Columna: Lo que los piratas del siglo XVII pueden enseñarnos sobre el diseño de trabajos
por Huggy Rao
Los costosos fracasos de la gestión del talento (como contratar a las personas equivocadas por las razones equivocadas o crear incentivos perversos) con frecuencia se deben a la primera fase del proceso de contratación: el diseño del puesto. Es fácil equivocarse. Con demasiada frecuencia, los ejecutivos agrupan tareas contradictorias sin tener en cuenta cómo la descripción del puesto influirá en quién se postula o en qué forma el empleado contratado distribuirá su tiempo.
Considere un capítulo relevante, aunque más bien oscuro, de la historia del liderazgo: el apogeo del capitán Morgan y el capitán Kidd en el siglo XVII. Si tuviera que diseñar el trabajo de capitán de un barco pirata en esa época, ¿cómo lo haría? Cuando pido a los estudiantes de MBA y a los ejecutivos que diseñen el trabajo, siempre agrupan dos áreas de responsabilidad: tareas estrella—trabajos estratégicos como la identificación de objetivos, el mando durante la batalla y la negociación de alianzas para formar flotas, y tareas de guardián, que son tareas operativas, como la asignación de armas, la resolución de conflictos, el castigo de la indisciplina, la distribución del botín y la organización de la atención a los enfermos y heridos. (James N. Baron y David Kreps introdujeron estas categorías en su libro de 1999 Recursos humanos estratégicos.)
El trabajo diseñado por mis alumnos sería un error. Cuando las tareas de estrella y guardián se agrupan, surgen varios problemas. Por ejemplo, los candidatos que pueden hacer ambas cosas excepcionalmente bien son poco frecuentes, porque las tareas estrella requieren la asunción de riesgos y el espíritu empresarial, mientras que las tareas de guardián requieren conciencia y un esfuerzo sistemático. La necesidad de realizar ambos tipos de tareas podría disuadir a las grandes estrellas o a los grandes guardianes de postularse. Un comandante brillante podría tener poca paciencia para hacer frente a las minucias de la asignación de recursos. Un administrador experto podría temer la idea de liderar a los hombres en la batalla.
Los empleados contratados para un trabajo que incorpore tareas conflictivas tenderán a centrarse en las más fáciles y controlables, en lugar de en las más críticas. Por lo tanto, un capitán pirata reacio al riesgo podría verse tentado a dedicar su tiempo a tareas de guardián. Pero si las tareas estelares fueran más fáciles de realizar, las tareas de guardián podrían recibir poca atención.
Resulta que los piratas asignaban mejor las tareas correctas a un líder que mis alumnos: hacían que el capitán fuera responsable de las tareas estrella y elegían a un intendente general para que desempeñara las tareas de guardián. Esta solución también evitó la concentración del poder en manos del capitán. En aquellos días, muchos capitanes de barcos de la marina mercante dedicaban demasiado tiempo a tareas de guardián y se convirtieron en tiranos, lo que provocó motines e indujo a sus hombres a unirse a los piratas. (Para obtener más información sobre los recursos humanos piratas, consulte «An-» de Peter T. Leeson arrgh-chy: La ley y la economía de la organización pirata», Revista de Economía Política, 2007.)
Resulta que los piratas hacían un mejor trabajo al asignar las tareas correctas a un líder que mis alumnos.
En la cúspide de la empresa moderna, las tareas de estrella y guardián se dividen entre el CEO y el COO. Una separación tan limpia es menos común en las partes inferiores de la organización, con consecuencias adversas a nivel de equipo y unidad.
El Servicio de Gestión de Minerales del Departamento del Interior de los Estados Unidos, por ejemplo, es responsable tanto de las tareas principales (asignar los arrendamientos de pozos petrolíferos a cambio de regalías) como de las de guardián (supervisar la seguridad y la sostenibilidad). El servicio encontró que lo primero era mucho más fácil y glamuroso que el segundo. Un diseño organizativo deficiente provocó el fracaso regulatorio que caracterizó el catastrófico derrame de petróleo en el Golfo de México. La reciente orden secretarial de crear oficinas separadas para la gestión de ingresos, la seguridad y el cumplimiento y el desarrollo de la energía sostenible es un paso tardío en la dirección correcta.
La moraleja de esta historia de piratas: agrupe las tareas de estrella y guardián por su cuenta y riesgo.
Artículos Relacionados

Investigación: La IA generativa hace que la gente sea más productiva y esté menos motivada

Arreglar los chatbots requiere psicología, no tecnología
Los chatbots dotados de IA se están convirtiendo en el nuevo estándar para la gestión de consultas, reclamaciones y devoluciones de productos, pero los clientes se alejan de las interacciones con los chatbots sintiéndose decepcionados. La mayoría de las empresas intentan solucionar este problema diseñando mejores modelos de IA en sus chatbots, pensando que si los modelos suenan lo suficientemente humanos, el problema acabará desapareciendo. Pero esta suposición es errónea. Esto se debe a que el problema de fondo no es tecnológico. Es psicológico: Hay que engatusar a la gente para que vea a los chatbots como un medio positivo de interacción. Los autores han analizado recientemente las últimas investigaciones sobre chatbots e interacciones IA-humanos, y en este artículo presentan seis acciones probadas que puede llevar a cabo al desplegar su chatbot de IA para impulsar la satisfacción, la percepción positiva de la marca y las ventas.

Investigación: ¿Está penalizando a sus mejores empleados por desconectar?
Para combatir el creciente desgaste del personal, muchas empresas han defendido programas de bienestar y han fomentado un enfoque renovado en el equilibrio entre la vida laboral y personal. Pero un nuevo estudio descubrió que incluso cuando los líderes reconocían que desvincularse del trabajo aumenta el bienestar de los empleados y mejora su rendimiento laboral, los directivos seguían penalizando a los empleados que adoptaban estos comportamientos cuando optaban a un ascenso o estaban siendo considerados para un nuevo puesto. Basándose en sus conclusiones, los investigadores ofrecen sugerencias para ayudar a las empresas a crear políticas y construir una cultura que proteja los límites de los trabajadores, evite el agotamiento y recompense el trabajo fuerte.