Crea estrategias para alcanzar la excelencia creativa.
No existe una fórmula infalible para hacer realidad tus ambiciones artísticas. Pero eso no significa que el éxito creativo sea una cuestión de azar. Muchas personas que alcanzan la excelencia creativa se adhieren a un conjunto compartido de procesos, prácticas y actitudes. Entonces, ¿qué te impide unirte a sus filas?
En una palabra: nada. Al fin y al cabo, la creatividad es una habilidad que se puede aprender y perfeccionar. El resumen que sigue comparte las ideas y estrategias que necesitas para profesionalizar tu creatividad. Armado con consejos y técnicas para reforzar tu práctica creativa, podrás convertir tus escarceos creativos en un trabajo profesional pulido y listo para compartir con el mundo.
En estos resúmenes, te ofrecemos una serie de consejos y técnicas para mejorar tu creatividad.
En este resumen, aprenderás
- por qué vender tu trabajo no significa venderse;
- lo que el grupo Steely Dan puede enseñarte sobre el perfeccionismo;
- y
- cómo puedes aprender a amar a tus críticos
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Confía en ti mismo para encontrar tu propio camino hacia una práctica creativa.
No te digas nunca: «No puedo ser creativo». Sí que puedes. Y, de hecho, ya lo eres. Cada vez que has garabateado en la esquina de un cuaderno o has tarareado una canción en la ducha, te has expresado de forma creativa.
Tienes la capacidad de ser creativo.
Tienes capacidad para la creatividad y para transformar tu capacidad creativa bruta en práctica profesional. Pero prepárate: el camino para establecerte como profesional creativo puede ser difícil de recorrer. No existe una hoja de ruta predeterminada hacia el éxito creativo profesional.
Como dice la escritura hindú, el Bhagavad Gita: «Es mejor seguir tu propio camino, aunque sea imperfectamente, que seguir perfectamente el de otra persona».
El mensaje clave es: Confía en ti mismo para encontrar tu propio camino hacia una práctica creativa.
Entonces, ¿cómo encuentras tu camino creativo? Tu camino está en tu proceso. Confía en tu proceso, y tu camino se manifestará por sí mismo.
Pero esa confianza puede que no sea suficiente.
Pero esa confianza puede ser difícil de ganar. El nuestro es un mundo que valora más el resultado que el proceso. No juzgamos el trabajo de un fontanero por la calidad de su proceso; lo juzgamos en función de si el inodoro sigue goteando o no. Lamentablemente, muchos aplican esta misma actitud a los esfuerzos creativos. Juzgamos el éxito de un libro por los ejemplares que vende, el éxito de un músico por el número de estadios que consigue llenar.
Pero fijarse en los resultados puede llevar a los creativos a tomar decisiones superficiales, basadas en el mercado. El hecho es que no existe tal cosa como un resultado sin un proceso que conduzca a él. Para encontrar tu auténtica creatividad, céntrate en tu propio proceso creativo, que naturalmente será diferente del de los demás. Confiando en tu propio proceso único, sin valorar su resultado, descubrirás tu camino.
Por supuesto, a veces es difícil confiar en el proceso. Puede que sientas que las notas de guitarra que rasgueas nunca se fundirán en una armonía, o que las frases que apuntas durante el trayecto al trabajo nunca llegarán a convertirse en un libro. Incluso los creadores más consolidados confiesan sentirse abrumados por las dudas. Pero he aquí una buena noticia: tus sentimientos no importan. Tus acciones sí.
A diferencia de nuestros sentimientos, nuestras acciones están bajo nuestro control. Así que, haz tu proceso, aunque sientas que no puedes.
Confía en ti mismo; confía en tu proceso. A veces tu proceso producirá un buen resultado. A veces no. Pero cada vez que vuelves a comprometerte con él, vuelves a comprometerte a descubrir tu potencial creativo.
Tu creatividad es abundante y necesaria, así que sé generoso con ella.
