Adopta la disciplina del presupuesto mensual
¿Alguna vez te has rascado la cabeza ante una cuenta bancaria inquietantemente vacía, jugando a los detectives para averiguar dónde se esfumó tu paga? Si has asentido con la cabeza, es probable que el culpable sea tu falta de presupuesto mensual.
Piensa en un presupuesto como en el GPS de tu dinero. Indica dónde debería ir cada dólar de tus ingresos, ofreciéndote una vista de pájaro de tu panorama financiero. Planificar un presupuesto reduce el gasto frívolo, ayudándote a exprimir el valor de cada céntimo. Puntos extra: tu ansiedad cae en picado y tu satisfacción se dispara, con la seguridad de saber que tienes las cuentas pagadas.
«¿Pero cómo hago un presupuesto?». te pregunto.
Bueno, si estás en el tren de los ingresos regulares, es hora de que te hagas amigo del sistema de presupuesto basado en cero. Empieza anotando tus gastos mensuales, ahorros incluidos. Luego, haz de casamentero, emparejando cada gasto con una parte de tus ingresos hasta que cada dólar esté contabilizado. ¿El objetivo final? Tus ingresos totales menos todos los gastos son igual a cero.
Si tienes unos ingresos irregulares, tu estrategia debe reflejar el sistema de presupuesto basado en cero. Anota en un papel tus gastos mensuales, colocando en primer lugar lo esencial: comida, vivienda, ropa y transporte. Cuando llegue el día de paga, empieza a canalizar tus ingresos hacia abajo en la lista hasta que se agoten. Si algunos gastos pierden el tren del dinero, resérvalos para el presupuesto del mes siguiente.
Combina el sistema de presupuesto basado en cero con el sistema de sobres de dinero. Para tus gastos en efectivo, como comida, gasolina o comestibles, asigna sobres específicos. Luego, cuando llegue tu sueldo, reparte el efectivo necesario entre los sobres.
Por supuesto, esbozar un plan presupuestario cada mes es fundamental. ¿Pero cumplirlo? Eso es lo que realmente cambia las reglas del juego. Recuerda, un presupuesto sólo puede hacer su magia si te comprometes a cumplirlo.
Prioriza el ahorro en tu plan financiero
Los ahorros son los ladrillos y la argamasa de tu fortaleza de libertad financiera. Cuanto más ahorres, más te acercarás a ese codiciado estado. Para conseguirlo, tienes que empezar a acumular dinero para tres cosas importantes: un fondo de emergencia, grandes compras e inversiones.
Un fondo de emergencia es tu red de seguridad financiera, lista para atraparte cuando la vida te lance una bola curva. Lo que se considera una emergencia varía de un hogar a otro, pero suele estar entre un coche averiado y una extracción urgente de una muela del juicio. La regla de oro aquí es tener siempre tu fondo de emergencia al alcance de la mano, así que evita inmovilizarlo en inversiones no líquidas.
En la escalera al nirvana financiero de Dave Ramsey, el fondo de emergencia es el primer peldaño, y requiere que ahorres 1.000 $. Con eso cubierto, estarás preparado para afrontar el segundo peldaño: acabar con las deudas, en el que nos sumergiremos a continuación. A partir de ahí, te espera el tercer peldaño: reforzar tu red de seguridad de 1.000 $ para convertirla en un fondo de emergencia completo, equivalente a entre tres y seis meses de tus gastos de manutención.
Tu segundo objetivo de ahorro es para esas compras ostentosas. En este caso, el método del fondo de amortización es tu mejor amigo. Se trata de una estrategia sencilla en la que guardas una cantidad fija cada mes hasta alcanzar tu objetivo. Los cálculos son sencillos: el coste total de la compra dividido por la duración del ahorro. ¿Quieres un smartphone de 500 $ y lo quieres en dos meses? Tendrás que ahorrar 250 $ al mes.
Más allá de los fondos de emergencia y las grandes compras, la tercera misión del ahorro es la inversión. Las inversiones son la gallina de los huevos de oro que puede poner los huevos de la libertad financiera. Aunque el panorama de las inversiones es muy amplio, los fondos de inversión son un punto de partida sólido: distribuyen el riesgo y ofrecen rendimientos atractivos.
Un fondo de inversión es como una mezcla de acciones de distintas empresas. Invirtiendo en uno, puedes probar las acciones de cada empresa. Hay cuatro tipos de fondos de inversión en los que deberías fijarte. En primer lugar, los fondos de inversión internacionales, que presentan empresas de fuera de EEUU. A continuación, los fondos de crecimiento y renta, con empresas grandes y consolidadas. Luego están los fondos de crecimiento con empresas medianas y, por último, los fondos de crecimiento agresivo, llenos de pequeñas empresas de rápido crecimiento. ¿El objetivo? Dedicar el 25% de tu fondo de inversión a cada una de estas cuatro categorías. Al elegir un fondo de inversión, busca un historial de una década de sólidos resultados y una rentabilidad media de al menos el 12%.
