Ya sea que esté equilibrando un trabajo diurno con las responsabilidades de cuidado, trabajando en una actividad secundaria o simplemente buscando una mayor autonomía con respecto a su horario, el trabajo flexible puede ser una bendición para los empleados. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que también puede tener un coste oculto: una serie de estudios con casi 2000 empleados y estudiantes descubrieron que trabajar en horarios no estándar reducía significativamente la motivación intrínseca de las personas, lo que hacía que el trabajo fuera menos motivador y agradable. La buena noticia es que los autores también identificaron una intervención eficaz para permitir a los trabajadores aprovechar las ventajas del trabajo flexible sin sacrificar su motivación intrínseca. Al cambiar su forma de pensar para normalizar el trabajo durante las horas que tradicionalmente no eran de trabajo, los empleados y los estudiantes pudieron mantenerse motivados incluso cuando trabajaban los fines de semana o días festivos. Basándose en estos hallazgos, los autores recomiendan tácticas como personalizar la visualización del calendario, instalar una aplicación que le notifique cuando llegue la hora de trabajar o simplemente recordar centrarse en las ventajas de la flexibilidad, para que trabajar cuando quiera trabajar sea más agradable, incluso si va en contra de las normas sociales por defecto.
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El trabajo flexible llegó para quedarse. Una encuesta de 2019 reveló queEl 80% de los trabajadores preferiría trabajar para una empresa que ofreciera horarios de trabajo flexibles, y la pandemia no ha hecho más que intensificar esta tendencia, ya que los empleados de todos los sectores han optado por trabajar cuando y donde quieran. Esto ha sido muy beneficioso para muchas personas, especialmente para quienes equilibran el trabajo con las responsabilidades de cuidado, las actividades secundarias o incluso una vida personal exigente. Sin embargo, nuestroinvestigaciones recientes sugiere que, además de las ventajas, el trabajo flexible también puede tener un inconveniente oculto. Mediante una serie de estudios con casi 2000 empleados y estudiantes en EE. UU. y Europa, descubrimos que trabajar en horarios no estándar, como fines de semana o días festivos, reducía significativamente la motivación intrínseca de las personas, lo que hacía que el trabajo fuera menos motivador y agradable. ¿Por qué una política por la que los empleados parecen estar tan entusiasmados acabaría haciendo que se sintieran peor? La respuesta está en una de las fuerzas psicológicas más poderosas de nuestras vidas: las normas sociales. A pesar de la creciente aceptación de los horarios de trabajo no tradicionales, la sociedad sigue teniendo claronormas que definen cuándo es (y no) apropiado trabajar. La configuración predeterminada de 9 a 5 sigue muy arraigada en nuestra cultura: las aplicaciones de calendario dejan en gris los fines de semana y las noches,Google Doodles y otros productos de consumo cambian de marca para las fiestas, y muchos negocios y escuelas cierran los fines de semana, las noches y los días festivos. Sin duda, ir en contra de una norma a veces puede resultar fortalecedor. Pero también puede debilitar nuestra motivación. En uno de nuestros experimentos, preguntamos a los empleados qué opinaban de su trabajo, primero cuando trabajaban un día normal y, una semana después, cuando trabajaban un día festivo federal. Descubrimos que la motivación y el disfrute eran significativamente menores cuando los empleados trabajaban durante un día festivo, a pesar de que ambos días eran lunes y los empleados realizaban actividades laborales similares. La buena noticia es que nuestra investigación también identificó una estrategia que puede ayudar a los empleados y a los estudiantes a mantenerse motivados cuando trabajan fuera del horario de trabajo «normal». Descubrimos que, al cambiar intencionalmente su forma de pensar, las personas podían conservar la motivación y, al mismo tiempo, aprovechar las ventajas de un horario flexible. En un experimento inicial para probar esta idea, hicimos que empleados a tiempo completo se imaginaran trabajar el fin de semana. Le dijimos a un grupo que pensara en cómo se podría haber dedicado mejor su tiempo a actividades no laborales, como relajarse con los amigos o escuchar música, mientras que a un segundo grupo le dijimos que pensara en cómo estaban aprovechando su tiempo poniéndose al día con el trabajo. A un grupo de control simplemente se le indicó que reflexionara sobre cómo se sentiría cuando trabajara durante este tiempo, sin un mensaje mental explícito. Si bien estas diferencias pueden parecer sutiles, tuvieron un gran impacto. Centrarse en las ventajas de trabajar los fines de semana ayudó a los empleados del segundo grupo a normalizar el trabajo durante este horario de trabajo atípico y, como resultado, este grupo informó que estarían, de media, un 23% más interesados y comprometidos con su trabajo que los otros dos grupos. Curiosamente, el grupo de control imaginó que estarían tan desmotivados como el primer grupo, a pesar de que no los presionamos para que se centraran en las desventajas de trabajar el fin de semana. Esto sugiere que la tendencia natural de las personas cuando trabajan en horarios de trabajo no estándar es a pensar en cómo se podría haber dedicado mejor su tiempo a actividades no laborales, lo que pone de relieve el poder de nuestra intervención que cambia la mentalidad. En otro experimento, probamos esta intervención en un entorno real, con estudiantes trabajando en la biblioteca del campus durante las vacaciones de primavera. Ayudamos a un grupo de estudiantes a replantear este horario como horario de trabajo estándar, pidiéndoles que pensaran en cómo la gente suele utilizar las vacaciones de primavera para salir adelante o avanzar con su trabajo, mientras que incitamos a otro grupo a mantener la norma social por defecto pensando en cómo la gente suele utilizar este tiempo para divertirse, relajarse y descansar. Luego preguntamos a los estudiantes qué opinaban de su trabajo y descubrimos que los del primer grupo estaban un 15% más de motivados intrínsecamente para completar su trabajo. Es importante destacar que, si bien estos experimentos nos permitieron intencionalmente prompt people to shift their mindset, nuestra vida diaria está llena de sutiles recordatorios de las normas de uso del tiempo que pueden tener un impacto sustancial en nuestra opinión acerca de nuestro trabajo. Por ejemplo, puede que esté pensando en utilizar un vuelo largo para trabajar, pero cuando se sienta y ve una pantalla llena de opciones de entretenimiento a bordo, puede reducir su motivación para trabajar. Del mismo modo, puede que le hubiera gustado tomarse los viernes libres y trabajar los domingos, pero cuando abre la agenda y se le recuerda que está trabajando un fin de semana, puede resultar muy desmotivador, ya que hace que piense que su trabajo es menos atractivo y divertido que si hubiera trabajado el viernes. Darse cuenta de estas señales y sustituirlas de forma proactiva por indicaciones que le ayuden a cambiar su forma de pensar acerca de los horarios de trabajo no estándar puede ayudarle a mantenerse motivado cuando trabaja con un horario no tradicional. La flexibilidad es una bendición para el lugar de trabajo moderno, pero no debería tener por qué ir en detrimento de la motivación intrínseca. Cuando los empleados encuentran su trabajo motivador y agradable,trabajar más duro, funcionar mejor, son más creativo, y son más servicial y altruista. También informan que han mejorado equilibrio entre la vida laboral y personal y en generalbienestar. Para disfrutar de las ventajas del trabajo flexible sin sacrificar su capacidad de mantenerse motivado, intente encontrar formas de cambiar su forma de pensar de forma proactiva (ya sea personalizando la visualización del calendario, instalando una aplicación que le notifique cuando llegue la hora de trabajar o simplemente recordarse que debe centrarse en las ventajas de la flexibilidad). Con el estado mental adecuado, es posible tener la agenda que desea y también le encante su trabajo.