Novelas en los últimos cajones del escritorio. Rutinas de baile practicadas en habitaciones vacías con las cortinas echadas. Lienzos apilados en armarios. Muchos creativos hacen arte por hacer arte. Y eso está bien. ¿Pero un creativo profesional? Crean para un público.
Si quieres ser un profesional creativo, tienes que sentirte cómodo compartiendo tu trabajo. Ten cuidado: puede que sea más fácil decirlo que hacerlo. Desde la vergüenza al perfeccionismo, hay muchas razones por las que puede que no quieras compartir tu trabajo. ¿Y adivina qué? Tienes que ignorarlas todas.
El mensaje clave es: Tu creatividad es abundante y necesaria, así que sé generoso con ella.
¿Qué te frena a la hora de compartir tu trabajo?
Tal vez tengas una mentalidad de escasez. Acumulas ideas y conocimientos, preocupado por que, una vez agotados, no puedan reponerse. Eso te hace reacio a compartirlas con los demás por si te quitan las ideas. ¿La verdad? Es poco probable que eso ocurra. Tu creatividad es inagotable, a menos que actúes como si no lo fuera. Comparte tus dones creativos y seguirán creciendo. De hecho, cuanto más intercambies con los demás, más inspiración recibirás.
Por otra parte, tal vez seas reacio a compartir porque piensas que es como «vender» tu trabajo, y eso te parece venderte. Pero pensar así confunde el arte con la industria. La industria existe para llenar un vacío en el mercado y maximizar los beneficios en el proceso. El arte es diferente. El arte no llena vacíos, sino que abre nuevas ventanas. El arte crea cambios. Y en el mundo actual, necesitamos cambios.
Llevar tu obra al mercado es lo que hace que esté disponible. Eso no es venderse, ¡es lo que permite que se produzca el cambio impulsado por el arte! De hecho, si quieres hacer el mejor arte posible, tienes que compartir tu trabajo. Compartir te aporta feedback, y el feedback es la base para mejorar tu trabajo.
Por último, tal vez tengas miedo de compartir. Es comprensible. Compartir tu trabajo te hace vulnerable y te expone a la crítica negativa. Si quieres inspirarte para superar este obstáculo, fíjate en los cómicos. Esos tipos dedican muchas horas a los micrófonos abiertos frente a un público escéptico. A veces sus chistes salen bien. A veces fracasan. Pero cada vez que comparten su trabajo, lo mejoran.
Si no compartes generosamente tu trabajo, no estás desarrollando todo tu potencial como profesional creativo, y tu trabajo no está cumpliendo su propósito.
Aprovecha tu creatividad para forjar una carrera de éxito.
Si has tomado la decisión de ser un profesional creativo, eso significa que tu arte es tu trabajo. Puede que no sea tu trabajo o la actividad que paga tus facturas, pero tienes que tratar tu práctica creativa como una carrera. Y, al igual que en cualquier otra carrera, tendrás que esforzarte por desarrollar tus habilidades y esforzarte por alcanzar los objetivos de rendimiento clave si quieres llegar al siguiente nivel.
Si tratas tu práctica creativa como un trabajo, significa que tu arte es tu trabajo.
Si tratas tu práctica creativa como un hobby o un desahogo, nunca llegará a ser más que eso. Pero si inviertes profesionalmente tiempo, recursos y habilidades en tu práctica, puedes convertir tu pasión en una carrera duradera.
El mensaje clave es: Apóyate en tu creatividad para forjar una carrera de éxito.
Aquí tienes algunas estrategias que te ayudarán a tratar tu práctica creativa como un trabajo:
Primero, encuentra tu hora. ¿Quieres ponerte en forma? Puedes hacerlo si sigues una fórmula sencilla. Dedica una hora al gimnasio cada día. Hacer ejercicio durante una hora no es difícil; sólo tienes que hacerlo todos los días y recogerás los frutos. Desarrollar tu creatividad no es diferente. Comprométete a dedicar una hora cada día. Levántate temprano o trasnocha si es necesario. El simple hecho de invertir tiempo en tu trabajo creativo te reportará dividendos.
En segundo lugar, consigue dinero.
