Buenos días, la gente es menos ética por la noche
por Christopher M. Barnes, Brian Gunia, Sunita Sah
Los empleados se enfrentan a muchas tentaciones de comportarse de forma poco ética en el trabajo. Resistir esas tentaciones requiere energía y esfuerzo. Pero la energía que es esencial para ejercer el autocontrol aumenta y disminuye. Y cuando esa energía está baja, la gente es más probabilidades de comportarse de forma poco ética. Esto abre la posibilidad de que, incluso en el mismo día, una persona determinada pueda ser ética en un momento dado y poco ética en otro momento.
En los últimos años, la investigación gerencial y psicológica ha descubierto algo interesante: tanto la energía como la ética varían con el tiempo. En contraste con la suposición de que las personas buenas suelen hacer cosas buenas y las personas malas hacen cosas malas, cada vez hay más pruebas de que las personas buenas pueden no ser éticas y las personas malas pueden ser éticas, según las presiones del momento. Por ejemplo, las personas que no durmieron bien la noche anterior suelen actuar de forma poco ética, aunque no sean personas poco éticas.
Nuestra investigación partió de esta idea. Basándose en investigaciones recientes que indican que las personas pueden volverse más poco éticas a medida que pasa el día, preguntamos si esto ocurre de la misma manera para las personas que muestran diferentes patrones de energía a lo largo del día. Los investigadores de la fatiga han descubierto que el estado de alerta y la energía siguen un ciclo diario predecible que se alinea con la proceso circadiano. Sin embargo, diferentes personas pueden cambiar en sus ritmos circadianos. Algunas personas son «alondras» o «gente madrugadora» porque sus el ritmo circadiano está cambiado más temprano ese mismo día. Se detectan más fácilmente por su tendencia natural a despertarse temprano por la mañana. Otros son «búhos» o «gente vespertina» y se desplazan en la dirección opuesta. Las alondras tienden a levantarse temprano y los búhos tienden a quedarse despiertos hasta tarde.
Basándonos en esta investigación, predijimos que las alondras y los búhos seguirían diferentes patrones de comportamiento ético y poco ético a lo largo del día. Como sus niveles de energía deben seguir diferentes patrones y esta energía es crucial para resistir la tentación, esperábamos que las alondras no fueran éticas a altas horas de la noche que a primera hora de la mañana y que las lechuzas fueran más poco éticas a primera hora de la mañana que a altas horas de la noche. Para comprobar esta predicción, realizamos dos estudios de laboratorio.
En nuestro primer estudio, nos centramos únicamente en el comportamiento por la mañana. Llevamos a los participantes de la investigación a un laboratorio y les asignamos una sencilla tarea matricial en la que les pagamos dinero adicional por cada matriz adicional que decían haber resuelto. Los participantes creían que su trabajo era anónimo y, por lo tanto, podían denunciar en exceso para ganar más dinero. Pero pudimos volver y determinar cuántos resolvieron realmente. En otras palabras, podríamos determinar quién hizo trampa declarando en exceso el número de matrices resueltas. Según nuestra predicción, dado que eran sesiones matutinas: los noctámbulos tenían más probabilidades de hacer trampa que las alondras.
En nuestro segundo estudio, pusimos a prueba la predicción completa: el comportamiento poco ético dependería tanto de los ritmos circadianos como de la hora del día. Asignamos al azar a un nuevo grupo de participantes de la investigación a una sesión de laboratorio, ya sea temprano por la mañana (de 7 a 8:30 de la mañana) o tarde por la noche (de medianoche a 1:30 de la mañana). Los participantes emprendieron una tarea de tirar los dados previamente establecida como prueba de comportamiento poco ético. En esta tarea, tiraron un dado de forma anónima y nos denunciaron el número, y nosotros les pagamos en función del número que declararon (cantidades más altas para tiradas más altas).
Aunque no sabíamos qué números sacaban realmente los participantes, sí sabíamos que todos deberían reportar una media de 3,5. Por lo tanto, cualquier diferencia sistemática entre las condiciones (gente madrugadora por la mañana y gente vespertina por la mañana, por ejemplo) indicaría que está haciendo trampa. De acuerdo con nuestra predicción, surgió un patrón interesante y estadísticamente significativo. Las alondras en la sesión nocturna informaron haber obtenido tiradas más altas (M=4,55) que las alondras en las sesiones matutinas (M=3,86), y las lechuzas de la mañana reportaron tiradas más altas (M=4,23) que las lechuzas en las sesiones nocturnas (3,80). Estas pruebas concuerdan con la idea de que las alondras son más poco éticas por la noche que por la mañana y que los búhos son más poco éticos por la mañana que por la noche. Encontraremos una descripción más detallada a finales de este año en nuestro próximo artículo de la revista Ciencia psicológica.
La conclusión organizativa importante de estos hallazgos es que las personas tienen más probabilidades de actuar de forma poco ética cuando no coinciden, es decir, toman una decisión a la hora equivocada del día para su propio cronotipo. Los directivos deben tratar de aprender el cronotipo (alondra, búho o intermedio) de sus subordinados y asegurarse de respetarlo a la hora de decidir cómo estructurar su trabajo. Los directivos que piden por diversión para tomar decisiones de prueba ética por la noche, o a un búho para tomar esas decisiones por la mañana, corren el riesgo de fomentar, en lugar de desalentar, un comportamiento poco ético.
Del mismo modo, las personas que controlan sus propios horarios de trabajo deben estructurar su trabajo teniendo en cuenta su cronotipo. Muchos de nosotros tenemos la tentación de dedicar esa hora extra de trabajo. Sin embargo, si somos de los que se levantan por la noche, creamos una situación en la que resistirse a la tentación puede ser más difícil que nunca. Los búhos que se programan horas extra temprano por la mañana se enfrentan al mismo problema.
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