La era de los productos sociales
por Mark Bonchek, Sangeet Paul Choudary
Estamos pasando de un mundo en el que los productos físicos están separados a uno en el que están conectados. Los ordenadores fueron solo el principio. Los aparatos y los motores ahora envían alertas cuando necesitan mantenimiento. Las cámaras suben sus fotos automáticamente. Las máquinas expendedoras activan su propia reposición. Los cultivos se alimentan y se riegan por sí mismos.
Este cambio tiene muchos apodos: «Internet de las cosas» e «Internet de todo» son dos de los más populares. Pero la historia de Internet sugiere que esto es solo el principio. El verdadero cambio se producirá cuando los productos no solo estén conectados, sino también en redes sociales. En lugar de Internet de las cosas, deberíamos pensar en la red social de las cosas. Para aprovechar este cambio, tiene que empezar a pensar en la vida social de sus productos.
Lo que hace posible el Internet de las cosas es la confluencia de varias tecnologías: sensores económicos, redes inalámbricas y computación en nube. La posibilidad de acceder a los datos y a los recursos informáticos desde cualquier lugar significa que los productos no necesitan tener ordenadores ni memoria integrados. Simplemente pueden usar la nube. Une sensores, un procesador simple y una conexión inalámbrica y tendrá los ingredientes de un producto inteligente y conectado.
Ya se espera que el Internet de las cosas transformar el servicio de atención al cliente, modelos de negocio, y publicidad. Pero debemos recordar la evolución de Internet. Los primeros días (la Web 1.0) tenían que ver con los ordenadores que hablaban con los ordenadores. Unos años más tarde (Web 2.0), la gente empezó a hablar con la gente. Internet era disruptivo como infraestructura conectada, pero se hizo explosivo cuando se hizo social.
Hoy, la mayor parte del debate sobre el Internet de las cosas tiene que ver con la conexión de los productos. Pero el hecho de que su producto esté conectado no lo convierte en social. En el caso de los productos, la verdadera revolución llegará cuando los objetos no solo pasen información de un lado a otro, sino colaborar en torno a un propósito compartido.
Esta información está detrás de la reciente adquisición de Waze por parte de Google por 1.100 millones de dólares. Google ya tiene el mejor programa de mapas y tráfico, ¿por qué querrían otro? ¿Fue solo para mantenerlo fuera del alcance de Apple o Facebook? Creemos que no.
Entre otras cosas, Waze descifró el código de los productos sociales. Google Maps es una red de datos, mientras que Waze es una red social, en este caso de coches, teléfonos y personas. Waze crea un repositorio de información de tráfico que se actualiza constantemente, al igual que Wikipedia crea un repositorio dinámico de información enciclopédica. Sin embargo, en este caso, son los coches, los teléfonos y las personas los que colaboran para crear el conjunto de conocimientos. Waze ofrece una idea de cómo el coche puede convertirse en un dispositivo social mediante el pocos datos creado por cada coche y conductor individuales. Según el director de Google Maps, el objetivo es «aprovechar el poder de la tecnología de Google y la pasión de la comunidad de Waze para facilitar la navegación en su vida diaria».
Waze nos muestra cómo los coches del futuro no solo se conectarán entre sí, sino que también aprovecharán la inteligencia colectiva de esa comunidad de coches conectados. También podemos ver esto en otras áreas. Los lectores de libros electrónicos conectados ya ayudan a todos los lectores individuales a beneficiarse de las acciones de la comunidad. Nike apuesta por un futuro con zapatillas conectadas, en el que cada zapato individual aprenda de los datos acumulados de una red de zapatillas conectadas. Los productos sociales aprovechan el poder de la comunidad para aprender de otros productos.
Entonces, ¿cómo se crea un producto social?
En primer lugar, necesita un producto inteligente y conectado. Puede construir el suyo propio (como los termostatos y las alarmas domésticas de Nest) o utilizar el dispositivo de otra persona. Puede ser un teléfono inteligente (piense en Waze), un dispositivo de consumo con API abiertas (como la FuelBand de Nike) o un dispositivo comercial con una alianza estratégica (como Opower y las empresas eléctricas).
En segundo lugar, tiene que hacer que el producto sea social. Esto requiere una plataforma en la que las personas y los productos estén conectados en una red de colaboración. Cada producto individual y cada usuario se beneficia de formar parte de una comunidad de productos y usuarios similares. Por ejemplo, el termostato y el detector de humo de Nest funcionan juntos. Cuando la alarma detecta monóxido de carbono, indica al termostato que apague el horno.
En el caso de Waze, cada coche y conductor se beneficia de la información recopilada y agregada de la comunidad de coches y conductores. Eso no es todo. UN Un estudio del Departamento de Transporte demuestra cómo los coches del futuro se comunicarán entre sí. Los coches que estén a menos de 300 pies uno del otro enviarán su velocidad y ubicación a los demás, quienes avisarán al conductor según sea necesario. Los coches sin conductor de Google podrán realizar ajustes automáticamente. En este estado futuro, ¿son los coches que conducen o las redes sociales?
Si está pensando en crear una estrategia en torno a los productos sociales, tiene varias opciones. Necesita un producto conectado, una red social de personas, una red social de productos y una plataforma colaborativa para la interacción, el intercambio de datos y el análisis. La buena noticia es que no tiene que hacer todo esto usted mismo.
- Instagram aprovechó un producto conectado existente (cámara de un teléfono inteligente) y una plataforma colaborativa existente (Facebook) para crear una red social de teléfonos con cámara conectados.
- Qualcomm Life está creando una nueva plataforma de colaboración para transformar los dispositivos conectados existentes (para dispositivos móviles de salud y acondicionamiento físico) en productos sociales. Reconociendo que también necesitaban una red social de personas, hace poco compraron HealthyCircles para ayudar a los médicos, los pacientes y los familiares a coordinar la atención y el apoyo.
- Nike está creando todo un ecosistema de productos conectados ( Zapatos Hyperdunk+), red social de productos (FuelBand), red social de personas (Nike+) y plataforma colaborativa (Digital Sports).
La era de los productos sociales cambiará la base de la ventaja competitiva. Las empresas se han centrado tradicionalmente en la supremacía de los productos, superando a sus competidores con mejores características y atributos. En la era de los productos sociales, la ventaja competitiva no proviene de las características del producto sino de los efectos de red. Las empresas triunfan con productos que aprovechan mejor la inteligencia de la red de otros productos conectados. Se trata de un cambio de mentalidad de pensar en un solo producto a pensamiento de plataforma conectada.
La era de los productos sociales está amaneciendo. Las empresas que crean productos inteligentes, conectados y, lo que es más importante, sociales, no solo sobrevivirán, sino que prosperarán.
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