Sumergirse en las profundidades del Day Trading
Operar durante el día. Las dos palabras que aceleran los corazones con visiones de mucho dinero y libertad de la rutina de 9 a 5. Vayamos al grano, ¿vale? Sí, el day trading puede convertirte en un mago de las finanzas con un horario flexible. Pero siento explotar tu burbuja: no es tu billete para hacerte millonario de la noche a la mañana.
Verás, el trading diario no es un paseo por el parque. En todo caso, es más como navegar por un laberinto, armado con un cóctel de conocimientos, intuición y algunas estrategias sólidas. Estoy aquí para ser tu guía de confianza mientras exploras este laberinto. Así que abróchate los cinturones, porque en este Resumen de AstraEd vamos a profundizar en el ABC del trading diurno, comprender lo que se necesita para serlo y desvelar los secretos de una estrategia rentable.
El libro de jugadas de la negociación diurna al descubierto
Imagínate esto. Eres un day trader, una especie de operador bursátil que vive según el lema «vive al día, prospera al día». El mundo de la inversión y el swing trading, donde las acciones se cultivan durante meses o incluso años, no es tu estilo. Lo tuyo es el aquí y ahora, agarrarte a las fluctuaciones de los precios que duran sólo minutos o segundos.
Hay dos jugadas ganadoras en tu libro de jugadas de trading diario: comprar en largo y vender en corto. Comprar en largo consiste en comprar acciones cuando los precios tocan fondo y venderlas cuando alcanzan su punto máximo. Vender en corto, por otra parte, es algo muy distinto. Se trata de tomar prestadas acciones cuando vuelan alto y devolverlas cuando vuelven a caer.
¿Crees que puedes relajarte y ver los beneficios desde el primer momento? Piénsalo otra vez. El day trading no es una lotería, sino una máquina bien engrasada que requiere engrase, puesta a punto y un poco de grasa. Necesitas dedicar mucho tiempo y esfuerzo para ver los frutos de tu trabajo. De hecho, es probable que ni siquiera empieces a ver rendimientos constantes hasta aproximadamente medio año después.
Tu misión, si decides aceptarla, es armarte de conocimientos. Lee libros, apúntate a cursos, busca un mentor o únete a comunidades de operadores. Necesitas comer, dormir y respirar trading diurno. Y ni se te ocurra entrar en el parqué sin pasar al menos tres meses en una plataforma de simulación. Esta es tu caja de arena, donde puedes aprender las cuerdas y perfeccionar tu estrategia con dinero imaginario.
Por supuesto, no puedes hacerlo todo tú solo. Necesitas tu arsenal: un corredor para acceder a la bolsa, una plataforma de negociación fiable para colocar órdenes, y escáneres premercado e intradía para olfatear posibles valores.
Recuerda que el day trading no es para pusilánimes. Exige dedicación, una sed constante de aprendizaje y una voluntad de hierro para refinar y perfeccionar tu enfoque. Pero juega bien tus cartas y te espera un viaje salvaje. ¡Abróchate el cinturón!
Las Agallas y el Valor del Day Trading: Decisiones estratégicas que puedes tomar
Tu estrategia de negociación es el alma de tu viaje por el trading, la salsa secreta que puede dirigir tu aventura desde el punto A hasta la posibilidad de obtener beneficios en el punto B. Si te estás sumergiendo en la piscina del trading, tengo dos estrategias para ti: el patrón ABCD y la ruptura del rango de apertura (ORB).
Vamos a analizar la pauta ABCD, ¿vale? Este chico malo es una estrategia atemporal y sencilla que consta de cuatro etapas. Piensa en ella como si fuera la cima de una montaña: el punto A es la estribación por donde empieza a subir el precio de tus acciones, alcanzando el pináculo en el punto B, el máximo significativo del día. Lo que sube tiene que bajar, ¿no? Así pues, el precio desciende hasta que se asienta cómodamente en el punto C, aún más alto que el punto A. Entonces el ciclo se repite mientras el precio asciende hasta un pico aún más alto en el punto D.
La pauta ABCD no es ciencia de cohetes. Empieza por centrarte en una acción que muestre un patrón de A a B y obsérvala como un halcón. No te pongas demasiado nervioso, mantén la calma hasta que alcance el punto C. Una vez que el precio se estabilice en este punto, haz tu movimiento. Entra en la operación tan cerca del punto C como puedas, y coloca tu red de seguridad -el stop loss- un poco por debajo del punto C para amortiguar cualquier posible caída. Si la suerte está de tu lado y el precio comienza su ascenso hasta el punto D, es hora de recoger tus recompensas. Vende la mitad de tus acciones en el punto D, ajusta tu stop loss a tu punto de entrada, y luego vende el resto cuando percibas una caída del precio.
