Mucha gente sueña con dejar atrás el trabajo de nueve a cinco y convertirse en su propio jefe. Pero soñar y hacer son dos cosas muy distintas, y convertir ese sueño en realidad puede parecer imposible sin orientación.
¡Considera este resumen tu brújula! Te ofrecen consejos prácticos que te ayudarán a crear tu empresa y a dedicar tiempo a las cosas que te importan.
En este resumen, aprenderás
- las bases para ser jefe;
- lo que puedes aprender de un jardín;y
- cómo llamar la atención de 200 clientes potenciales.
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Ser jefe requiere intención, compromiso y confianza en el proceso.
Aquí tienes una pregunta: ¿Cuánta gente crees que es feliz y está comprometida en su trabajo? ¿El sesenta por ciento? ¿El cincuenta? La cifra real podría sorprenderte.
Según la empresa de análisis Gallup, sólo el 30% de los empleados americanos están comprometidos y entusiasmados con su trabajo. No es de extrañar que mucha gente quiera crear su propia empresa. Pero pasar de empleado a jefe no está exento de dificultades. Por ejemplo, ¿cómo elaborar un plan de empresa y crear una estructura? ¿Y qué hay de dedicar tiempo a todas las cosas que te importan, como la familia, los amigos y las aficiones?
Aunque todo esto suene abrumador, no es imposible. Puedes crear un negocio de éxito y vivir una vida plena. Es lo que los autores llaman ser jefe.
El mensaje clave aquí es: Ser jefe requiere intención, compromiso y confianza en el proceso.
Ser jefe significa crear intencionadamente la vida que deseas, tanto dentro como fuera del trabajo. No sólo construyes tu negocio y pagas las facturas: también inviertes en las relaciones, las experiencias y el estilo de vida que te permiten prosperar. Y lo mejor es que definir estos aspectos depende totalmente de ti. Podría significar hacer sólo el trabajo que te apasiona, construir un negocio con valores y creencias fuertes o tener la libertad de viajar.
Pero, sea como sea que definas estos aspectos, depende de ti.
Pero independientemente de cómo definas los detalles de ser jefe, llegar hasta ahí requiere un trabajo duro. Y la única forma de superarlo es comprometiéndote a disfrutar y confiar en el proceso. Cuando disfrutas del proceso, es más fácil hacer los cambios necesarios, desde replantearte tu carrera hasta ajustar tu vida familiar. Y cuando confías en que todo lo que estás haciendo dará sus frutos a largo plazo, es menos probable que te preocupes o te sientas ansioso por ello.
¿Por qué?
Entonces, ¿cómo se establece exactamente el compromiso y la confianza que harán que acabes teniendo el trabajo y la vida de tus sueños? Pues necesitas las bases adecuadas. Hablando con distintos emprendedores y creativos, los autores observaron varias ideas recurrentes que señalan como los cimientos de ser jefe.
En el siguiente resumen, exploraremos cada uno de estos temas y cómo aprovecharlos, en el camino hacia trabajar para ti mismo y vivir una vida plena.
Valores, confianza y positividad conforman la mentalidad de jefe.
Conoce a Marianne y Troy, dos personas que sueñan con montar sus propias empresas de diseño. Naturalmente, ambos se sienten inseguros a la hora de dar el salto. Les preocupa que sus ambiciones sean descabelladas y que no tengan lo que hay que tener para triunfar.
Pero eso no es todo.
Pero ahí acaban las similitudes. Mientras Troy se deja vencer por la incertidumbre y abandona su sueño, Marianne lo afronta de frente y trabaja para alcanzar su visión.
La magia que diferencia a Marianne de Troy es su forma de pensar.
La magia que diferencia a Marianne de Troy es su forma de pensar.
Éste es el mensaje clave: Los valores, la confianza y la positividad conforman la mentalidad del jefe.
Tener la mentalidad adecuada es esencial para afrontar los retos que conlleva ser empresario. En el núcleo de esa mentalidad están los valores o principios que guían tus decisiones y acciones. Por ejemplo, las personas que valoran la valentía suelen hacer cosas que les asustan, mientras que las que valoran la autenticidad prefieren las conversaciones significativas a las charlas triviales.
Descubre cuáles son tus valores y principios.
