Aprende a cumplir tus ambiciones profesionales y familiares.
Afrontémoslo. Los lugares de trabajo de nuestra sociedad no se diseñaron para las madres trabajadoras. En los últimos años, algunos empresarios han intentado ser más complacientes, pero la mayoría sigue esperando que las madres trabajen a jornada completa. Por si fuera poco, las madres se enfrentan habitualmente a estereotipos ingenuos que tratan la maternidad como algo incompatible con el mundo profesional.
La mayoría de las madres trabajan a tiempo completo.
Gracias a obstáculos sociales como éstos, las madres que se toman una excedencia para criar a un hijo a menudo tienen dificultades para reintegrarse en el mundo laboral. Esto tiene que cambiar. Las madres representan una riqueza de talento que, actualmente, no se aprovecha. Pero, ¿cómo utilizar este talento sin comprometer la prestación de cuidados?
Echando un vistazo más de cerca a los estereotipos de la maternidad, este resumen te mostrará que tener hijos no significa que tengas que poner tu vida en pausa, que las madres son en realidad fantásticas empleadas y líderes empresariales, y que las madres pueden alcanzar el éxito profesional sin escatimar en la crianza de sus hijos.
En este resumen, aprenderás
- cómo aprovechar a tus hijos para hacer networking;y
- por qué es tan difícil que los padres compartan por igual las tareas de cuidado a pesar de sus ideales igualitarios.
La maternidad puede ayudarte a reconstruir tu carrera profesional de acuerdo con tus valores.
Con demasiada frecuencia, las mujeres tienen que dejar de lado sus valores personales si quieren triunfar en lugares de trabajo dominados por los hombres.
Eso es cierto.
Esto le ocurría a la autora cuando trabajaba en relaciones públicas. Siempre antepuso la amabilidad, la colaboración y el apoyo a las prácticas competitivas. Pero, en aquel entorno laboral, estos valores se consideraban debilidades. Así que, como buena empleada, los ocultó discretamente.
Pero esto provocó una desconexión entre su identidad personal y su identidad laboral. Trabajando por objetivos en los que no creía y actuando según valores con los que no estaba de acuerdo, empezó a sentirse como un muñeco de ventrílocuo movido por la mano de otra persona.
El mensaje clave aquí es: La maternidad puede ayudarte a reconstruir tu carrera de acuerdo con tus valores.
Le habían lavado tanto el cerebro con la rutina de nueve a cinco que pensaba que este desajuste era normal. Todo el mundo está insatisfecho en el trabajo, ¿verdad?
Entonces se convirtió en madre, y su perspectiva cambió por completo.
Uno de los mayores regalos de esos primeros años de maternidad fue la forma en que desprogramó por completo la vieja mentalidad de nueve a cinco. De hecho, aquellos años fueron tan intensos que la obligaron a eliminar casi todas las actividades sin importancia de su vida para poder concentrar toda su energía en mantener a su hijo.
Por primera vez en su vida, la autora aprendió la alegría de trabajar en consonancia con los propios valores. Le encantaba cuidar de otra vida. Se sentía bien.
Unos años más tarde, decidió volver al mundo profesional. Pero, como muchas mujeres que se convierten en madres, no quería volver a su antigua forma de vida. La maternidad le había dado la oportunidad de reconstruir su carrera y quería trabajar en algo en lo que creyera. Así que trasladó su amor por la maternidad a su trabajo.
Lanzó un sitio web llamado más allá de la carrera escolar, dedicado a poner en contacto a madres y apoyar su búsqueda de un trabajo satisfactorio. Como creó su negocio en un área que le interesa profundamente, le encanta lo que hace, el trabajo fluye de forma natural y conecta bien con su labor asistencial. Hoy en día, más allá de la carrera escolar es un negocio de éxito con una próspera comunidad online.
La cuestión es que el trabajo no consiste sólo en pagar las facturas. Si queremos alcanzar el verdadero éxito y la satisfacción en nuestro trabajo, éste tiene que encajar con nuestros valores. Por eso, el primer paso en tu trayectoria profesional es descubrir lo que realmente te importa.
Las madres son grandes empleadas y líderes empresariales.
¿Por qué la sociedad empieza a tratar a las mujeres de forma diferente en el momento en que se convierten en madres?
¿Te has dado cuenta, por ejemplo, de que los camareros y los cajeros suelen dirigir las preguntas sobre el pago al padre mientras pasan por alto a la madre? Se asume automáticamente que el padre controla las finanzas familiares.
