supuesto, no son diferentes. Si un coach quiere ayudar de verdad a un cliente, tendrá que ofrecerle muchos comentarios a lo largo del camino.

Pero si quieres ayudar a un cliente, tendrás que ofrecerle muchos comentarios a lo largo del camino.

Pero el feedback negativo o mal formulado es desalentador y es algo que todo entrenador debe evitar.

Entonces, ¿cómo puede un entrenador formular el feedback para que sea relevante, valioso y procesable?

Un gran coach pide a la gente que se dé retroalimentación a sí mismaen primer lugar

Pregunta, por ejemplo: ¿Qué te gusta de la acción que acabas de realizar? Sólo después de que la clienta evalúe sus propias acciones, el coach debe ofrecer sus observaciones y sugerencias objetivas.

¿Por qué hacerlo así? Es más probable que las personas se apropien de los comentarios si los dicen ellas mismas. El adagio es cierto: «Puedes llevar un caballo al agua, pero no puedes hacer que beba»

Por qué hacerlo así?

Un feedback honesto y útil, combinado con el coaching, puede conducir a un cambio eficaz, pero es tarea del coach preparar al cliente para recibirlo. Con demasiada frecuencia, la gente asocia negativamente el hecho de recibir feedback.

Por tanto, céntrate en lo positivo y aprovecha los puntos fuertes de las personas. Plantéate las siguientes preguntas: ¿Cuáles son tus puntos fuertes? ¿Cómo crees que puedes centrarte en ellos?

Esto crea una zona segura para explorar el potencial del cliente. Ser capaz de abordar el proceso de retroalimentación de forma abierta y positiva energiza tanto a los coaches como a los clientes.

Un gran coach aprovecha las reservas de talento innato y ayuda a mover el «medio» hacia la grandeza.

¿Sabes dónde residen tus talentos? La mayoría de nosotros tenemos una idea general de lo que se nos da bien. Pero ¿sabías que hay muchas áreas en las que nuestras habilidades son desconocidas y están sin explotar?

Los grandes coaches tratan de liberar y aprovechar los talentos innatos de las personas. A través de las conversaciones, los coaches son capaces de inspirar los comportamientos y actitudes necesarios para sacar a la luz estos talentos y fortalezas.

Estas conversaciones se centran en el progreso del rendimiento, ya que un coach puede trazar medidas claras para definir lo que cuenta como éxito y lo que no. Durante una conversación de mejora, un entrenador debe ser honesto y directo sobre los objetivos, al tiempo que mantiene un feedback alentador y constructivo.

Al final, sin embargo, el coach se aparta, despejando el camino para que la clienta haga el trabajo para el que fue contratada y evitando así los efectos negativos de la microgestión.

En su libro My Way or The Highway, el autor Harry Chambers descubrió que el 62% de los empleados han considerado la posibilidad de cambiar de trabajo debido a la microgestión, mientras que el 32% realmente lo han dejado.

Los grandes coaches se hacen a un lado y despejan el camino para que el cliente haga su trabajo, evitando así los efectos negativos de la microgestión.

Los grandes entrenadores también se centran en las personas con buen rendimiento que se encuentran en el «medio». Estas personas son capaces de alcanzar la grandeza, pero rara vez reciben la atención que necesitan para florecer.

En su libro Ganar: Las respuestas, Jack y Suzy Welch afirman que todas las empresas tienen un grupo de bajo rendimiento (entre el 10 y el 20 por ciento de los empleados), un grupo de rendimiento medio (entre el 60 y el 70 por ciento) y un grupo de alto rendimiento (entre el 10 y el 20 por ciento).

Las organizaciones se benefician de fomentar este grupo de rendimiento medio, ya que constituye la mayoría de los empleados. ¡Piensa en ello! Si ayudas a este grupo a trabajar de forma más eficaz, estarás dando pasos de gigante hacia la productividad de la empresa.

¡Ésta es sólo una de las muchas formas en que el coaching puede tener un impacto de gran alcance!

Conclusiones

El mensaje clave de este libro:

El coaching consiste en aprovechar el potencial innato de una persona y alcanzar sus objetivos. De la confianza al potencial, pasando por el compromiso y, por último, la ejecución, el coaching tiene éxito cuando estos principios están bien definidos. Los grandes coaches utilizan sus habilidades para desafiar el statu quo, ayudando al cliente a enfocar los objetivos con claridad y estableciendo un marco para que el cliente triunfe por sus propios medios.

Sugerido más lectura: Lo que te trajo hasta aquí, no te llevará hasta allí de Marshall Goldsmith

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