Segundo, que te paguen. Amar lo que haces no significa regalar tu trabajo, no si eres profesional. Las personas e instituciones depredadoras pueden intentar convencerte de que compartir tu trabajo gratuitamente demuestra generosidad. Pero no lo olvides: en nuestra sociedad, el dinero significa valor. Insistir en el pago demuestra tu valor como profesional creativo. Puede que a un abogado le encante su trabajo, pero no lo hará a cambio de nada. ¿Por qué deberías hacerlo tú? Indica a tus clientes que crees en tu trabajo. Además, cobrar te da la libertad económica para hacer crecer tu consulta, ya sea comprando equipos o encargando un sitio web.
Por último, consigue un trabajo creativo.
Por último, consigue mejores clientes. Imagina a un diseñador gráfico atascado diseñando folletos corporativos poco inspiradores cuando sabe que es capaz de ejecutar campañas globales impactantes. ¿Quién le dio ese aburrido encargo? Por un lado, fue el cliente quien se lo dio. En un nivel más profundo, fue él. Al fin y al cabo, él aceptó al cliente. Los mejores artistas trabajan con los mejores clientes: clientes que exigen grandes ideas y esperan excelencia creativa.
Tu intención artística da forma a tu producción, así que asegúrate de que está clara.
¿Has intentado alguna vez planificar un trabajo creativo? Si lo has hecho, sabrás que el producto final siempre se desvía del plan de alguna manera. Esquematizar una novela no impedirá que se cuele un nuevo personaje, y hacer un guión gráfico de un cortometraje no garantiza que todas las escenas de tu cuaderno de bocetos lleguen al montaje final.
De hecho, trabajar de forma creativa no es una tarea fácil.
De hecho, el trabajo creativo puede ser tan impredecible que algunas personas optan por no planificarlo en absoluto. Pero tanto si improvisas como si trabajas siguiendo un esquema, hay una cosa que siempre debes establecer antes de empezar a trabajar: tu propósito.
La clave del éxito.
El mensaje clave es: Tu intención artística da forma a tu producción, así que asegúrate de que está clara.
Muchos creativos noveles tienen miedo de articular la intención de su trabajo. ¿Por qué? Bueno, las intenciones son muy arriesgadas. Establecer una intención puede abocarte al fracaso: una obra que no cumple su intención es un fracaso. Pero una obra hecha sin intención nunca puede tener éxito. Para crear profesionalmente, tu trabajo debe estar respaldado por una intención.
La intención artística no es negociable. ¿Cómo puedes definir la tuya?
Primero, pregúntate: «¿A quién intento llegar con este trabajo?». Puede que tengas la tentación de responder «a todo el mundo». Después de todo, ¿quién no querría la mayor audiencia posible para su trabajo? Pero tu trabajo no será para todo el mundo. Al menos, todavía no. Así que esfuérzate: ¿quién es tu lector, espectador o usuario ideal? ¿Qué quieren, necesitan, temen y creen? Merece la pena ser específico. Porque si orientas bien tu trabajo, llegará mucho más allá de tu público objetivo. Imagina a diez vaqueros reuniendo a mil cabezas de ganado. Los vaqueros no llegan a cada una de las vacas. Dan codazos al ganado en los bordes del rebaño, que luego influyen en todo el grupo para que se mueva. Tu público objetivo son los vaqueros. Una vez que los hayas convencido, ellos harán el trabajo de convencer al rebaño.
Ahora, pregúntate: «¿Para qué es este trabajo?». Si eres un ingeniero que construye un puente, esto es fácil de responder: el puente está ahí para conectar dos terrenos. Para un creativo, sin embargo, las cosas no son tan sencillas. ¿Para qué sirve un cuadro? Al fin y al cabo, ¿para qué sirve una representación? Aunque puedes responder a preguntas como éstas. Como te dirá cualquier ingeniero, todo tiene una función. Una vez que hayas establecido la función de tu obra, ya sea entretener, educar o provocar una determinada reacción emocional, entonces puedes dedicarte a crear obras que cumplan esa función.
Los bloqueos creativos no ocurrirán si no aspiras a la perfección.