Y, por poner otro ejemplo, es mucho más probable que se pregunte a los padres a qué se dedican que a las madres. Incluso cuando una mujer es cuidadora a tiempo completo, rara vez se le pregunta a qué se dedicaba antes de ser madre o qué piensa hacer después.
Estas constantes señales sociales ponen de manifiesto una expectativa generalizada: una vez que una mujer es madre, se acabó su carrera profesional. Se supone que la maternidad es incompatible con el mundo profesional.
El mensaje clave aquí es: Las madres son excelentes empleadas y líderes empresariales.
Puede que la gente no tenga mala intención cuando asume que una madre es una cuidadora a tiempo completo. Pero esta suposición puede ser extremadamente denigrante, como la autora sabe por experiencia personal.
Una vez, de camino a una cita importante, dos hombres ayudaron a la autora a subir el cochecito de su hijo a un tren, y le preguntaron adónde iba de compras. Se quedó tan desconcertada al suponer que iba de compras por ser madre, que no tuvo ganas de decirles que en realidad iba a Downing Street a hablar con el asesor del primer ministro.
Inevitablemente, las madres que se enfrentan a suposiciones poco empoderadoras sobre su falta de perspectivas profesionales van a sentirse desempoderadas. Pero, ¿por qué la sociedad asume que las madres son inadecuadas para el trabajo? Al fin y al cabo, la maternidad es una experiencia enormemente estimulante, formativa y fortalecedora que dota a las mujeres de muchas habilidades valiosas.
Por ejemplo, la maternidad enseña a las mujeres a organizar su tiempo para lograr la máxima eficacia, a pensar y planificar a largo plazo, y a utilizar el apoyo y crear redes comunitarias. Todas ellas son habilidades empresariales vitales.
En lugar de ser tratadas como menos capaces, las madres deberían ser elogiadas por las empresas por su perseverancia, adaptabilidad y tremenda ética de trabajo. Más que eso, las madres deberían saber que es posible crear un negocio floreciente o una carrera próspera a pesar de las exigencias de la maternidad. De hecho, si puedes criar a un niño, ¡probablemente también puedas dirigir un negocio!
Podemos aprender de los niños a redescubrir nuestro talento natural.
“Debes hacer lo que crees que no puedes hacer”
Tendemos a imaginar que cuanto más mayores nos hacemos, más talento adquirimos. Pero, en realidad, es al revés.
De niños, somos increíblemente creativos y adaptables. Podemos dedicarnos a nuevas actividades y adquirir nuevas habilidades con facilidad. Pero, a medida que crecemos y empezamos a centrarnos en una gama más reducida de intereses, perdemos contacto con nuestras capacidades naturales.
El mensaje clave aquí es: Podemos aprender de los niños a redescubrir nuestro talento natural.
Irónicamente, una de las razones de esto es la educación. A medida que avanzamos en la escuela, aprendemos que somos buenos en algunas cosas y no buenos en otras. Pero creencias limitadoras como “no se me dan bien las matemáticas” o “no sé cantar” pueden impedir que intentemos aprender nuevas habilidades o dedicarnos a nuevas aficiones, un patrón que puede trasladarse a la vida adulta. Los adultos que no están satisfechos con su carrera piensan: “Bueno, ya es demasiado tarde para que cambie de rumbo” y, con ese encogimiento de hombros mental, ni siquiera lo intentan.
Pero podemos cambiar nuestras creencias. A la autora, por ejemplo, le dijeron una y otra vez que no sabía escribir. En la escuela, sacaba malas notas en inglés. Incluso perdió un primer trabajo en una agencia de relaciones públicas porque le dijeron que no sabía escribir. Pero decidió no desanimarse y siguió practicando. Y mírala ahora. Ha publicado en el Guardian, uno de los principales periódicos británicos, e incluso ha escrito un libro.
Necesitamos volver a esa época más libre antes de que nos invadieran las creencias limitadoras, esa época en la que intentábamos cualquier cosa y hacíamos lo que nos parecía correcto. Afortunadamente, las madres están bien posicionadas para reavivar este espíritu juvenil porque tienen los modelos perfectos: sus hijos.
