por Ron Friedman
Resumen:
Con demasiada frecuencia, las reuniones de equipo resultan agotadoras. Pero, ¿y si aceleraron el progreso que a menudo sofocan? Los directivos pueden seguir una página del mundo de las empresas emergentes, donde las «reuniones de mentes maestras» están de moda. Los emprendedores suelen firmar cheques de cinco cifras por el privilegio de unirse a otros fundadores y responder a una sola pregunta: ¿en qué se queda atrapado? — ante una audiencia de sus compañeros. Los beneficios de hacer esta pregunta incluyen: reducir la procrastinación, aumentar la resiliencia, aumentar la confianza, menos «perder tiempo» y más crecimiento.
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¿Cuándo fue la última vez que salió de una reunión de trabajo con inspiración, motivación o energía? Si es como la mayoría de las personas, la respuesta es rara vez.
Las reuniones de equipo, en particular, tienen una pésima reputación. Están considerados improductivo, innecesario, agotador, desorganizado y estresante. Peor aún, ellos consuma un tiempo valioso, nos impide avanzar en proyectos importantes y nos hace preguntarnos por qué parece que no podemos hacer nada durante el horario normal de trabajo.
Todos odiamos las reuniones. Pero, ¿y si no lo hicimos? ¿Y si las reuniones aceleraran el progreso que ahora sofocan?
No todas las reuniones son injuriadas universalmente. Algunas son muy codiciadas, como en el mundo de las empresas emergentes, donde las «reuniones de mentes maestras» están de moda. Los emprendedores suelen firmar cheques de cinco cifras por el privilegio de unirse a otros fundadores y responder a una sola pregunta ante una audiencia de sus pares.
La pregunta: ¿En qué está atrapado?
Nombrar su mayor obstáculo en una habitación llena de desconocidos puede no parecerle una propuesta particularmente atractiva. Sin embargo, muchos fundadores lo ven de otra manera. Ven estos llamados «puntos calientes» como una oportunidad para obtener claridad sobre las principales barreras e identificar soluciones que nunca habrían considerado trabajar solos.
Es una pregunta que los líderes inteligentes harían bien en considerar incorporar a las reuniones de equipo. Al hacerlo, se crea un foro colaborativo para la resolución creativa de problemas y ofrece una gran cantidad de ventajas convincentes:
Procrastinación reducida
Saber que se hará la pregunta hace que su equipo reflexione sobre sí mismo antes de cada reunión. Es una invitación a dar un paso atrás y pensar detenidamente en lo que realmente están intentando conseguir, así como en las barreras que se interponen en su camino.
Ese nivel de claridad es poco frecuente, especialmente cuando se trata de obstáculos. Una de las principales razones por las que la gente pospone las cosas en el trabajo es porque no tiene claro cómo hacer avanzar un proyecto. La falta de claridad hace que nos sintamos incómodos y esa incomodidad es algo que buscamos evitar, a menudo sumergiéndonos en las distracciones. Al invitar a los miembros del equipo a identificar y compartir públicamente un obstáculo, los líderes acaban con la procrastinación antes de que se afiance.
Resiliencia más fuerte
Hacer la pregunta «estancada» comunica que sentirse desafiado no es una experiencia que deba ocultarse o temerse. Es de esperar.
Esa perspectiva es útil porque fomenta la resiliencia. Es mucho más fácil capear la adversidad cuando anticipamos que nos harán las pruebas. Por el contrario, cuando los problemas llegan inesperadamente, nos debilitan la confianza y nos llevan a cuestionar nuestras habilidades.
Mayor confianza
Después de que cada compañero de equipo responda a la pregunta «estancada», sus colegas tienen la oportunidad de dar su opinión, lo que permite a los compañeros de equipo ser mentores unos de otros, aprovechar los puntos fuertes de los demás y descubrir una experiencia sin explotar. Es una práctica que fomenta de forma orgánica una mayor colaboración.
Ser honestos y francos acerca de nuestros desafíos también fomenta un diálogo más abierto entre los colegas y facilita la experiencia de seguridad psicológica. En otras palabras, no solo permite avanzar más en proyectos clave, sino que también crea equipos más unidos.
«Coasting» expuesto
¿Qué pasa cuando un miembro del equipo dice que no está atrapado? A menudo, nada de lo que denunciar indica que algo va mal. O el empleado no se siente presionado o no está dispuesto a compartir. En cualquier caso, vale la pena mantener una conversación individual para profundizar. El compromiso viene de estirarse, no de ir a la costa. La pregunta «estancada» ayuda a los líderes a garantizar que todos los miembros de su equipo crecen.
Crecimiento motivado
La fundadora de Spanx, Sara Blakely, compartió una pregunta que su padre le hizo en la mesa cuando era pequeña: «¿En qué ha fallado hoy?» Si Blakely o sus hermanos no tenían nada que denunciar, su padre parecía caído en la cresta. Deseaba que se dieran cuenta de que el fracaso, aunque es doloroso a corto plazo, es vital para lograr el éxito a largo plazo.
Si bien la pregunta de Blakely tiene valor, la palabra «fracaso» conlleva un estigma que dificulta su implementación en el lugar de trabajo. Por el contrario, sentirse «atrapado» transmite una experiencia similar con mucha menos vergüenza. Ofrece a los líderes una herramienta de comunicación que es deseable esforzarse y encontrar sus límites, sin que parezca predicador o desfasado.
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Las reuniones de equipo no deberían tener por qué resultar agotadoras. En lugar de robarnos tiempo, energía y concentración, pueden hacer lo contrario: acelerar nuestro progreso, acercarnos a nuestro equipo y permitirnos lograr más. Como ocurre con cualquier buena solución, el secreto para mejorar las reuniones está en hacer primero la pregunta correcta.