En un momento u otro de tu carrera creativa, probablemente te encontrarás con el temido bloqueo creativo. Perderás la inspiración. Empezarás a sudar al ver una página en blanco. Te preguntarás si volverás a tener una buena idea.
Suena terrible, ¿verdad? Pero si temes los bloqueos creativos, o si actualmente estás luchando contra uno, anímate. Un bloqueo creativo no es más que una construcción cultural. En otras palabras, no existe realmente.
El mensaje clave es: Los bloqueos creativos no ocurrirán si no aspiras a la perfección.
Para ser algo que realmente no existe, los bloqueos creativos pueden parecer frecuentes. ¿Por qué?
En una palabra: perfeccionismo. Es difícil empezar a trabajar cuando, en tu mente, el resultado tiene que ser perfecto. También es difícil terminar tu trabajo cuando no te conformas con menos que la perfección. A veces es difícil incluso progresar con él.
Para ilustrar este punto, fijémonos en dos bandas diferentes: Steely Dan y Bruce Springsteen y la E Street Band.
Durante años, Steely Dan se negó a hacer giras. En su lugar, pasaban horas en el estudio, puliendo sus grabaciones hasta que eran perfectas. El grupo pensaba que una actuación en directo nunca podría alcanzar la perfección técnica de sus grabaciones de estudio. Así que nunca actuaron en directo.
Bruce Springsteen y su E Street Band, en cambio, son unos artistas implacables en directo. Sus conciertos no están pulidos: son crudos y auténticos, y a veces se cuelan algunos errores. ¿Decepcionan a sus fans? En absoluto. La cruda autenticidad es lo que atrae a los fans.
¿Y adivina qué? Cuando Steely Dan dio un giro de 180 grados y decidió, después de décadas, que sí quería hacer giras, a sus fans les encantó la experiencia de ver al grupo en directo «imperfecto», tanto como los «perfectos» álbumes de estudio.
Entonces, ¿a quién servía Steely Dan cuando se negaba a interpretar nada que no fuera la música más pulida posible? No servían tanto a sus fans como a su propio perfeccionismo.
Los estándares son geniales. Poner el listón muy alto te permite sentirte orgulloso de tu trabajo. Pero no busques la perfección. Es más que probable que tu inamovible bloqueo creativo se desintegre cuando dejes de lado el perfeccionismo y te des permiso para ser desordenado y crudo.
Acepta las críticas, pero sólo dentro de unos límites!
¿Qué convierte a alguien en un verdadero profesional creativo? No es cuánto dinero gana con su trabajo, ni cuántos fans tiene, ni cuántas críticas elogiosas acompañan su nombre. De hecho, para ser un profesional creativo, sólo tienes que hacer una cosa: publicar tu trabajo; en otras palabras, entregarlo a un público.
Suena sencillo, ¿verdad?
Suena sencillo, ¿verdad? Eso es porque lo es. Internet ha democratizado la creatividad, y ahora hay más formas que nunca de compartir tu trabajo creativo con los demás.
Es después de que hayas enviado tu trabajo cuando las cosas se pueden complicar.
La clave del éxito.
El mensaje clave es: Acepta las críticas, ¡pero dentro de unos límites!
Una vez que hayas enviado tu trabajo, es probable que recibas una respuesta del público. En el mejor de los casos, todos los que se encuentren con tu obra la adorarán sin reservas. Pero seamos sinceros: no va a ocurrir así. Shakespeare, Kahlo y Mozart tuvieron sus detractores. Tú también los tendrás.
Entonces, ¿cómo afrontas las críticas? Bueno, puedes intentar aceptarla. Si tienes suerte, puede que recibas comentarios de un crítico generoso, alguien que se toma el tiempo de analizar tu trabajo y señalar las partes que no le funcionan. El crítico generoso ha dedicado tiempo a comprometerse con tu obra y aprecia tu intención. Quiere seguirte en tu viaje artístico, aunque tenga algunos consejos para ti. Alguien que se compromete con tu trabajo a este nivel no es un detractor. De hecho, es un admirador. No estás obligado a hacer los cambios que te sugiere, aunque deberías tenerlos en cuenta. Pero, sin duda, debes agradecerle su atenta respuesta a tu trabajo.