Así es; las madres tienen que aprender de sus hijos. Y lo primero que tienen que aprender es a volver a ser intrépidas. Por ejemplo, inspirada por la facilidad con que su hijo hablaba delante de desconocidos, la autora se ofreció voluntaria para hacer una presentación en público. Como muchos de nosotros, siempre había evitado hablar en público, temiendo avergonzarse de sí misma. Pero, cuando por fin se quitó la tirita y subió al escenario, se sintió entusiasmada y se dio cuenta de que, después de todo, tenía un don para hablar en público.
Así que, sigue intentándolo.
Así que sigue intentándolo y, muy pronto, descubrirás habilidades que no sabías que tenías.
Las madres deberían aprovechar la red de apoyo de sus padres.
Para la autora, la maternidad parecía la situación perfecta. Dejaría su estresante vida empresarial. Podría hacer todo su trabajo desde casa. Y podría dedicar su tiempo a lo que realmente le importaba: cuidar de su recién nacido.
Pero esa vida futura perfecta nunca se materializó. Cuando se marchó de la ciudad para criar a su familia, empezó a echar de menos la ciudad. Echaba de menos su círculo social, que le había proporcionado consuelo y apoyo. Tenía mucho tiempo libre de estrés para pasarlo con su hijo, pero también se sentía aislada y triste.
El mensaje clave aquí es: Las madres deben aprovechar su red de padres para obtener apoyo.
Esta experiencia no es única. Muchas madres primerizas dicen sentirse aisladas durante los primeros años de maternidad. Y el aislamiento no es bueno para el bienestar materno. Por eso, lo primero que debes hacer si te sientes aislada es reconocer que necesitas apoyo.
El apoyo puede presentarse de tantas formas que a menudo no lo reconocemos cuando lo vemos. Puede ser algo tan sencillo como recibir reconocimiento por tu trabajo o ánimos para seguir adelante con una idea. O puede ser que otra persona cuide de tus hijos para que tengas tiempo para ti.
En el caso de la autora, tuvo los medios para darse cuenta de algo importante: si ser madre tuvo el poder de desconectarla de su antigua comunidad, probablemente tuvo el poder de ayudarla a construir una nueva.
¿Cómo lo hizo?
¿Cómo lo hizo? Pues dejando que su hijo creara una red por ella. Los niños crean vínculos con frecuencia y facilidad, así que cada vez que se daba cuenta de que su hijo había hecho un nuevo amigo, se hacía amiga de los padres de ese niño. Al crear una red de padres de este modo, la autora construyó eficazmente una red de apoyo de personas con necesidades similares. Esta red le permitió liberar tiempo extra para trabajar durante la semana, cuando sus hijos jugaban en casa de una amiga.
Lo bueno de una comunidad de padres es que proceden de todos los ámbitos de la vida y tienen experiencias y carreras diversas. Es aprovechando su red de padres como la autora dirige hoy un negocio de éxito.
La vida empresarial y la vida familiar deben estar en armonía.
Al principio, puede resultar un poco desorientador cambiar con tanta frecuencia entre tu papel de madre y tu papel de empresaria. No es de extrañar que a veces las madres primerizas lleguen a las reuniones de trabajo importantes con una bolsa llena de toallitas para bebés en lugar de un ordenador portátil.
La mejor forma de resolver este problema es mediante la formación.
La mejor forma de resolver esta desorientación es mantener estas dos facetas de la vida maternal diferenciadas y separadas. Si no lo haces, podrías encontrarte en la indeseable situación de estar preocupada por el trabajo cuando estás con tus hijos y preocupada por los niños cuando estás en el trabajo.
El mensaje clave aquí es: La vida profesional y la vida familiar deben estar en armonía entre sí.
Para separar estas dos facetas de tu vida, lo primero que tienes que hacer es crear tu propio espacio de trabajo en casa, idealmente en un lugar fuera del alcance de los niños. Eso no significa que siempre tengas que trabajar en casa. Sólo significa que siempre hay un lugar en el que puedes trabajar cuando tengas tiempo.
La segunda cosa que tienes que hacer es organizar tu propio espacio de trabajo en casa.
Lo segundo que tienes que hacer es estructurar tu semana siguiendo una rutina. Las personas que trabajan en una oficina tienen una estructura incorporada. Es sencillo: trabajas cuando estás en la oficina y no trabajas cuando no estás. Pero cuando trabajas desde casa, tienes que crear una estructura para que tu papel de padre y tu papel de profesional sigan siendo distintos. Una rutina te asegurará que sabes qué horas del día pertenecen a cada función.
