Los adictos al trabajo felices necesitan límites, no equilibrio
por Ed Batista
El éxito suele estar en función de nuestra pasión por el trabajo y los logros. Mis clientes y alumnos son, por lo general, «adictos al trabajo felices» a los que les encanta lo que hacen y desearían que hubiera más horas en el día para hacer las cosas. (Yo también me veo así.) El concepto de conciliar la vida personal y laboral no nos ayuda mucho, porque siempre hay más trabajo por hacer, estamos ansiosos por hacerlo y no lo tendríamos de otra manera. En algunos casos, especialmente en los puestos subalternos al principio de nuestra carrera, una cultura disfuncional o un gerente indiferente puede aprovechar esta tendencia, y en esos momentos tenemos que protegernos para evitar el agotamiento. Pero a medida que avanzamos profesionalmente, estamos menos sujetos a esas fuerzas externas y tenemos que protegernos principalmente de nuestro propio impulso interno.
He aquí una forma de pensar en protegerse. Hace años, mi colega Michael Gilbert sugirió que sustituyéramos «equilibrio» por «límites»: si bien el equilibrio requiere un equilibrio inestable entre las distintas exigencias de tiempo y energía, los límites ofrecen una forma sostenible de mantener las cosas en su lugar adecuado. Gilbert se basó en su formación como biólogo para su definición de los límites de la salud: «Así como las membranas funcionales (que dejan pasar las cosas correctas y evitan que entren las incorrectas) facilitan la interacción sana de las células de nuestro cuerpo, los límites personales funcionales facilitan la interacción sana de las distintas partes de nuestra vida. Los límites incorrectos llevan a sentirse abrumado o a retirarse. Los buenos límites conducen a la integridad y la sinergia».
¿Qué aspecto tiene esto en la práctica? ¿Qué tipos de límites necesitamos?
Límites temporales designa ciertos momentos exclusivamente para la familia, los amigos, el ejercicio y otras actividades no laborales. Tenga en cuenta que no me refiero a equilibrio pero acerca de límites; la cantidad de tiempo sin interrupciones que conservamos para determinadas actividades variará y puede que sea bastante pequeña, pero lo que importa es que creemos y mantengamos un límite funcional en torno a esa época.
Límites físicos asegúrese de salir de nuestras oficinas y lugares de trabajo a intervalos regulares y de crear una distancia real entre nosotros y nuestro trabajo (lo que incluye no solo la propia oficina, sino también todas nuestras herramientas y artefactos profesionales: ordenadores portátiles, tabletas, teléfonos, papeles, todo). De nuevo, la cuestión no consiste en equilibrar los dos mundos, sino en establecer límites para crear la separación necesaria.
Límites cognitivos ayúdenos a resistir la tentación de pensar en el trabajo y centrar nuestra atención en las personas o la actividad en cuestión. No es en absoluto una tarea fácil, sobre todo teniendo en cuenta que muchas cosas de nuestro entorno de trabajo están diseñadas para captar nuestra atención (alertas por correo electrónico, recordatorios de mensajes, innumerables luces parpadeantes e iconos parpadeantes). Reconocer cuando nuestra atención está siendo rehén del trabajo y centrarla en otra parte requiere un esfuerzo persistente y dedicado, pero rinde importantes recompensas, en parte porque centrar la atención es uno de nuestros mayores recursos. (Y una de las razones por las que suelo recomendar la meditación es mejorar la capacidad de controlar hacia dónde dirigimos nuestra atención).
Este cambio sutil —evitar el equilibrio y establecer límites— no es tarea fácil, pero vale la pena para tratar de protegernos de nosotros mismos.
Muchos de mis clientes de coaching ejecutivo y estudiantes de MBA en Stanford están pasando por una transición que implica pasar al siguiente nivel de alguna manera. Están en la cúspide de un gran ascenso, o han lanzado una startup, o su empresa acaba de alcanzar algún hito importante. Muy pocas de estas personas, si es que las hay, dirían que «lo han conseguido»; siguen superando los desafíos en pos de objetivos ambiciosos. Sin embargo, su éxito actual ha creado un punto de inflexión significativo en sus carreras; las cosas van a ser diferentes de ahora en adelante. La naturaleza de esta diferencia varía mucho de una persona a otra, pero veo un conjunto de temas comunes que considero «los problemas del éxito». Puede leer mi primer post aquí.
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