A veces, sin embargo, tus críticos no serán considerados ni generosos. Y debes sentirte libre de no relacionarte con trolls o personas que no pertenecen a tu mercado objetivo. Pero que los comentarios no sean considerados no significa que no puedan ser útiles. Pregúntale al director Sam Raimi. Raimi es conocido por películas de gran éxito de público como Spider-Man y The Evil Dead. Como aspirante a cineasta adolescente, Raimi solía pagar a sus compañeros 50 céntimos para que asistieran a las proyecciones de sus películas. A menudo, ¡abucheaban incluso antes de que acabaran las películas! Pero Raimi no se desanimaba. Anotaba cuándo se producían los abucheos, y luego rehacía esas escenas una y otra vez hasta que los abucheos desaparecían por completo.
La crítica puede doler.
La crítica puede doler. Pero comprométete a aprender de las críticas que recibas, y crecerás como creativo.
Puedes optimizar tus posibilidades de alcanzar la grandeza.
Algunos creativos encuentran la satisfacción simplemente en enviar su trabajo a un público modesto. Otros tienen la vista puesta en un premio mayor: la grandeza. No sólo quieren rendir bien; quieren estar en la cima de su campo.
¿Qué impulsa a determinados creativos a alcanzar esa cima? Contrariamente a la creencia popular, no hace falta ser un genio dotado de un don único para alcanzar los escalones superiores de la excelencia creativa. Con compromiso y un poco de estrategia, puedes abrirte camino hasta la cima.
El mensaje clave es: Puedes optimizar tus posibilidades de alcanzar la grandeza.
La grandeza nunca está garantizada. Pero si te esfuerzas por alcanzar la grandeza creativa, como el pianista Glenn Gould o la artista contemporánea Yayoi Kusama, existen algunas técnicas que pueden ayudarte en tu camino.
En primer lugar, la grandeza creativa puede ser un éxito.
En primer lugar, encuentra a tu cohorte. En creatividad, el contexto es crucial. ¿Se habría metamorfoseado Robert Zimmerman en Bob Dylan si nunca hubiera dejado Minnesota por la vibrante escena folk de Greenwich Village en la década de 1950? Quizá, pero quizá no. Indaga a fondo en cualquiera de tus ídolos artísticos, y probablemente descubrirás que no trabajaron de forma aislada. Desde la Florencia renacentista hasta la Mesa Redonda algonquina, los creativos se congregan. Y cuando lo hacen, se estimulan mutuamente para producir obras mayores y más innovadoras. Así que sal en busca de tu cohorte.
En segundo lugar, dedícate a tu habilidad superpoderosa. Es lo que haces mejor, lo que te hace destacar en un mercado saturado. Centrarte en tu habilidad superpoderosa puede significar descuidar otras partes de tu trabajo. Y eso está bien. De hecho, demuestra que vas por buen camino. Piensa en FedEx, la potencia mundial del transporte. ¿Enviarías un cuadro al óleo de valor incalculable a través del país con FedEx? Probablemente no. Como la superpotencia de FedEx es su velocidad, dejan la manipulación ultra cuidadosa a sus competidores. Así que no intentes acaparar todo el mercado. Dedícate a pintar retratos increíbles si ese es tu superpoder, y deja los paisajes para otros. Se trata de encontrar tu nicho y destacar en él.
Por último, haz la lectura. ¿Irías a un seminario de posgrado y empezarías a compartir tus opiniones si no hubieras hecho antes la lectura? La respuesta, esperemos, es no, por supuesto que no. La misma lógica se aplica a cualquier campo creativo en el que te encuentres: lee los libros de texto clave, sigue los blogs clave, escucha los podcasts clave y ponte al día sobre los profesionales más influyentes. Para rendir al máximo, tienes que ponerte manos a la obra.
La creatividad prospera con limitaciones, así que acéptalas.
