Si es un pato cojo, grazna como uno
por Marshall Goldsmith
Para muchos líderes, es difícil para anunciar que pronto pasarán el testigo del liderazgo a su sucesor. El temor más común es que si declaran sus intenciones demasiado pronto, se conviertan en blancos cojos. Nadie quiere que eso suceda.
Casi todos los líderes mantienen este diálogo interno como parte de el desafío de «reducir la velocidad». Este miedo, que a menudo se traduce en posponer el anuncio de la sucesión hasta el último momento, inhibe lo que podría haber sido una transición mucho más fluida.
Admítalo: cuando se acerca la hora de salir, usted lo hará¡conviértase en un blanco cojo! Está bien. Las miradas se centrarán inmediatamente en su sucesor, ya que su visión para el equipo, el departamento o la empresa significará más que la suya. Los colegas que se hayan topado con su desaprobación por sus ideas favoritas simplemente «esperarán a que pase» y revenderán sus ideas a su sucesor. La gente empezará a chupárselo como antes lo hacían con usted.
Entonces, ¿cuál es la solución? Haga las paces con ser un blanco cojo — antes sucede. Su vida, la vida de su sucesor y la vida de sus compañeros de trabajo serán mucho mejores.
Anticipándose a su jubilación, uno de mis clientes favoritos del CEO compró un pato disecado y envolvió una pierna. Se llevó este peluche «pato cojo» a algunas reuniones. Sus subordinados directos y su sucesor pensaron que era divertidísimo. Más allá de dar humor, este blanco literalmente cojo ayudó a romper el hielo sobre el tema potencialmente incómodo de su próxima partida. ¿La moraleja de esta historia? Sea un blanco cojo feliz y productivo.
Y tenga en cuenta que no está tan mal ser un blanco cojo. Utilice este tiempo para entrene a su sucesor entre bastidores. Transfiera la autoridad antes de que sea necesario. Apoye a su sucesor en todo lo que pueda. Aumente su confianza.
Haga participar a su sucesor en las decisiones importantes y asegúrese, lo mejor que pueda, de que está de acuerdo con cualquier objetivo a largo plazo antes de que se anuncie. Después de todo, esta es la persona que tendrá que vivir con estos objetivos durante los próximos años y tendrá que hacer que funcionen.
La clave para ser un gran blanco cojo es tomar decisiones duras e impopulares que, ya sabe, serán buenas para la empresa a largo plazo. No se deje atrapar por «terminar con una buena nota» o por asegurarse de que se ve bien. Concéntrese en poner a su sucesor en una situación en la que triunfe. Este tipo de clase y abnegación son poco frecuentes, pero esta es su última oportunidad de hacer lo correcto en beneficio a largo plazo de la empresa, de su sucesor e incluso de usted mismo. ¡No lo desperdicie!
Lectores, por favor, compartan sus experiencias al convertirse en un blanco cojo o al observar a líderes que eran blancos cojos.
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