Adelante: pregunte a sus empleados si están contentos
por Allison Rimm
¿Cuándo fue la última vez que se esforzó por ver, en serio mire, ¿qué piensan y qué piensan las personas con respecto a su trabajo? Con la última edición de Gallup sobre el estado del lugar de trabajo estadounidense encuesta mostrando que el 70% de los empleados estadounidenses no participan en el trabajo, parece que la mayoría de los directivos responderían a esa pregunta con una mirada vacía. A esos gerentes les falta la información clave necesaria para atraer y retener al personal con talento, sin mencionar que mantienen su participación activa en la creación de un producto superior.
A pesar de las pésimas estadísticas sobre la participación en el lugar de trabajo, hay muchos líderes ilustrados que hacen una cosa sencilla: preguntan a sus empleados cómo se sienten. Cuando lo hacen, reciben información inestimable que les ayuda a retener a sus mejores empleados y a optimizar su productividad.
Daniel Parent, director de recursos humanos de campo de la tienda de videojuegos GameStop, es uno de esos líderes. Conoce el poder de ponerse en contacto con su equipo. Tiene una cita periódica en su agenda que dice: «Pregunte a los empleados qué tan contentos están en el trabajo y qué puedo hacer para que sean más felices». Daniel ha aprendido a lo largo de los años que el simple hecho de hacer esas dos preguntas indica a su grupo que cuenta con su apoyo. Además, aprende cuáles son sus verdaderos problemas para poder darles una dirección significativa.
Al saber qué es lo que motiva a su equipo, puede ayudar a mejorar su rendimiento y su satisfacción en el trabajo. Sus preguntas también sirven como un sistema de alerta temprana, lo que le permite evitar los problemas antes de que se conviertan en problemas intratables. Tomemos a Jennifer, por ejemplo. Tenía tantas ganas de ser una buena empleada que se esforzó en su nuevo puesto de madre trabajadora. Daniel recordó que su conversación con ella poco después de que regresara al trabajo tras su licencia de maternidad fue una de las más conmovedoras que había tenido en su vida. Cuando le preguntó a Jennifer qué tan feliz era en el trabajo, ella confesó que intentar hacer malabares con ambos papeles la hacía sentir que no era una buena persona.
Obtener el permiso de su jefe para pasar tiempo con su nuevo bebé fue lo que marcó la diferencia para Jennifer. Daniel y ella llegaron a un acuerdo que satisfacía las necesidades de ambos. Al comunicarse con regularidad, Daniel pudo asegurarle a Jennifer que estaba cumpliendo todas sus expectativas y algo más. Eso le permitió centrar toda su atención en su hijo fuera del trabajo y disfrutar de verdad de su tiempo juntos. «Nunca habría sabido que esto la molestaba si no le hubiera preguntado», dice**.**
Daniel también relata otro caso en el que una empleada anteponía lo que percibía como las necesidades de la empresa a su bienestar personal. Al ir a una reunión, le dijo que tenía cita con el dentista y que tendría que irse puntualmente a las 4 cuando terminara la reunión. A las 4:10, la reunión seguía a toda marcha y no había señales de que terminara pronto. Daniel se inclinó hacia su colega y le susurró que sería mejor que se fuera para concertar su cita. Con una sonrisa de agradecimiento, se escapó y se cuidó los dientes.
Daniel señala que las personas no trabajan para una empresa, trabajan para su jefe. Sus empleados le han dicho que se quedan en GameStop por su culpa. «Son personas con talento que podrían conseguir fácilmente otro trabajo mejor pagado en otro lugar». La pequeña inversión de tiempo que hace en preguntar a sus empleados qué tan felices están ha dado sus frutos muchas veces si tiene en cuenta lo que costaría reemplazar a cualquier miembro de su equipo.
Suponiendo que su equipo esté formado por personas de alto rendimiento y muy motivadas a las que quiera retener, he aquí un plan de acción para supervisar y mejorar su participación**:**
- Ponga una cita periódica (mensual o trimestral) en su agenda y pregunte a sus empleados si están contentos en el trabajo y qué puede hacer para hacerlos más felices. No espere a que la revisión anual tenga esta conversación.
- Mantenga las líneas de comunicación abiertas para poder ofrecer asistencia y abordar los problemas antes de que se conviertan en problemas en toda regla.
- Ayude a todos los miembros del equipo a gestionar sus obligaciones profesionales para que puedan cumplir sus necesidades personales, lo que les permitirá estar presentes y centrarse en su trabajo cuando estén en la oficina.
- Siga haciendo preguntas. No dé por sentado que tiene toda la información que necesita si ha preguntado a la gente una vez si es feliz. Las circunstancias dentro y fuera del lugar de trabajo cambian con el tiempo y los sentimientos pueden evolucionar en consecuencia.
Recuerde que las relaciones se basan en una serie de pequeños momentos que crean un gran impacto con el tiempo. Enviar a alguien con gratitud al dentista no es un hecho trascendental por sí solo. Pero es una afirmación de que las necesidades personales de una persona son importantes y hay que respetarlas. En su conjunto, muchas acciones pequeñas pueden fortalecer la base de una persona o pueden derribarla. La encuesta de Gallup sugiere que en el lugar de trabajo estadounidense se está produciendo más erosión que construcción del espíritu humano. Sea alguien que construya a los demás en lugar de derribarlos. Las pequeñas cosas importan a lo grande.
Como dice Daniel, hablar con sus empleados de esta manera tiene que ver con la retención. Al comunicarse regularmente con sus empleados, sabe qué es lo que los motiva y los desafíos que deben superar para hacer su mejor trabajo. Este conocimiento le ayuda a recompensar a los miembros más talentosos de su equipo de formas que sean significativas para ellos, que pueden cambiar con el tiempo, según lo que suceda en su vida personal y profesional. Los esfuerzos de Daniel se han visto recompensados en la forma de un equipo de empleados altamente comprometidos, productivos y, sí, felices.
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