Junto con los fondos de inversión, los bienes inmuebles pueden ser una buena adición a tu cartera de inversiones, pero sólo después de haber seguido los siete pasos del plan de Ramsey. Cuando te dispongas a sumergirte en el mercado inmobiliario, considera la posibilidad de asociarte con un agente para realizar el papeleo y conseguir un buen trato. Contrata también un seguro de propiedad y un estudio topográfico. A la hora de pagar, el dinero en efectivo es lo más importante para no volver a endeudarse. Pero si no puedes evitar un préstamo hipotecario, apunta un 10% de entrada y opta por una hipoteca convencional con un tipo de interés fijo durante 15 años. Asegúrate de que las cuotas mensuales no supongan más de una cuarta parte de tu sueldo.
Recuerda que invertir no es cosa de uno. Es un maratón, no un sprint, así que necesitas disciplina para mantener el rumbo.
Cultiva una mentalidad rica
En el fondo, la libertad financiera tiene más que ver con la mentalidad que con los números. Una mentalidad rica cree en el poder del trabajo duro, el valor del ahorro, la virtud de la paciencia y la necesidad de disciplina.
Empieza por redefinir lo que significa riqueza para ti. ¿Es la capacidad de viajar sin limitaciones económicas? ¿O quizá sea la seguridad de que puedes mantener a tu familia sin preocupaciones? Una vez que sepas qué aspecto tiene la riqueza para ti, te resultará más fácil trabajar para conseguirla.
Recuerda que crear riqueza es un viaje, no un sprint. Requiere un esfuerzo constante y hábitos financieros conscientes a largo plazo. Acepta la idea de vivir por debajo de tus posibilidades. Esto no significa privarte de las cosas buenas de la vida. Más bien significa tomar decisiones conscientes sobre el destino de tu dinero.
Esta perspectiva también puede significar resistirse a las presiones sociales para llevar un determinado estilo de vida. Eso podría implicar ignorar el atractivo de los últimos artilugios, los coches caros o la ropa de marca. Tu objetivo debe ser invertir en activos, no en pasivos.
Invierte en autoformación. El conocimiento es la mejor inversión que puedes hacer. Aprende sobre finanzas personales, economía y estrategias de inversión. Lee libros, asiste a seminarios y sigue a los líderes de opinión en este campo. Recuerda, cuanto más aprendas, más ganarás.
Por último, mantén una mentalidad de abundancia. Creer que hay riqueza suficiente para todos alimenta la generosidad. Ya sea dando a organizaciones benéficas o ayudando a un amigo necesitado, el acto de dar puede ser profundamente satisfactorio y, en última instancia, contribuye a tu sensación de riqueza y abundancia.
Recuerda, cultivar una mentalidad de riqueza es el primer y más crucial paso hacia la libertad financiera.
Desarrolla Varias Vías de Ingresos
Depender de una sola fuente de ingresos es arriesgado. Perder el empleo o sufrir un problema de salud que te impida trabajar puede conducir rápidamente a la inestabilidad financiera. Para mitigar este riesgo, debes esforzarte por desarrollar múltiples fuentes de ingresos.
He aquí algunas estrategias a tener en cuenta:
- Invierte en bienes inmuebles: Puedes generar ingresos mediante propiedades de alquiler o volteando casas.
- Crea un negocio paralelo: Si tienes una afición o una pasión, considera la posibilidad de convertirla en un negocio. Puede ser cualquier cosa, desde la repostería a la carpintería o el diseño gráfico.
- Autónomo o consultor: Utiliza tus habilidades profesionales para ofrecer servicios de consultoría o trabajo autónomo.
- Invierte en acciones o bonos: Aunque esto requiere cierto conocimiento y comprensión de los mercados financieros, invertir en acciones o bonos puede proporcionar potencialmente rendimientos significativos.
- Escribe un libro o crea un curso: Si eres experto en un campo concreto, plantéate escribir un libro o crear un curso online.
- Crea un blog o un canal de YouTube: Si eres creativo y tienes contenido interesante que compartir, puedes obtener ingresos a través de la publicidad, el patrocinio y el marketing de afiliación.
- Préstamos entre iguales o crowdfunding inmobiliario: Estas plataformas te permiten prestar dinero a particulares o invertir en proyectos inmobiliarios a cambio de una rentabilidad.
- Inversión en dividendos: Invierte en empresas que pagan dividendos. Se trata de empresas que distribuyen una parte de sus beneficios a los accionistas.
Recuerda que crear flujos de ingresos adicionales requiere tiempo y esfuerzo. Empieza con una o dos y ve aumentando gradualmente. La clave es la constancia y la paciencia.
Practicando un presupuesto mensual disciplinado, dando prioridad al ahorro, evitando las deudas, asegurando tu vida y tus bienes, cultivando una mentalidad de riqueza y desarrollando múltiples flujos de ingresos, puedes allanar tu camino hacia la libertad financiera. Puede que no sea fácil, pero la paz mental y la estabilidad financiera que aporta bien merecen el esfuerzo.
Paga tu casa antes
Después de haber establecido tus ahorros para la jubilación y la universidad, es hora de centrarte en tu casa. El Paso de Bebé nº 6 consiste en liquidar pronto la hipoteca de tu casa.
