Investigación: el trabajo asincrónico puede impulsar la creatividad
Un estudio con músicos folclóricos de Baul descubrió que la grabación asincrónica aumentaba la libertad creativa de las mujeres y no la afectaba negativamente a los hombres.
Un estudio con músicos folclóricos de Baul descubrió que la grabación asincrónica aumentaba la libertad creativa de las mujeres y no la afectaba negativamente a los hombres.
Un estudio con músicos folk baulianos descubrió que grabar de forma asíncrona potenciaba la libertad creativa de las mujeres y no la afectaba negativamente en el caso de los hombres.
Las encuestas, las entrevistas, la observación y otras herramientas pueden ayudarle a evitar las políticas de “talla única”.
Tres lecciones para crear una oficina en la que la gente quiera trabajar.
Resumen.
#MeToo y Black Lives Matter han inspirado a muchas empresas a anunciar su compromiso de lucha contra la discriminación y el racismo. Sin embargo, los compromisos por sí solos no desmantelarán las desigualdades sistémicas. En este artículo, dos profesores que han estudiado ese problema presentan su solución: el marco de Hermandad Compartida. Se basa en un conjunto de prácticas que llaman cavar, tender puentes y actuar colectivamente y, aunque inicialmente se diseñó para ayudar a las mujeres blancas y negras a conectarse y superar sus desafíos mutuos trabajando juntas, también puede ayudar a fortalecer las relaciones entre otros grupos de identidad.
La primera práctica, indaga, implica identificar sus identidades sociales (que podrían incluir, por ejemplo, «mujer» o «hombre» o «no binario» e «hispano» o «negro» o «chino») e investigar las dinámicas de poder asociadas a cada una. Algunas identidades están imbuidas de poder social; otras han sido históricamente marginadas. Debe reconocer sus puntos ciegos sobre esas dinámicas para tener éxito en la segunda práctica: crear conexiones auténticas y de confianza con los demás a través de sus diferencias. En la tercera práctica, actuar colectivamente, usted y las personas que comparten sus valores convierten esos puentes en canales para el cambio positivo, movilizándose para que las organizaciones sean más acogedoras y equitativas.
Resumen.
Las tasas de acoso sexual en la medicina superan a todos los demás campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería, las matemáticas y la medicina (STEMM). Cuando las mujeres hablan sobre el sexismo o el acoso sexual en estos lugares de trabajo, a menudo se encuentran con la defensa del «buen chico»: «No quiso decir nada con eso. Es un buen tipo». Esta respuesta minimiza, excusa o desvía el comportamiento sexista o acosador de un hombre apelando a la utilidad de esta frase de uso común. Al llamar a alguien un «buen tipo» como defensa explicativa, los hombres y las instituciones médicas ofrecen un respaldo del carácter moral del delincuente, sugieren su inocencia y señalan su lealtad. Pero la defensa del «buen tipo» cumple dos funciones destacadas: hacer gaslight a las mujeres y habilitar al infractor.
Tenemos que cambiar las culturas del lugar de trabajo de una que proteja y perpetúe el sexismo y la misoginia a una que sea notable para los hombres como auténticos aliados. Hay cinco maneras de retomar el término «buenos». Primero, mejore su conocimiento situacional. Segundo, compruebe su impulso de prender gas a otros. En tercer lugar, haga rendir cuentas a otros hombres. Cuarto, reforzar positivo comportamiento. Por último, integre las conversaciones sobre la defensa del «buen chico» en la cultura de su organización.