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Psicología

Deje de decirle a los introvertidos que actúen como extrovertidos

por Evy Kuijpers, Joeri Hofmans, Bart Wille

Deje de decirle a los introvertidos que actúen como extrovertidos

El lugar de trabajo moderno está hecho para los extrovertidos. Los extrovertidos son pagó más, ascendió más rápido y tuvo una valoración más positiva por parte de sus colegas y directivos. Como tal, no es de extrañar que mucha gente dicen que quieren ser más extrovertidos y que los empleados que buscan avanzar en sus carreras son alentado a menudo participar en actividades extrovertidas como establecer contactos y hablar en público. Pero si no es extrovertido por naturaleza, ¿poner cara de extrovertido realmente vale la pena?

Las investigaciones han demostrado que incluso para las personas introvertidas por naturaleza, comportarse de una manera más extrovertida puede ser mejora el estado de ánimo y ser energizante en el momento. Por ejemplo, en una serie de estudios de laboratorio, los participantes fueron asignados al azar para participar en actividades más o menos extrovertidas, y los investigadores descubrieron que los participantes del grupo más extrovertido informaron consistentemente de niveles más altos de felicidad inmediatamente después del experimento. En nuestra propia investigación, hemos demostrado efectos similares en un entorno laboral del mundo real: cuando los empleados actuaban de forma más extrovertida de lo que solían hacer, se sentían mejor, más felices y con más energía.

Dicho esto, tanto nuestra propia investigación como la de los demás también ha demostrado que actuar de una manera que está fuera de lugar puede agotarse a largo plazo. En particular, un estudio descubrió que cuando los introvertidos actuaban de forma extrovertida, mejoraban su estado de ánimo y sus niveles de energía a corto plazo, pero como estos comportamientos eran inconsistentes con sus personalidades y preferencias naturales, sus niveles de energía disminuían sustancialmente apenas una hora después del hecho, lo que, en última instancia, dificultaba su capacidad de beneficiarse de estas actividades. Esto sugiere un coste mental importante asociado a actuar de forma más extrovertida que usted, un coste cuyos costes a largo plazo a veces superan a los beneficios.

Por ejemplo, ir a un evento de networking puede ser una oportunidad para conocer gente que pueda ayudarlo a crecer profesionalmente y a entusiasmarse más con su trabajo. Pero si es introvertido, estos eventos también pueden ser tan agotadores que se estresa y se vuelve ineficaz y, en última instancia, anula cualquier posible beneficio para su carrera o para su bienestar. Sin duda, las personas que son más introvertidas por naturaleza pueden beneficiarse de adoptar conductas extrovertidas en algunos casos. Pero las investigaciones ilustran la importancia de hacerlo con moderación y de asegurarse de darse tiempo para recargar energías cuando opta por actuar de forma más extrovertida de lo que es.

Entonces, ¿qué se necesita para lograr el equilibrio adecuado? La autorreflexión es el primer paso fundamental. Pregúntese cómo lo hacen sentir las diferentes situaciones sociales y cuánto tiempo necesita para recuperarse de los diferentes tipos de actividades extrovertidas. La misma actividad puede ser reconstituyente para una persona y estresante para otras, por lo que es vital adoptar un enfoque personalizado y probar diferentes opciones para ver cuál es la más eficaz para usted.

Luego, una vez que haya determinado cómo las diferentes conductas tienden a afectarlo, hay algunas técnicas respaldadas por la investigación que pueden ayudarlo a mantenerse al tanto de sus niveles de energía social. Programar los descansos de forma proactiva puede ser una buena forma de asegurarse de que tiene tiempo reservado para recargar energías tras un período de extroversión. Por ejemplo, el expresidente de los Estados Unidos Barack Obama ha compartido que como introvertido cuyo trabajo requería actividades extrovertidas (y por lo tanto, agotadoras para él), como dar discursos, reunirse con otros líderes y participar en debates públicos, dedicar «tiempo a solas» era esencial para ayudarlo a recargarse. Algunas personas también encuentran atención plena o meditación prácticas útiles y, para algunos, llevar un diario puede ser una forma eficaz de procesar el agotamiento, reflexionar y obtener información sobre las situaciones que más les agotan, y aliviar la ansiedad y el estrés.

Lo más importante es que no espere a agotarse y, de forma reactiva, trate de curar una «resaca extrovertida». Las soluciones rápidas, como tomar siestas agotadoras o depender de forma poco saludable de la cafeína o el alcohol, no resolverán el problema y acabarán creando más estrés a largo plazo. En su lugar, identifique las estrategias que mejor le funcionen e incorpórelas de forma proactiva en su vida antes de que se agote. Eso significa determinar qué actividades es probable que le resulten agotadoras o revitalizantes y, después, planificar con antelación en consecuencia para asegurarse de que está preparado para mantener niveles de energía sostenibles y, al mismo tiempo, alcanzar sus objetivos.

No se pueden negar los beneficios profesionales de actuar de forma extrovertida. Muchos elementos de nuestra vida laboral requieren un cierto grado de extroversión para salir adelante, ya sea dar una charla en una conferencia importante, charlar en un cóctel o simplemente alzar la voz en una reunión. Sin embargo, la investigación sugiere que para las personas menos extrovertidas por naturaleza, actuar de manera más extrovertida a veces puede resultar muy contraproducente, ya que estas conductas pueden terminar agotando y agotando en lugar de energizar. Así que antes de subirse al tren de la extroversión, piense qué tipos de actividades sociales le van a dar más energía y cuáles pueden acabar haciéndole más daño que bien. En última instancia, se trata de conocer sus propios límites, utilizar su batería social de forma inteligente y darse tiempo para recargarse si lo necesita y cuando lo necesite.

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