Mucha gente considera la hipoteca como una deuda necesaria, algo con lo que tendrán que vivir de 15 a 30 años. Pero la realidad es que pagarla antes tiene muchas ventajas. Puedes ahorrar miles, incluso cientos de miles, en pagos de intereses. Además, supone un alivio emocional increíble saber que eres propietario absoluto de tu casa.
Una forma de liquidar la hipoteca antes de tiempo es hacer pagos adicionales al capital. Puedes hacerlos mensualmente, anualmente o como pago único cuando recibas una gran suma de dinero, como una devolución de impuestos o una paga extra. Asegúrate de comprobar con tu prestamista que no hay penalización por pago anticipado en tu contrato hipotecario.
Otra estrategia es pasar de una hipoteca tradicional a 30 años a una hipoteca a 15 años. El plazo más corto significa que pagarás más cada mes, pero amortizarás tu casa el doble de rápido y ahorrarás considerablemente en costes por intereses. Recuerda que sólo debes cambiar a una hipoteca a más corto plazo si puedes permitirte cómodamente los pagos mensuales más elevados.
También puedes utilizar el método de la «bola de nieve de deudas». Esto significa que una vez que hayas pagado todas las demás deudas, utiliza los fondos extra que tienes ahora para hacer pagos adicionales a tu hipoteca. Este método puede reducir significativamente la duración de tu hipoteca.
Sea cual sea el método que elijas, asegúrate siempre de que tus pagos adicionales están marcados para ser aplicados al principal, no a los intereses. Esto garantiza que el saldo de tu hipoteca disminuya más rápidamente, ahorrándote más en costes de intereses.
Crea riqueza y da generosamente
Una vez que hayas pagado tu casa, ¡enhorabuena! Has llegado al Paso del Bebé nº 7: crear riqueza y dar generosamente.
Ahora tienes una cantidad significativa de dinero liberado que antes se destinaba al pago de deudas. Esto te da la oportunidad de crear riqueza. Sigue invirtiendo en tus cuentas de jubilación, bienes inmuebles u otras oportunidades de inversión.
Una forma estupenda de acumular riqueza es mediante la capitalización. Cuanto antes inviertas, más tiempo tendrá tu dinero para crecer. Incluso las pequeñas inversiones pueden convertirse en cantidades significativas con el tiempo. Recuerda el adagio: «No se trata de cronometrar el mercado, sino el tiempo en el mercado».
Crear riqueza también te da la oportunidad de ser generoso. Dar es un aspecto fundamental de las finanzas personales. Aporta alegría y propósito a nuestras vidas, y ayuda a los demás. Puede ser mediante donaciones benéficas, apoyando una causa que te interese o ayudando a amigos o familiares necesitados.
También puedes plantearte crear un fondo de legado. Se trata de un fondo que creas con la intención de dejar un legado económico a tus hijos, nietos o a una organización benéfica. Es una forma eficaz de garantizar que tu patrimonio beneficie a otros mucho después de que te hayas ido.
Recuerda, acumular riqueza no consiste sólo en amasar dinero para tu propio beneficio. También consiste en disponer de recursos para influir positivamente en el mundo que te rodea.
Siguiendo estos pasos, puedes ganar control sobre tus finanzas, alcanzar la paz financiera y construir un futuro seguro para ti y tu familia. Puede que no siempre sea fácil, pero con dedicación y disciplina, descubrirás que las recompensas merecen la pena.Ésa es una forma estupenda de resumir estos pasos hacia la consecución de la libertad y la paz financieras. He aquí un rápido resumen de los siete Pasos de Bebé hacia la libertad financiera:
- Ahorra 1.000 $ para tu fondo de emergencia inicial: Una red de seguridad para cubrir gastos imprevistos y ayudarte a evitar nuevas deudas.
- Paga todas las deudas excepto la casa utilizando la bola de nieve de la deuda: Paga primero las deudas más pequeñas para coger impulso, y luego ve subiendo hacia las más grandes.
- Crea un fondo de emergencia de 3 a 6 meses de gastos: Esto te da el colchón que necesitas para hacer frente a gastos imprevistos mayores sin incurrir en más deudas.
- Invierte el 15% de los ingresos de tu hogar en cuentas IRA Roth y fondos de jubilación antes de impuestos: Esto te prepara para una jubilación cómoda.
- Empieza a financiar la universidad de tus hijos: Empieza a ahorrar para la educación de tus hijos después de haberte ocupado de tu propia jubilación.
- Paga tu casa pronto: Intenta no tener deudas, incluida la hipoteca.
- Crea riqueza y da generosamente: Sin deudas y con una jubilación totalmente financiada, tu dinero es ahora libre para crecer. Invierte sabiamente, crea riqueza y da generosamente para tener un impacto positivo.
- Siguiendo estos pasos, puedes alcanzar un nivel de paz y libertad financieras con el que mucha gente sólo sueña. Requiere compromiso y disciplina, pero la recompensa merece la pena. No sólo asegurarás tu propio futuro económico, sino que también podrás ayudar a los demás y tener un impacto positivo significativo en tu comunidad.