Los equipos de alto rendimiento no dejan las relaciones al azar
por Ron Friedman

Las investigaciones han demostrado que los empleados con vínculos estrechos en el trabajo son más productivos, creativos y colaboradores. También están más satisfechos con su trabajo, son menos susceptibles al agotamiento y menos propensos a marcharse. Los directivos pueden crear las condiciones para que florezcan las amistades en el trabajo mediante tres acciones sencillas. En primer lugar, facilite a los empleados la identificación de puntos en común. Cuando presente a un nuevo empleado, comparta detalles coloridos sobre sus intereses personales en su mensaje de bienvenida. Esto demostrará que se preocupa por ellos como personas y les facilitará el establecimiento de vínculos con otros que compartan los mismos intereses. En segundo lugar, puede destacar los objetivos compartidos. Llame la atención sobre los proyectos que requieren un esfuerzo de equipo o haga hincapié en cómo sus objetivos sólo pueden alcanzarse trabajando juntos. Por último, convierta la tensión en conexión. Los desacuerdos pueden ofrecer mucho valor, como soluciones más creativas, una mejor toma de decisiones y un mayor rendimiento. Puede convertir los momentos de tensión en conexión volviendo a comprometerse a trabajar juntos ("Apuesto a que podemos resolver esto"), reconociendo las contribuciones de las personas ("Está claro que has puesto mucho trabajo en esto") o valorando su experiencia ("Siempre he apreciado tu visión de los clientes").
A primera vista, las amistades en el lugar de trabajo pueden parecer triviales, algo bonito de tener que es distinto de los objetivos organizativos tradicionales como la productividad, la eficacia y la rentabilidad.
Nada más lejos de la realidad. Una gran cantidad de estudios revelan que, al alimentar nuestra necesidad psicológica humana básica de pertenencia, las conexiones significativas en el lugar de trabajo impulsan muchos de los resultados fundamentales para los equipos de alto rendimiento.
Para empezar, los empleados con vínculos estrechos en el trabajo son más productivos, creativos y colaboradores. También afirman estar más satisfechos con su trabajo, son menos susceptibles al agotamiento y tienen menos probabilidades de abandonar su organización para buscar otro puesto. En otras palabras, no sólo contribuyen mejor, sino que proporcionan más estabilidad a un equipo.
Por el contrario, cuando los empleados se sienten desconectados de su equipo o solos en el trabajo, su rendimiento se viene abajo. Su capacidad de concentración se deteriora y su disposición a colaborar cae en picado. Peor aún, dedican valiosos recursos cognitivos a intentar ocultar su soledad a los demás, lo que les deja menos potencia de fuego mental para completar los proyectos. En resumen, se vuelven menos capaces de hacer su trabajo.
Ahora bien, una cosa es apreciar lógicamente el valor de las conexiones estrechas y otra saber qué hacer al respecto. Después de todo, ¿qué puede hacer un líder para que sus compañeros de trabajo estrechen lazos?
La respuesta corta es mucho.
Las investigaciones sugieren que las amistades en el lugar de trabajo no surgen por casualidad. Florecen bajo ciertas condiciones, muchas de las cuales los líderes pueden diseñar estratégicamente, incluso en un entorno remoto o híbrido. He aquí tres estrategias basadas en pruebas que los líderes pueden utilizar para aprovechar los conocimientos de la ciencia de los vínculos estrechos.
1. Utilice los puntos en común para suscitar amistades.
Los estudios indican que uno de los motores más potentes de las amistades es la similitud. Cuanto más tengan en común los trabajadores entre sí, ya sea un programa de televisión favorito, una afición de fin de semana o incluso el mismo cumpleaños, más probabilidades habrá de que congenien. En un fascinante estudio sobre los mejores amigos que permanecieron unidos durante casi 20 años, los investigadores descubrieron que el factor que mejor predice el vínculo a largo plazo es el nivel de similitud cuando los amigos se conocen por primera vez.
Los directivos pueden aprovechar esta idea facilitando a los empleados la identificación de los puntos en común. La incorporación ofrece la oportunidad perfecta. En lugar de limitarse a presentar a los nuevos contratados por su experiencia profesional, considere la posibilidad de entrevistarlos para descubrir algunos detalles pintorescos sobre sus intereses personales, y espolvoree estos detalles en su mensaje de bienvenida.
Presentar a los nuevos miembros del equipo por sus intereses personales los humaniza inmediatamente y permite a los miembros del equipo existentes encontrar puntos en común por los que pueden estrechar lazos. Además, preguntar por los intereses personales demuestra a los nuevos contratados que usted se preocupa por ellos y valora su individualidad. También es un elemento diferenciador. En un mundo en el que el 88% de los empleados cree que el proceso de incorporación de su empresa puede mejorar, diseñar una introducción que siente las bases para la amistad no sólo diferencia a una organización, sino que allana el camino para una colaboración más eficaz.