El grupo de rock alternativo REM es un músico famoso en todo el mundo. Pero durante mucho tiempo, al principio de su carrera, no conseguían llegar a lo más alto de las listas de éxitos. Finalmente, publicaron su álbum Out of Time. Fue un gran éxito que permaneció dos años en las listas de éxitos y propulsó al grupo desde el renombre indie al estrellato.
¿Cuál fue el ingrediente mágico que hizo que Out of Time tuviera tanto éxito? No fue más libertad creativa ni más recursos. Todo lo contrario: la banda aceptó las restricciones y limitaciones.
El mensaje clave es: La creatividad prospera con limitaciones, así que acéptalas.
Mientras hacían Fuera de tiempo, REM decidió a propósito crear en condiciones limitadas. El guitarrista principal, Peter Buck, tocó la mandolina, un instrumento con el que no estaba familiarizado, en lugar de su instrumento habitual. El resto de la banda se vio obligada a adaptarse y también tocó instrumentos desconocidos.
Al final, fue haciendo las cosas más difíciles, no más fáciles, como la banda pudo producir su obra rompedora.
Aquí hay una lección. Como creativos, a menudo tenemos la tentación de pensar: «Haría mi mejor trabajo si tan sólo«. Si el lienzo fuera más grande, por ejemplo, si el presupuesto fuera más saneado o si el plazo no estuviera a la vuelta de la esquina. En realidad, sólo unos pocos privilegiados disfrutan de total libertad creativa, sin las preocupaciones de complacer a los clientes o de gastarse el dinero. Y la verdad es que esas limitaciones que nos irritan a menudo nos impulsan a hacer nuestro mejor trabajo. Los creativos inteligentes aceptan las limitaciones externas.
Creativos como Susan Kare, por ejemplo. Cuando trabajaba para Apple, le encargaron que diseñara la interfaz de su nuevo ordenador Mac. Le dieron una cuadrícula de 32×32 para que la rellenara con los iconos del ordenador. Sus diseños tenían que ser en blanco y negro y funcionar con la baja resolución de una de las primeras pantallas de ordenador. Algunos artistas se habrían rendido. Pero Kare, a pesar de estas limitaciones, llegó a crear un influyente lenguaje visual que diferenció a Apple, desde el icono de la carpeta de archivos hasta la flecha del ratón.
Apple.
Así que, cuando te enfrentes a limitaciones, piensa como REM y Kare. No caigas en la tentación de pedir más presupuesto o más tiempo. Acepta las limitaciones. Tu creatividad se disparará, tu práctica creativa alcanzará nuevas cotas y la carrera creativa que visualizas estará más cerca de tu alcance.
Conclusiones
El mensaje clave de estas Conclusiones:
La creatividad puede parecer espontánea, mágica y -desgraciadamente, si eres un profesional creativo- impredecible. Pero en realidad, con estrategia y disciplina, puedes encauzar tu proceso creativo y maximizar tu producción creativa. Pensar inteligentemente sobre tus intenciones, tu público y tu conjunto de habilidades puede encaminarte hacia un éxito creativo duradero.
Consejos para la acción
Consejos Accionables:
Piensa de forma inteligente.
No temas al rechazo.
El dibujante del New Yorker Drew Dernavich causó sensación en Internet cuando compartió una foto de dos pilas de papel. Una pila eran viñetas rechazadas. El otro eran viñetas aceptadas. El montón de los rechazados sobresalía por encima del otro. A los creativos de éxito no les rechazan menos. Simplemente envían más.
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Qué leer a continuación: Sigue adelante de Austin Kleon.
Si este resumen te ha inspirado para emprender tu camino creativo, entonces el resumen de Mantener el rumbo hará que mantengas el rumbo. Aprenderás el papel que desempeñan la resiliencia y la perseverancia en el cultivo de una vida creativa capaz de adaptarse a los retos y superar las dificultades. Mantener la concentración y la energía es esencial para lograr tus ambiciones creativas, y este resumen te mostrará cómo hacerlo, independientemente de lo que te depare la vida.