A continuación, vamos a desenvolver la estrategia ORB. La estrategia pivota en torno al rango de apertura, es decir, la fluctuación de precios entre la campana de apertura del mercado y un plazo específico posterior. Una subida o bajada del precio más allá del rango de apertura es tu señal para entrar en la operación. Si eres un novato, intenta quedarte quieto al menos cinco minutos, pero los periodos de 30 a 60 minutos suelen ser un buen trampolín.
La estrategia ORB en acción: mantén los ojos bien abiertos sobre los valores que hayas elegido durante los primeros cinco minutos tras la apertura del mercado. Busca banderas rojas como el volumen elevado, la dirección del precio y el rango de apertura de la acción. Lo ideal es que el rango de apertura caiga por debajo del rango medio verdadero (ATR) de la acción, algo que puedes encontrar en tu programa de escáner.
Tras el marcador de cinco minutos, comprueba si el precio se ha disparado o desplomado desde el rango de apertura. Si sigue una trayectoria ascendente, ve en largo y fija tu stop de pérdidas justo por debajo de la línea del precio medio ponderado por volumen (VWAP), un indicador crucial para los operadores diarios. Si el precio está en una espiral bajista, ve en corto y coloca tu stop loss justo por encima del VWAP. En cualquier caso, marca tu objetivo de beneficios en el siguiente gran nivel o cuando preveas una inversión del precio.
Las estrategias ABCD y ORB son sólo dos peldaños en la escalera del trading diario. Hay todo un mundo de estrategias ahí fuera, esperando a ser descubiertas y dominadas. Sin embargo, recuerda no morder más de lo que puedas masticar: perfecciona una estrategia antes de saltar a la siguiente. Sigue con ella, evalúa los resultados y haz los ajustes necesarios. Este enfoque personalizado te distingue del resto y te allana el camino hacia unos beneficios constantes.
Sellar el trato: cómo hacer operaciones ganadoras
Para conseguir operaciones con éxito, necesitas algo más que una estrategia: necesitas un proceso de negociación sólido como una roca. Esto va más allá de la propia operación; se trata de lo que haces antes, durante y después del mercado.
Empieza tu jornada bursátil unas horas antes de la apertura de Nueva York a las 9:30 de la mañana. Haz que la sangre bombee con algo de cardio, hidrátate y reposta, todo ello antes de sentarte en tu mesa de operaciones dos horas antes de la apertura del mercado.
Una vez que te hayas instalado, es hora de recopilar tu lista de valores en juego del día. En el ámbito de la negociación diaria, se trata de valores que no están excesivamente influenciados por algoritmos informáticos ni por grandes operadores institucionales. Son más bien tu velocidad, el patio de recreo de un operador más pequeño.
Identificar estos valores implica unos cuantos pasos. En primer lugar, se mueven en contra de la tendencia general del mercado, normalmente impulsados por algún tipo de catalizador noticioso, como informes de beneficios, lanzamientos de productos o despidos.
A continuación, provocan un alboroto en las operaciones previas a la comercialización. Busca valores con no menos de 50.000 acciones.
En tercer lugar, estos valores han experimentado un movimiento al alza o a la baja superior al 2% antes de la comercialización.
Por último, estas acciones han alcanzado niveles significativos durante las horas de negociación.
Una vez que hayas encontrado estas acciones, quizá quieras afinar más tu selección. Opta por valores que se desvíen de su volumen típico, con un volumen medio diario de más de 500.000 acciones. Asegúrate de que estas acciones tienen un rango medio real (ATR) no inferior a 50 céntimos.
¿Cómo puedes encontrar estos valores? Empieza con tu lista de vigilancia previa a la comercialización, configurando tu programa de listas de vigilancia con los criterios antes mencionados. Si formas parte de una comunidad de operadores, echar un vistazo a las listas de vigilancia de los miembros puede ser muy útil. Sin embargo, si estás aplicando una estrategia específica, los escáneres de mercado en tiempo real son tu mejor opción.
Después de ejecutar tu lista de vigilancia, selecciona dos o tres valores en los que centrarte. Pero no los elijas a la ligera. Investiga todos los valores de tu lista, y luego reduce tu selección a dos o tres valores 15 minutos antes de la apertura del mercado.