2. Destaque los objetivos compartidos.
Es fácil suponer que los empleados que dependen del mismo jefe se verán naturalmente como un equipo. Sin embargo, no siempre es así. Por lo tanto, un aspecto crucial de la dirección de equipos es asegurarse de que los empleados vean a sus colegas no sólo como compañeros de trabajo, sino como compañeros de equipo. La pregunta es, ¿cómo?
Los psicólogos sociales aprecian desde hace tiempo que las metas compartidas, o la experiencia de trabajar juntos hacia un objetivo común, favorece el desarrollo de amistades. Y, de hecho, los estudios demuestran que los trabajadores que ven a sus compañeros como esenciales para su éxito entablan amistades más estrechas, tienen menos desacuerdos y consideran su trabajo más significativo.
El reto en muchas organizaciones es que los objetivos compartidos suelen ser sorprendentemente difíciles de identificar, sobre todo cuando los miembros de un mismo equipo trabajan en proyectos diferentes. Es cuando no sentimos que nuestros objetivos se alinean con los de nuestros colegas cuando asistimos a la aparición de camarillas, silos y conflictos.
Y sin embargo, los objetivos compartidos aún pueden ofrecer a los líderes una valiosa oportunidad para crear una mentalidad de equipo, incluso cuando la colaboración es limitada. Por ejemplo, los directivos pueden llamar la atención sobre las formas en que los proyectos requieren un esfuerzo de equipo. Hacerlo puede ser tan sencillo como destacar una colaboración importante o agradecer públicamente a una persona cuyas contribuciones son vitales para el éxito del equipo pero que es fácil pasar por alto.
Otra opción es hacer hincapié en las metas de todo el equipo (como los objetivos y resultados clave, u OKR) que sólo pueden alcanzarse trabajando juntos. Dependiendo del departamento, los OKR del equipo pueden incluir el aumento de las referencias, la mejora del tráfico orgánico o la optimización de las puntuaciones de compromiso de los empleados.
Los objetivos compartidos también pueden fomentar la creación de equipos fuera de la oficina, durante las actividades recreativas. Una actividad social bien diseñada puede hacer algo más que ofrecer una experiencia divertida, puede presentar las condiciones que permitan a los compañeros trabajar codo con codo hacia un objetivo común. En otras palabras, sáltese la hora feliz de la oficina e invierta en una clase de cocina colaborativa.
3. Convierta la tensión en conexión.
Las investigaciones indican que los desacuerdos en el lugar de trabajo suelen estallar cuando las personas experimentan una ausencia de relación: cuando se sienten infravaloradas, poco apreciadas o perciben una falta de respeto. Cuanto menos conectadas se sientan las personas, más probable es que interpreten una diferencia de opinión como un desaire personal.
Pero los desacuerdos pueden ofrecer mucho valor si se gestionan correctamente. Lejos de ser una señal de disfunción en la oficina, los desacuerdos en el lugar de trabajo pueden aportar soluciones más creativas, una mejor toma de decisiones y un mayor rendimiento.
Los mejores líderes hacen algo más que desactivar los conflictos: utilizan declaraciones que fomentan las relaciones para convertir los momentos de tensión en oportunidades para establecer conexiones más profundas. Éstas pueden adoptar la forma de volver a comprometerse con la colaboración (“Apuesto a que podemos resolver esto”), reconocer las contribuciones de su socio (“Está claro que has puesto mucho trabajo en esto”) o valorar su experiencia (“Siempre he apreciado tu perspicacia en clientes como éste”). El truco está en tranquilizar rápidamente a su colega diciéndole que su desacuerdo no tiene nada que ver con su relación, y todo que ver con encontrar la mejor solución.
Si se utilizan correctamente, las declaraciones para construir relaciones pueden hacer mucho más que apagar incendios en las relaciones. Son una herramienta de conversación vital para fomentar la colaboración, expresar agradecimiento y garantizar que los colaboradores se sientan valorados.
. . .
Durante demasiado tiempo, las amistades en el lugar de trabajo se han dejado al azar. Sin embargo, la investigación es clara: sentirnos unidos a nuestros colegas eleva la productividad, reduce la rotación y fomenta un mejor trabajo en equipo. Como tal, es una herramienta poderosa e infrautilizada para crear equipos de alto rendimiento.
Afortunadamente, la investigación indica que los líderes pueden hacer mucho cuando se trata de alimentar las amistades de los empleados. Utilizando los conocimientos de la ciencia de los vínculos estrechos para promover la creación de lazos, el trabajo en equipo y las colaboraciones productivas, cualquier líder puede alimentar la necesidad de relación de su equipo y elevar el rendimiento.
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