Intenta limitar el trabajo a los días laborables y relájate un poco el fin de semana. Además, el lunes, intenta programar una actividad semanal; esto ayuda a establecer el tono de la semana laboral. Por ejemplo, la autora empieza cada semana laboral creando un videoblog para su sitio web. De este modo, siempre comienza la semana con una sensación de impulso.
En realidad, ambas facetas de la vida de una madre trabajadora -la personal y la profesional- deben funcionar en armonía, manteniéndote fresca y rejuvenecida para la otra. La mejor forma de lograr la armonía es alinear completamente tu horario de trabajo con el calendario escolar de tu hijo. Esto ayudará a mantener tus necesidades sincronizadas con las de tu hijo; trabajas cuando ellos trabajan, comes cuando ellos comen y, lo más importante, te tomas vacaciones cuando ellos se toman vacaciones.
Crear igualdad entre los cónyuges es beneficioso para todos.
Si eres madre, probablemente te consideres la principal cuidadora. Las madres suelen considerar a los padres, en el mejor de los casos, padres ayudantes semicompetentes.
Incluso cuando las parejas fundan una familia con ideales igualitarios -en los que nadie tiene que renunciar a su carrera profesional y ambos progenitores se implican por igual en el cuidado de los hijos-, la mayor parte de la responsabilidad suele recaer en la madre.
El mensaje clave aquí es: Crear igualdad entre los cónyuges es beneficioso para todos.
El problema es que hay muchas barreras que impiden a los padres vivir de acuerdo con sus valores. La primera de ellas es la expectativa en el lugar de trabajo de que el padre va a ser el principal proveedor. Por este motivo, aunque el padre suele tener derecho al mismo permiso parental que la madre, rara vez se toma tanto, por miedo a parecer poco comprometido con su trabajo.
Debido a este desequilibrio inicial de tiempo dedicado al bebé, las madres se vuelven más competentes con los aspectos básicos del cuidado de los niños, simplemente porque tienen más práctica. Como resultado, el padre suele delegar en la madre, lo que refuerza el modelo de progenitor principal y secundario.
Para empeorar las cosas, algunas madres practican lo que se conoce como maternal gatekeeping. Es cuando una madre, percibiendo al padre como menos competente, limita intencionadamente sus responsabilidades y el acceso a los hijos. Aunque estas madres tengan buenas intenciones, es contraproducente, porque impide que los padres descubran cómo ser padres por sí mismos.
Así que recuerda: aunque parezca una mala idea dar más responsabilidades al padre, es la mejor forma de que desarrolle sus habilidades parentales. Y, cuanto más tiempo pase con los niños, más horas tendrá la madre para trabajar.
También es bueno para el desarrollo de tus hijos pasar tiempo a solas con papá. Los estudios demuestran que los niños se benefician del vínculo con ambos padres y de experimentar distintas técnicas de crianza.
Otra forma de implicar al padre es dejarle tareas específicas sólo para él. Si trabaja durante el día, tal vez pueda encargarse de la hora del baño o de la hora del cuento antes de acostarse, dando a mamá un tiempo libre regular.
Recuerda, el trabajo de cuidados que realizas ayuda a papá a conseguir sus objetivos profesionales, así que es justo que él también dedique tiempo a ayudarte a conseguir los tuyos.
Conclusiones
Las madres son un grupo de personas con un talento extraordinario y mucho que aportar a las empresas y a la comunidad. Sin embargo, debido a varias barreras estructurales y a estereotipos anticuados, las madres pueden tener dificultades para reintegrarse en el mundo profesional. Pero hay un camino. Si se dedican a lo que les gusta, organizan su vida en torno a los niños y se rodean de una comunidad que las apoye, las madres pueden alcanzar el éxito profesional en las horas de que disponen y vivir una vida plena y feliz.
Consejos Accionables:
¡Crea tu historia profesional! El proceso de construir una carrera o un negocio es un viaje de descubrimiento y crecimiento personal que cambia la vida. Pero también puede ser una perspectiva abrumadora. ¿Por dónde empezar? El primer paso en tu viaje es crear una visión a largo plazo y un plan para el futuro. Eso significa que tienes que decidir dónde quieres acabar, y luego averiguar cómo dar los pasos que te llevarán hasta allí. ¿Qué habilidades necesitas aprender, qué experiencias podrían beneficiarte y con qué comunidades deberías conectar? Intenta crear una visualización en torno a tu carrera, en la que plantees claramente tu viaje en una serie de pasos pequeños y manejables.