Con los valores elegidos a mano, puedes empezar a elaborar tu plan de negociación. Escanea el gráfico de cada valor en busca de patrones con los que estés familiarizado y construye tu estrategia en torno a escenarios «si-entonces»: si se produce una situación concreta, emprenderás una acción específica en un punto de precio establecido. Esto te ayudará a determinar con precisión tus puntos de entrada, objetivo de beneficios y stop loss, siendo este último el punto en el que cortas tus pérdidas.
Una vez trazado tu plan de negociación, ten paciencia y espera a la configuración perfecta para entrar. Una vez dentro, mantente firme. Sal sólo en los puntos predefinidos para mantener a raya las pérdidas.
Después de alcanzar tu objetivo diario de beneficios, o tras un par de operaciones, considera la posibilidad de dar el día por terminado. Operar no es un maratón, y no deberías aspirar a veinte o más operaciones diarias. Sé sencillo y limítate a dos o tres.
Antes de terminar, anota tus operaciones en un diario. De este modo, podrás revisar y afinar tu estrategia. Compartir tu diario con tu comunidad o mentor para que te den su opinión también puede ser muy útil.
Tu proceso de negociación puede desviarse ligeramente de esto, pero el quid sigue siendo el mismo: adhesión firme y ejecución meditada. Y recuerda que estás jugando a largo plazo. Roma no se construyó en un día, y tu destreza comercial tampoco lo será.
Juguemos con inteligencia: Acierta en la gestión de riesgos y operaciones
Seamos realistas. La montaña rusa del trading diario puede darte un subidón de adrenalina. Pero la emoción puede convertirse en una escalofriante historia de terror cuando empiezas a hacer añicos tu cuenta. Y apuesto a que no te apuntas a eso, ¿verdad? Por eso tienes que dominar la gestión de riesgos y operaciones antes de lanzarte de cabeza al mundo del trading.
- Elegir las acciones adecuadas: Comienza tu viaje por la gestión del riesgo seleccionando las acciones adecuadas. Como he mencionado antes, tu diana debe estar en las «acciones en juego». Si no están en juego, ¿para qué molestarse, verdad?
- Relación entre beneficios y pérdidas: Para reducir aún más tu riesgo, busca una configuración sólida con una relación entre beneficios y pérdidas de 2:1. Esencialmente, estás arriesgando 100 pavos por una ganancia potencial de 200 pavos. Cualquier cosa inferior a 2:1 es territorio vedado.
- Stop Loss: Ahora viene lo importante. Tienes que fijar un stop loss cada vez que hagas un movimiento. Si no lo haces, las emociones pueden jugar a ser el maestro de marionetas, y podrías acabar hemorragiando más dinero del que puedes soportar. Y recuerda, no arriesgues más del 2% de tu cuenta en una operación determinada.
- Definir el tamaño de la acción: A la hora de definir el tamaño de tu participación, piensa en tu objetivo diario y en el tamaño de tu cuenta. Si eres nuevo en el mundo del trading, empieza con el lote estándar de 100 acciones. Para los genios de las matemáticas, puedes calcular el tamaño máximo de tus acciones en un abrir y cerrar de ojos.
- Gestión de operaciones: Gestionar tus operaciones es tan importante como gestionar tus riesgos. Una vez que estés en la operación, no te quedes embobado hasta que la acción alcance tu stop loss o tu objetivo de beneficios. Deja que la nueva acción del precio guíe tu siguiente movimiento. Cuando esté soleado, compra más acciones. Vende partes en diferentes puntos objetivo. Cuando empiece a llover, no compres más para proteger tus pérdidas. ¡Ponte a cubierto!
- Psicología de la negociación: Por último, el trading diario no consiste sólo en hacer números y análisis técnicos. Tu cerebro tiene un papel protagonista en este espectáculo. Tu proceso de pensamiento, tus acciones… pueden hacer o deshacer tu carrera en el trading diario. Así que, en lugar de soñar despierto con billetes de un dólar, concéntrate en dominar el proceso. Ser un operador disciplinado supera a ser un operador emocional. Y, oye, no olvides mantener tu cuerpo bajo control, porque un cuerpo sano puede contribuir a unas decisiones sanas.
Conclusiones
El day trading no es pan comido. Es algo más que un trabajo de compra y venta. Es un compromiso con el aprendizaje continuo, la adquisición de las herramientas adecuadas y el dominio de los aspectos intrincados del campo, como mantener tus emociones a raya.
Sin duda, el day trading no es para los pusilánimes. Pero recuerda, sin riesgo no hay recompensa. Si te apasiona, acepta el reto. Quién sabe, puede que tropieces con la grandeza.