Lo rápido y sucio de la visualización de datos
por Nancy Duarte
Mostrar los datos puede ser una propuesta complicada, ya que se aplican diferentes reglas en diferentes contextos. Un director de ventas que presente sus proyecciones financieras a un grupo de representantes de campo no visualizaría sus datos de la misma manera que lo haría una consultora de diseño en una propuesta escrita a un posible cliente.
Entonces, ¿cómo toma las decisiones correctas para su situación? Antes de mostrar sus datos, hágase estas cinco preguntas:
1. ¿Presento o hago circular mis datos?
El contexto desempeña un papel importante en la mejor forma de renderizar los datos. Al hacer una presentación, muestre las conclusiones a las que ha llegado, no todos los detalles que lo han llevado a esas conclusiones. Como sus diapositivas solo estarán listas durante unos segundos, su público tendrá que procesarlas rápidamente. La gente no tendrá tiempo de analizar mucha información compleja y no es probable que corra contra la pared para ver más de cerca las cifras. Entonces, piense a grandes rasgos cuando junte sus gráficos: ¿Cuál es la tendencia general que destaca? ¿Cuál es la comparación más llamativa que está haciendo? Ese es el tipo de preguntas a las que hay que responder con los datos proyectados.
Las escalas, las líneas de la cuadrícula, las marcas de graduación y demás deberían proporcionar contexto, pero sin competir con los datos. Utilice un color neutro claro, como el gris, para que estos elementos pasen a un segundo plano y trace los datos en un color neutro un poco más fuerte, como azul o verde. A continuación, utilice un color brillante para enfatizar lo que quiere decir, como en este ejemplo:
Está bien mostrar más detalles en los documentos o en mazos que envía un correo electrónico en lugar de presente. Los lectores pueden estudiarlos a su ritmo (examinar los ejes, las leyendas, las capas) y sacar sus propias conclusiones de su obra. Aun así, no querrá abrumarlos, sobre todo porque no lo tendrán allí en persona para explicarles cuáles son sus puntos principales. Utilice los espacios en blanco, los encabezados de sección y una jerarquía clara de los elementos visuales para ayudar a sus lectores a navegar por el contenido denso y guiarlos hacia los datos clave.
2. ¿Estoy utilizando el tipo de gráfico o tabla correcto?
Cuando elige cómo visualizar sus datos, decide qué tipo de relación quiere hacer hincapié. Eche un vistazo a este gráfico, que muestra el desglose de una cartera de inversiones:
En el pastel, está claro que esta persona tiene varias inversiones en diferentes áreas, pero eso es todo lo que ve.
Estos son los mismos datos de un gráfico de barras:
Ahora es mucho más fácil saber cuánto se invierte en cada categoría. Si se centra en comparar categorías, el gráfico de barras es la mejor opción. Un gráfico circular sería más útil si tratara de señalar que una sola inversión constituye una parte importante de la cartera.
3. ¿Qué mensaje intento transmitir?
Ya sea que presente o distribuya sus gráficos, tiene que destacar los elementos más importantes para garantizar que su público pueda seguir su línea de pensamiento y centrarse en los elementos correctos. Por ejemplo, este gráfico es difícil de interpretar porque toda la información se muestra con el mismo valor visual:
¿Estamos comparando regiones? ¿Cuartos? ¿Números positivos contra negativos? Es difícil determinar qué es lo que más importa. Añadiendo color, puede atraer la atención hacia áreas específicas:
Ahora sabemos que debemos centrarnos en cuándo y en qué regiones cayeron los ingresos.
4. ¿Mis imágenes reflejan los números con precisión?
Usar muchos colores locos, etiquetas adicionales y efectos llamativos no cautivará al público. Ese tipo de desorden visual diluye la información e incluso puede tergiversarla. Considere este gráfico:
¿Puede calcular los ingresos del Territorio del Norte para el primer año? ¿Tiene 17 años? ¿O quizás 19? La forma en que algunos programas crean gráficos 3D llevaría a cualquier persona racional a pensar que el listón en cuestión está muy por debajo de los 20. Sin embargo, los datos del gráfico indican que la barra representa 20,4 unidades. Puede verlo si observa el gráfico de una manera muy específica, pero es difícil saber qué dirección debe ser, incluso con tiempo de sobra para analizarlo.
Queda mucho más claro si simplemente aplana el gráfico:
5. ¿Mis datos son memorables?
Incluso si ha renderizado sus datos de forma clara y precisa, hacer que la información se mantenga es otro desafío. Considere la posibilidad de utilizar una metáfora visual significativa para ilustrar la escala de sus cifras y consolidar los datos en la mente de los miembros de su audiencia. Una metáfora también puede vincular sus ideas con algo que su público ya sabe y que le importa.
Autor y activista Michael Pollan mostró cuánto petróleo crudo se necesita para hacer un McDonald’s de un cuarto de libra con queso mediante una llamativa demostración visual: colocó vasos sobre una mesa y los llenó de aceite para representar la cantidad de aceite consumida en cada etapa del proceso de producción. Al final, probó el aceite para dejar claro su punto de vista. (Para añadir un elemento de humor, más tarde reveló que su «aceite» de utilería era sirope de chocolate). Vea el vídeo aquí:
Pollan podría haber mostrado un gráfico, pero fue más eficaz porque dio al público una imagen tangible, una imagen que provocó una respuesta visceral.
Al responder a estas cinco preguntas a medida que presenta sus datos, los visualizará de una manera que ayude a las personas a entender cada punto de su presentación, documento o mazo e interactuar con él. Como resultado, será más probable que su público adopte su mensaje en general.
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