¡Yo soy el jefe! ¿Por qué me importa si le caigo bien?
por Jack Zenger and Joseph Folkman
Mucha gente asume que es posible que una persona sea un líder eficaz sin ser agradable. Técnicamente es cierto, pero puede que no le gusten las probabilidades. En un estudio realizado a 51 836 líderes, descubrimos que solo 27 tenían una valoración en el cuartil inferior en términos de simpatía, pero en el cuartil superior en términos de eficacia general del liderazgo, es decir, aproximadamente uno de cada 2000.
Nuestro índice de simpatía, basado en los datos recopilados en 360 evaluaciones, mide un amplio conjunto de comportamientos que van mucho más allá de sonreír y tener una personalidad agradable. Para ver la lista completa y hacer una autoevaluación de su simpatía personal, haga clic aquí.
La simpatía parece un rasgo inmutable, algo que la gente tiene o no tiene. Pero nuestra experiencia trabajando con miles de líderes sugiere lo contrario. Nuestros datos 360 de estos más de 50 000 líderes muestran siete medidas clave que los ejecutivos pueden tomar para aumentar sustancialmente su simpatía.
- Aumentar las conexiones emocionales positivas con los demás. Al igual que la gripe o el resfriado, las emociones son contagiosas. Si un líder está enfadado o frustrado, esos sentimientos se extenderán a los demás. Por el contrario, si un líder es positivo y optimista, esas emociones también se propagan. Sea consciente de su estado emocional y esfuércese por difundir las emociones positivas.
- Muestre una integridad sólida como una roca. ¿Los demás confían en que cumplirá sus compromisos y promesas? ¿Los demás confían en que será justo y hará lo correcto? Nos gustan los líderes en los que confiamos; no nos gustan los de los que desconfiamos.
- Coopere con los demás. Algunos líderes creen que compiten con otros miembros de la organización, pero el propósito de la organización es unir a los empleados para que trabajen juntos en pos de un propósito común.
- Sea entrenador, mentor y profesor. Piense en alguien que lo haya ayudado a desarrollar o aprender una nueva habilidad. ¿Qué opina de esa persona? La mayoría de la gente tiene recuerdos positivos y afectuosos de los entrenadores y mentores. Ayudar a los demás a desarrollarse es un regalo que nunca se olvida.
- Sea una inspiración. La mayoría de los líderes saben muy bien cómo impulsar los resultados. Exigen excelencia. Insisten en que los empleados alcancen objetivos ambiciosos. En otras palabras, presionan. Y los mejores jefes también lo hacen. Pero eso no es todo lo que hacen. Los líderes más exitosos también son eficaces a la hora de atraer. Se arremangan las mangas cuando es necesario y colaboran con el equipo. Se comunican con fuerza. Los líderes que inspiran, como era de esperar, son más agradables.
- Sea visionario y céntrese en el futuro. Cuando los empleados no entienden claramente hacia dónde se dirigen y cómo van a llegar allí, se sienten frustrados e insatisfechos, y se sienten como pasajeros sin control y con pocas opciones excepto quejarse. Compartir una visión del futuro y ayudar a los miembros del equipo a entender cómo llegar allí inspira confianza: es difícil que le guste un líder que se pierde en la naturaleza.
- Pida su opinión y haga un esfuerzo por cambiar. Nuestros datos de 360 grados muestran claramente que la mayoría de las personas se consideran más agradables que sus jefes, compañeros y subordinados directos. ¿Cómo puede cerrar esa brecha? Como demuestra el siguiente gráfico, existe una fuerte correlación entre la simpatía de un líder y la medida en que solicita y responde a los comentarios de los demás. Los comentarios de los demás ayudan a los líderes a entender el impacto (positivo o negativo) que tienen en los demás.
Puede ser más simpático. Identifique dos de las acciones de la lista anterior que más le ayuden en su situación actual. Una buena forma de empezar sería pedir comentarios y pedir a los miembros del equipo que identificaran qué actividades serían más valiosas para ellos. Haga un plan, identifique las medidas específicas que tomará para mejorar y, a continuación, cúmplalo. Pida a otras personas que le den su opinión sobre su progreso.
Y, por cierto, si es un hombre, esto es aún más importante para que lo tenga en cuenta, porque con toda probabilidad, le gusta menos que sus homólogas femeninas y eso dificulta su eficacia como líder.
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