Para descubrir cuáles son tus propios valores, piensa en las cosas que resuenan contigo y anota todas las que puedas. Tal vez valores la honestidad, la estabilidad y la creatividad, por ejemplo. Si necesitas inspiración, puedes encontrar muchas listas en Internet.
Reflexiona sobre cuándo te has sentido más feliz y realizado, y anota cuáles de los valores reconoces en esos momentos. A continuación, agrupa valores similares y considera cuáles son más importantes para ti. Una buena forma de hacerlo es preguntándote si lucharías por defender un valor concreto. Reduce la lista hasta que hayas identificado entre cinco y diez valores fundamentales.
Pero la mentalidad correcta no es lo mismo para todos.
Pero la mentalidad correcta no consiste sólo en seguir tus valores. También tienes que superar el síndrome del impostor: la sensación de que no tienes lo que hay que tener para crear la vida que deseas.
Incluso las personas con más éxito experimentan el síndrome del impostor, y para combatirlo es necesario aumentar tu confianza. Empieza por centrarte en las cualidades y habilidades que te gustan de ti mismo, y piensa en ellas con regularidad. También puede ayudarte repetirte a ti mismo mantras o afirmaciones positivas.
Y hablando de positividad, éste es otro componente de la mentalidad de jefe. Quejarse a menudo o insistir en lo negativo es improductivo y afecta a tu vida laboral y personal. Para fomentar una actitud más positiva, practica la meditación. Esto te ayuda a ser consciente de tus pensamientos para que puedas empezar a cambiarlos. Por último, fomenta la positividad dedicando tiempo a dar las gracias por todas las cosas buenas que ya tienes en la vida.
Protege tus intereses y recursos estableciendo límites claros.
«Cuando tus límites los defines tú y nadie más, has alcanzado la verdadera libertad que te proporciona ser jefe.»
Imagina que quieres probar suerte en la jardinería. Después de informarte, plantas unas cuantas semillas en una zona de tu jardín.
Riegas y abonas el jardín con la frecuencia necesaria, pero tus plantas no prosperan. Y rápidamente te das cuenta de por qué. Otras personas han plantado sus propias semillas en el jardín. Y como sólo tienes una cantidad limitada de agua y abono, tus plantas se esfuerzan por obtener suficientes nutrientes y cuidados.
La solución es sencilla: riega y abona el jardín con la frecuencia que necesites, pero tus plantas no prosperan.
La solución es sencilla: tienes que poner una valla para proteger tu jardín y conservar tus recursos. Lo mismo se aplica en el camino para ser jefe.
Este es el mensaje clave: Protege tus intereses y recursos estableciendo límites claros.
Los límites son normas que estableces para asegurarte de que tienes el tiempo y el espacio que necesitas para cultivar las cosas que te importan; por ejemplo, decidir no consultar el correo electrónico durante los fines de semana y las vacaciones, o rechazar oportunidades que no sirvan a tus intereses. Piénsalo: es imposible hacerlo todo, e intentarlo sólo conduce al estrés y, finalmente, al agotamiento. Al igual que una valla protege un jardín, los límites te protegen a ti y a tu valioso tiempo, energía y recursos.
Para establecer tus límites, averigua qué es exactamente lo que quieres cultivar. Por supuesto, quieres que tu negocio tenga éxito, pero puede que también quieras dedicar más tiempo a tu familia o emprender proyectos creativos paralelos. Cuando tengas claras tus prioridades, podrás dedicar más tiempo y energía a ellas y alejarte de todo lo que te agote o no sea importante.
También puedes crear un plan de acción para tu empresa.
También puedes crear límites tangibles en tu vida laboral y personal. Por ejemplo, tener un horario de trabajo dedicado y un espacio desde el que trabajar, o establecer pautas para gastar tu dinero.
Una vez que hayas determinado cuáles son tus límites, el siguiente paso es comunicárselos a los que te rodean. Explica claramente tus límites a las personas pertinentes, ya sean socios, clientes o familiares y amigos.
Y recuerda: para asegurarte de que la gente respeta tus límites, tú mismo tienes que ser disciplinado a la hora de respetarlos. Así que si has dicho a tus clientes que no respondes a los correos electrónicos durante el fin de semana, lo último que deberías hacer es enviar correos electrónicos un sábado por la mañana.
Crear hábitos y rutinas saludables te prepara para el éxito.
Considera este escenario: Michael y Natalie tienen negocios similares. Michael se levanta todos los días a la misma hora, hace ejercicio y se pone a trabajar. Empieza por los proyectos más urgentes, se toma descansos cronometrados y termina el día respondiendo a los correos electrónicos. Natalie, en cambio, se despierta a horas aleatorias y pasa una o dos horas navegando por las redes sociales. Luego trabaja a tientas, pasando de un proyecto a otro y haciendo largas pausas.
Sabiendo todo esto, ¿te sorprendería saber que Michael es el que más hace y el que tiene más éxito en su negocio?
El mensaje clave aquí es: Crear hábitos y rutinas saludables te prepara para el éxito.
Los hábitos y las rutinas te hacen mucho más eficiente y te ayudan a alcanzar tus objetivos con eficacia. Esto se debe a que cuando sabes exactamente lo que hay que hacer y cuándo, no pierdes el tiempo pensando en el siguiente paso. Además, los hábitos y las rutinas te permiten estructurar tus días de forma satisfactoria, haciendo que el ajetreo diario se parezca más al sueño cotidiano.
Las mañanas marcan el ritmo de tu vida.
Las mañanas marcan la pauta del día, por lo que deben ser tu prioridad a la hora de establecer una rutina. Y puedes adaptar tu organización matutina a tus necesidades. Piensa en lo que te hace sentir bien, con energía o con los pies en la tierra por las mañanas, y pregúntate si hay algo de lo que haces actualmente que tenga el efecto contrario. Utiliza esta información para crear una rutina que te ayude a empezar bien el día.
Y mientras adoptas tu nueva rutina matutina, piensa en crear hábitos que sean buenos para tu mente y tu cuerpo. Después de todo, si no estás sano o en el mejor estado de ánimo, ¿cómo vas a dirigir bien tu negocio?
Empieza por vigilar lo que metes en tu cuerpo. Debes beber suficiente agua y seguir una dieta compuesta principalmente de frutas y verduras ecológicas y carne no procesada. También es importante dormir al menos ocho horas para estar bien descansado. Crear una rutina nocturna para relajarte es una forma estupenda de conseguirlo.
El último hábito que necesitas es dormir bien.
El último hábito que debes establecer es fijarte objetivos con regularidad. Esto te ayuda a determinar cómo es el éxito para ti. Fíjate objetivos que sean específicos, mensurables y viables, como conseguir diez clientes en un determinado número de meses, por ejemplo. Tus objetivos también deben ser gratificantes, para que te sientas bien cuando los alcances y mientras trabajas para conseguirlos.
Para sacar el máximo partido a tu negocio, ¡ponte manos a la obra!
¿Recuerdas el jardín de antes? Volvamos a él por un momento.
Después de investigar, decides qué tipo de hortalizas quieres cultivar. Luego construyes una valla alrededor del huerto, preparas la tierra y plantas las semillas. Pero en lugar de regar y abonar el huerto como se supone que debes hacer, te limitas a esperar a que crezcan las semillas.
Pues bien, no es así.
Es muy poco probable que obtengas mucho de tu huerto con este planteamiento. Si quieres una buena cosecha, no puedes quedarte sentado sin hacer nada – y tu negocio es exactamente igual.
Éste es el mensaje clave: Para sacar el máximo partido a tu negocio, ¡ponte a trabajar!
Independientemente del tipo de negocio que crees, una cosa es segura: tiene que ganar dinero. Y la mejor forma de asegurarte de que así sea es hacer el trabajo necesario, empezando por crear un plan de empresa.
Aunque un plan de empresa pueda parecer complicado, no tiene por qué serlo. Puedes elaborar uno sencillo decidiendo primero la finalidad de tu empresa, los productos o servicios que ofrecerá y la cantidad de dinero que quieres ganar en un año. Después, piensa cuál será tu papel dentro de la empresa y si necesitarás subcontratar algo. También es útil esbozar cómo te gustaría sentirte mientras construyes tu empresa; esto es esencial para sentirte realizado.
Una vez que tengas tu plan de empresa, puedes trabajar en la creación de una red de clientes y socios potenciales. Haz una lista de las personas con las que te gustaría trabajar: los autores recomiendan hasta 200. Tu lista debe incluir datos de contacto como direcciones de correo electrónico, nombres de redes sociales y sitios web. Cuando tengas todos los nombres y la información, empieza a ponerte en contacto con la gente, a interactuar con ellos en Internet y a cultivar estas importantes relaciones, igual que cultivas las plantas de tu jardín.
Una forma segura de llamar la atención de la gente es hacerles saber exactamente lo que haces y lo bien que lo haces. Puedes hacerlo produciendo regularmente contenidos que destaquen tus servicios y te posicionen como experto en tu campo. Estos contenidos pueden ser boletines, blogs, publicaciones en redes sociales o incluso un podcast. Compartiendo contenidos de buena calidad y haciéndolo con constancia, construirás una reputación sólida que atraerá a la gente a tu negocio.
Tu vida merece tanto tiempo y esfuerzo como tu negocio.
He aquí una frase que puede que hayas oído antes: trabaja duro, juega duro. Si te has comprometido a ser jefe, debes tenerla en cuenta.
Por qué?
¿Por qué? Bueno, ser jefe va más allá de esforzarse por construir un gran negocio. Se trata de aprovechar la libertad que te aporta tener ese negocio.
Una de las mejores cosas de ser jefe es poder vivir el tipo de vida que te haga más feliz. Y tienes que ir tras esa libertad con la misma intención deliberada que le pones a tu trabajo.
El mensaje clave es éste: Tu vida merece tanto tiempo y esfuerzo como tu negocio.
Necesitas esforzarte en la vida si quieres sentirte realmente realizado. Esto significa crear la vida que quieres, ¡y luego salir ahí fuera y vivirla! Pero primero, debes averiguar cómo quieres que sea esa vida.
Quizá te gustaría irte de vacaciones, dedicar tiempo a apoyar una causa o formar una familia. O tal vez te interese probar aficiones diferentes. Para tener claros tus deseos, haz una lista de cosas que te gustaría hacer y conseguir. Al igual que tus objetivos empresariales, los elementos de tu lista deben ser lo más específicos posible. Puedes empezar con tan sólo 20 elementos, e ir añadiendo más a la lista a medida que avanzas.
Por supuesto, si vas a tachar cosas de esa lista, necesitarás tiempo fuera de tu negocio. Y esto es algo que tendrás que planificar. Ocúpate de los proyectos o pedidos pendientes antes de irte, y presupuesta el tiempo que vas a estar fuera. También deberías avisar a tus clientes de que te vas a tomar un descanso, y configurar respuestas automáticas por correo electrónico por si se ponen en contacto contigo. Para seguir compartiendo contenidos, escribe artículos de blog y publicaciones en redes sociales que puedas programar con antelación.
Además de tomarte tiempo libre para las cosas que te gustaría hacer, crear una vida plena también significa rodearte de las personas adecuadas. Necesitas que tus relaciones te apoyen, te desafíen y te inspiren.
Para crear esas conexiones, sal a la calle y únete a clubes o grupos sociales con personas afines. O utiliza Internet para encontrar personas con las que tengas cosas en común. Con el tiempo, tendrás un círculo de amigos y compañeros que añadirán significado a tu vida.
Conclusiones
El mensaje clave de estas Conclusiones:
Ser jefe es un viaje que empieza por comprender tus valores personales y fomentar la confianza suficiente para afrontar los retos que te esperan. También consiste en establecer límites claros y rutinas y hábitos saludables para garantizar tu productividad. Si lo combinas con un plan de negocio sencillo, una estrategia para compartir tu experiencia y tiempo de calidad para tus intereses, descubrirás que tienes todo lo que necesitas para tener un negocio de éxito y una vida inspiradora.
Consejos Accionables:
Consejos Accionables:
Consejos Accionables:
Consejos Accionables.
Hazte un mejor amigo.
No tienes por qué estar solo en tu viaje empresarial. Acércate a alguien con quien te lleves bien y que sea igual de ambicioso en la vida y en el trabajo. ¡Puntos extra si también está montando su propio negocio! Programa citas periódicas con esta persona para compartir vuestros objetivos, ideas, retos y victorias. Piensa en ella como en tu mejor amiga en los negocios.
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